Análisis de Vietcong 2 (PC)
La Guerra de Vietnam ha sido uno de los conflictos que más dificultades ha presentado a los desarrolladores a la hora de trasladarse al mundo del videojuego, en primer lugar por el escenario en el que se desarrolló la contienda, ya que se debían recrear entornos repletos de vegetación en los que el jugador podría perderse fácilmente, cayendo después en las trampas de unos enemigos "invisibles" que esperarían agazapados en sus escondrijos. Con el paso de los años, la tecnología ha permitido que este polémico conflicto se nos presente en forma de videojuego, y ya el año pasado pudimos disfrutar de una oleada de títulos basados en Vietnam que nos mostraban, desde distintos estilos de juego y puntos de vista, lo que debió ser la guerra para un soldado estadounidense.
De este modo, en Conflict: Vietnam afrontamos la batalla junto a un pequeño equipo de soldados en un juego de acción táctica, mientras que con Shellshock: Nam 67 comprendíamos el horror que debió sentir un soldado perdido tras las líneas enemigas. Battlefield Vietnam mostraba la espectacularidad de las batallas en helicópteros en su gran modalidad de juego online, y Men of Valor incidía en la camaradería existente entre los soldados del ejército estadounidense.
Sin embargo, ya antes de vivir esta fiebre por la Guerra de Vietnam por parte de las compañías de videojuegos, disfrutamos de Vietcong, un juego de acción en primera persona basado en este conflicto en el que el jugador, sin más ayuda que la de las armas y algún que otro soldado estadounidense, tendría que hacer frente a un enemigo temible en las junglas vietnamitas, encontrándose además con una dificultad exagerada que le obligaría a repetir una y otra vez las misiones hasta completarlas.
Así, nuestra aventura dará comienzo poco antes de la famosa Ofensiva del Tet (1968) sobre la ciudad de Hue, en la que los norvietnamitas sorprendieron a los estadounidenses con un contundente ataque sobre la zona que causó innumerables bajas en ambos bandos. Nosotros, y he aquí una de las novedades citadas con anterioridad, viviremos este asalto en primera persona ya que Daniel Boone, el capitán del ejército estadounidense al que controlaremos, se encontrará en el ayuntamiento de la ciudad justo en el momento en el que el vietcong inicia su devastadora ofensiva. Tras este inicio tan accidentado, Boone conseguirá un arma y tendrá que abrirse paso tras las líneas enemigas intentando llegar a su base norteamericana, escoltando de paso a un pobre periodista que pensaba que iba a disfrutar de una noche tranquila en la fiesta.
El desarrollo de la acción en Vietcong 2 no variará mucho con respecto a lo visto en otros título de acción bélica. Para empezar, el jugador solamente podrá llevar encima unas cuantas armas que tendrá que cambiar constantemente ya sea por falta de munición o por las propias necesidades derivadas del combate - en ocasiones resulta más efectivo un fusil que un rifle de precisión-, y una especie de botiquín que tendrá que emplear para sanar sus heridas. A parte, el jugador podrá dar sencillas órdenes a los soldados que avancen junto a él en determinadas misiones, teniendo que pulsar una tecla para después, mediante pulsaciones con el ratón, indicar a las tropas que se cubran, avancen, o ataquen a determinados objetivos. También, en las misiones en las que vayamos acompañados encontraremos a un soldado médico que sanará nuestras heridas siempre que se lo pidamos, y él tenga los botiquines necesarios; y otro que nos repondrá la munición. Por último, cabe destacar la importancia que se le da a ciertos personajes en el juego, teniendo nosotros que protegerlos en todo momento ya que en ocasiones su vida estará muy ligada al éxito o fracaso de la misión. Por lo tanto, su muerte significará nuestro fracaso.
