Análisis de Take on Helicopters (PC)
Los simuladores aéreos puede que no sean el género dentro de este mundillo con más seguidores, pero sí que es uno que goza de una pequeña legión de fans que les gusta disfrutar de una experiencia cercana a la realidad de pilotaje de aviones y helicópteros y que no dudan a la hora de hacerse con un buen joystick para ganar en precisión y realismo. En esta ocasión, los chicos de Bohemia Interactive nos traen un nuevo juego de este tipo destinado a hacernos sentir a los mandos de un helicóptero, aunque como viene siendo habitual, no será accesible para todo el mundo.
El arte de surcar los cielos
Lo primero que notaremos al ponernos a los mandos de estas máquinas, es que nos encontramos ante un simulador puro y duro, por lo que probablemente en un principio no sepamos ni siquiera despegar. Para ello, el título cuenta con un completísimo tutorial que nos enseñará paso a paso todos los procedimientos que tendremos que realizar para llevar a buen término todo tipo de maniobras.
Muchas de ellas son secuencias que tendremos que aprender y memorizar, como la del arranque de motores, donde no sólo bastará con ir pulsando botones, sino que también tendremos que controlar parámetros.
Los controles tampoco tienen un aprendizaje fácil, ya que se usan un gran número de teclas del teclado y cada una cumple una función determinada, por lo que ninguna será prescindible. Así mismo, con el ratón dirigiremos el vehículo, cumpliendo de esta forma con la función del joystick. Como se puede intuir, esto nos requerirá en primer lugar mucho tiempo de aprendizaje y posteriormente muchas horas de práctica para dominar el manejo de los helicópteros, por lo que pasaremos bastantes horas en los tutoriales y en los modos de entrenamiento antes de lanzarnos a por el resto de contenidos que ofrece el título.
A pesar de todo esto, se han incluido varios sistemas de control, para dar más ayuda a los novatos y para que los veteranos se sientan como pez en el agua. Eso sí, que dé más ayuda a los nuevos no quiere decir ni mucho menos que vaya a ser fácil. Sin embargo, aunque la simulación conseguida es bastante buena y realista, no llega a ser tan pura como en otros títulos, llegando a ser algo más asequible. Otro detalle a destacar son las físicas y las dinámicas de vuelo, realmente conseguidas y que notaremos a la perfección, como cuando sufrimos un golpe de viento.
En cuanto a modos de juego, Take On Helicopters anda bastante bien surtido, ofreciendo una gran cantidad de contenido a aquellos que disfruten y se atrevan con su propuesta. El más destacado de ellos es el modo Carrera, que sería el equivalente al modo Historia de todo juego. Nos pondremos en la piel de Thomas Larkin, que tras la muerte de su padre en un accidente con uno de estos vehículos, decide encargarse junto a su hermano del negocio familiar pilotando estas máquinas.
Una cosa que queda clara, es que la narrativa no es precisamente su punto fuerte, resultando bastante confusa, poco práctica, con personajes planos y carentes de interés, y con un desarrollo argumental bastante pobre. También hay que dejar claro que nos llega completamente en inglés, tanto textos como voces, por lo que seguir la historia y entender los tutoriales y objetivos puede resultar bastante complicado si no sabemos inglés, que aunque no requiere de un nivel muy alto, sí que se usan muchos tecnicismos. En cuanto a las misiones que tendremos que superar, consisten básicamente en ir desde el punto A hasta el punto B, aunque de vez en cuando tendrán ciertos cambios y variables que consiguen dar algo de variedad al desarrollo.
Pero este no será el único modo de juego para un jugador que incluye Take On Helicopters. Además de los modos Carrera y Entrenamiento, también tendremos disponible un modo de vuelo libre donde recorrer a placer los dos escenarios del juego (Seattle y el sur de Asia), un modo lleno de desafíos y varias pruebas cronometradas. Tampoco podemos olvidarnos del modo multijugador, donde podremos participar junto a otros jugadores en todo tipo de pruebas, tanto cooperativas como competitivas.
Optimización muy mejorable
Nos adentramos en uno de los puntos más negros del título. Y es que gráficamente estamos ante un juego que cumple decentemente con su cometido, con unos terrenos enormes para recorrer y con una distancia de visionado que cubre hasta el horizonte, aunque tiene graves defectos. La vegetación parece estar hecha de cartón piedra, de vez en cuando sufrimos algo de popping y los diseños de los personajes humanos y sus animaciones son horribles.
Aunque todo esto sería pasable sino fuera por su mayor problema, el cual afecta también a la propia jugabilidad del título. Se trata de su optimización. A pesar de tener un aspecto visual más o menos resultón, en ningún momento llega al notable o sobresaliente, por lo que no conseguimos entender que incluso a un PC de la gama más alta le