Nuestros objetivos a lo largo de la aventura serán de lo más dispares, encontrándonos en este sentido con un título de lo más variado: en los primeros niveles del juego tendremos que escapar de los enemigos a través de las calles de la ciudad, ya sea a pie o en un coche, resultando los enfrentamientos claramente desiguales al contar nosotros únicamente con la ayuda de un reportero inexperto en armas; para luego pasar a enfrentamientos masivos en los que tendremos que proteger nuestra base de operaciones, o salvarle la vida a unos soldados que se encuentran bajo el asedio de decenas de norvietnamitas en las afueras de la ciudad. Por supuesto, los francotiradores enemigos jugarán un papel importante en el desarrollo de la acción, teniendo nosotros que movernos con mucho sigilo por los escenarios, empleando para ello el silenciador en las pistolas y los cuchillos, para coger por la espalda al enemigo sin activar las alarmas.
También, las misiones en las que tengamos que dirigir a nuestros compañeros se alternarán con las fases en las que únicamente contaremos con nuestra habilidad con el manejo de las armas, ya que nuestros aliados se encontrarán combatiendo al enemigo en otro lugar. En este tipo de situaciones la tensión será una constante ya que los enemigos, con dos o tres disparos, podrán terminar con nuestra vida; por lo que andaremos con sumo cuidado por el escenario intentando no caer en una de las numerosas emboscadas que tendrán preparadas los enemigos.
Estas advertencias no deben ser tomadas a broma ya que Vietcong 2, siguiendo la estela del original, ofrece un exagerado nivel de dificultad que nos sacará de nuestras casillas ya desde el comienzo de la aventura, incluso en los niveles de dificultad más bajos. Como decíamos, en esta ocasión la acción se traslada casi por completo a escenarios urbanos en los que, por norma general, los enemigos atacarán desde todos los frentes aprovechando los elementos del escenario para protegerse de nuestros disparos, o simplemente para ocultar su presencia. De este modo, aunque a primera vista puedan parecer entornos poco claustrofóbicos y agobiantes en comparación con las espesas junglas del original, pronto nos daremos cuenta de que la sensación de estar siendo constantemente vigilados no desaparece en casi ningún momento de la partida; resultando en ocasiones estresante el ver como desde las azoteas de los edificios los francotiradores enemigos nos abaten como si nada.
En este sentido, las emboscadas, los ataques por la espalda, y el fuego pesado por parte de las torretas defensivas de los enemigos serán una constante en el desarrollo de la acción, teniendo nosotros que intentar por todos los medios no recibir ni un solo balazo ya que, como decíamos, dos o tres tiros bastarán para poner fin a nuestra vida. Por supuesto, si en la misión en la que nos encontramos contamos con la presencia de un sanitario, podremos pedirle ayuda para que restablezca nuestra salud; pero éste sólo podrá hacerlo si dispone de los botiquines necesarios. Nosotros, como decíamos, también podremos llevar encima un kit de curación individual para sanar nuestras heridas en momentos de emergencia, pero cabe resaltar que solamente podremos llevar uno encima a la vez, por lo que si no encontramos más repuestos nos quedaremos sin la opción de sanar nuestras heridas en lo que quede de misión.
Al encontrarnos con un título tan complicad, tendremos que estar repitiendo las misiones una y otra vez hasta que consigamos dar con la mejor opción a la hora de evadir a los enemigos; pero este momento puede tardar horas ya que los norvietnamitas, como decíamos, atacarán desde todos los frentes reaccionando cada uno de manera inteligente, lo que nos pondrá las cosas todavía más difíciles. Así, por ejemplo, podemos encontrarnos revisando un edificio en busca de munición y botiquines para ver como de repente un enemigo abre una puerta de golpe y nos llena de plomo. Tras esta muerte, repetimos el nivel y volvemos a introducirnos en el edificio, buscando de nuevo el material necesario para continuar la misión, esta vez muy atentos a las puertas para que nadie nos sorprenda.
Desgraciadamente, y ya os podéis imaginar lo nerviosos que debíamos estar en esos momentos, uno de nuestros compañeros abrió una puerta de golpe, y mientras realizaba ese movimiento, nosotros pegamos un tiro y terminamos con su vida, teniendo de nuevo que repetir la misión por haber eliminado a un compañero. Este tipo de situaciones serán una constante en el desarrollo de la acción y mostrarán, por un lado, el gran trabajo realizado por parte de los desarrolladores en lo que respecta a la inteligencia artificial de los enemigos. Aunque este apartado no quedará exento de errores.
Por norma general, los enemigos atacarán y reaccionarán tal y como lo haría un soldado en la realidad, encontrándonos con una serie de actuaciones desafiantes que nos pondrán a prueba en más de una ocasión: dispararán siempre intentando buscar una cobertura para que nosotros no podamos eliminarlos con suma facilidad; si cuentan con los suficientes efectivos buscarán la mejor forma de eliminarnos preparando emboscadas, etc. Sin embargo, en este apartado también nos encontraremos con ciertos errores que harán que los enemigos se conviertan en auténticas máquinas de matar con la capacidad de ver a través de las paredes. Así, en uno de los primeros niveles del juego en el cual tendremos que llegar hasta la posición de un francotirador intentando no hacer mucho ruido, veremos como hay un enemigo que siempre nos detectará aunque nos encontremos tras una puerta sin realizar ni un solo movimiento.
Realizamos todo tipo de pruebas y en todas, el enemigo abría la puerta y nos disparaba, acertando encima siempre con sus disparos; o al abrir nosotros la puerta nos esperaba al otro lado ya con el arma preparada. También, estos errores en la inteligencia artificial los encontraremos en el comportamiento de nuestras unidades, y más concretamente en la manía que tienen a la hora de situarse todas en un pasillo, sin dejarnos a nosotros la opción de avanzar o retroceder al bloquear por completo todos los caminos. Estas situaciones se repiten sobre todo en el interior de algunos edificios, teniendo que andar saltando todo el rato para ver si así los compañeros se dan cuenta de que bloquean nuestro camino. Por supuesto, no hay nada más desesperante que ver como un enemigo, aprovechando esta absurda situación, nos dispara y mata con total tranquilidad, mientras nuestras tropas se pelean por encontrar el mejor sitio a la hora de bloquear el camino.
Por último, en Vietcong 2 también nos encontraremos con ciertos errores en el control de nuestro personaje que nos dificultarán todavía más el ya de por sí complicado camino a la gloria. En el juego nos encontraremos con unos movimientos demasiado bruscos por parte de nuestro protagonista que dará grandes zancadas a poco que nosotros pulsemos la tecla de avance. Aparte, cada vez que dejemos de caminar nuestro protagonista todavía dará unos pasos más, deslizándose por el suelo como si estuviera patinando. Del mismo modo, este defecto también hará acto de presencia en el punto de mira, dificultando sobremanera nuestras acciones a la hora de apuntas y disparar sobre los enemigos. Por supuesto, hasta que no nos hagamos con el control de este curioso sistema de juego –por llamarlo de alguna forma-, no conseguiremos completar los niveles ya que los enemigos nos eliminarán sin piedad por no haberlos matado nosotros antes por culpa del mal sistema de apuntado.
En cuanto al avance gráfico, que en Vietcong 2 irá muy unido al ya mencionado cambio en el desarrollo de la acción, Pterodon ha creado un potente motor gráfico capaz de mostrarnos unos entornos de grandes dimensiones, con una gran cantidad de detalles en todos ellos, en los que podremos perdernos por las callejuelas de la ciudad, o internarnos en una gran cantidad de edificios sin encontrarnos con ningún tipo de tiempo de carga de por medio. El modelado de las unidades será bastante bueno, y todas contarán con unos rostros bien detallados, a excepción de los norvietnamitas que serán idénticos entre sí, encontrándonos en ese sentido con una falta de variedad asombrosa en el diseño de los enemigos.
Las armas, que sobrepasarán la cifra de las 50, todas ellas reales, también han sido fielmente diseñadas, encontrándonos con las ya clásicas pistolas y fusiles de asalto, pasando por los rifles de precisión, y llegando al arsenal más vetusto como son los trabucos que encontraremos en algunos niveles. Los movimientos del protagonista a la hora de recargar las armas serán bastante buenos, destacando sobre todo el proceso de recarga del trabuco, en el que veremos como inserta la pólvora y después la esparce por el interior del arma con una varilla. Sin embargo, el resultado en general no será tan espectacular como el visto en títulos más recientes como Call of Duty 2, ya que, ni los efectos gráficos ni el desarrollo de la acción en sí llegarán al nivel alcanzado en la última creación de Infinity Wards.
Como decíamos, en esta ocasión los desarrolladores han optado por dotar al juego de un desarrollo más cinematográfico, por lo que constantemente asistiremos a accidentes de vehículos que estallarán ante nuestras narices, o ataques devastadores sobre las posiciones enemigas por parte de nuestros blindados que derribarán edificios enteros, o lanzarán por los aires los cadáveres de los norvietnamitas. No obstante, en este tipo de secuencias nos encontraremos con dos problemas que le restarán espectacularidad al conjunto. En primer lugar, los efectos de luces y partículas resultan algo anticuados si tenemos en cuenta que otros títulos ya nos deslumbran con auténticas polvaredas que nos impiden ver el entorno a escasos metros de distancia, o grandes fogonazos de luz cada vez que la artillería pesada abre fuego sobre las posiciones enemigas. También, el motor de Vietcong 2 resulta demasiado exigente para lo que se nos muestra en pantalla, encontrándonos con constantes ralentizaciones que, si las sumamos al complejo sistema de control –por la inercia que comentábamos antes-, nos complicarán muchísimo la vida si nos encontramos en alguna de las fases con gran cantidad de enemigos –ya que aparecerán en oleadas.
El apartado sonoro mantiene el tipo y nos presenta las clásicas melodías rockeras de los años sesenta que nos acompañarán en algunos de los momentos más moviditos del juego, y unos efectos sonoros para las armas y explosiones poco espectaculares, pero muy realistas. En este sentido, cabe destacar la fidelidad que han mantenido los desarrolladores a la hora de presentarnos un videojuego "real", en el que prima sobre todo la fidelidad histórica antes que la espectacularidad y la pirotécnica gráfica y sonora. Las voces de nuestros compañeros, que estarán en perfecto inglés (los textos traducidos al castellano), serán el último ingrediente que hará que nos metamos de lleno en el ambiente bélico presentado por Pterodon.
También, Pterodon nos permite disfrutar de partidas cooperativas con hasta 8 jugadores, lo que aumentará todavía más la rejugabilidad de Vietcong 2. Sin embargo, no podemos olvidar los problemas ya mencionados a lo largo del análisis, lo que hará que en más de una ocasión abandonemos el juego por desesperación, al encontrarnos con unos enemigos demasiado feroces en sus ataques y un control no demasiado bueno que, aunque nos acostumbremos a él con el paso del tiempo, nos impedirá disfrutar del juego en todo su esplendor.
Debido a estos errores, o al propio enfoque que los desarrolladores han querido darle al juego, Vietcong 2 se convierte en una compra recomendable para todo aquel que busque realismo y desafíos en un juego de acción en primera persona, mientras que los menos expertos en este género tal vez deberían optar por una opción menos exigente, ya que, a pesar de ser un videojuego divertido e interesante, también puede convertirse en una de las experiencias de juego más frustrantes de los últimos años.
El juego ha sido analizado en un Pentium IV a 3’2 GHz, con 1 Giga de memoria RAM y una tarjeta gráfica ATI RADEON X800 a 256 megas. Hemos jugado con todos los detalles en nivel alto, con una resolución de pantalla de 1280 por 1024, sufriendo ralentizaciones en los momentos en los que los enemigos atacan en oleadas, o cuando ocurren sucesos "inesperados" como la caída de un helicóptero en llamas, o la explosión de coches y edificios.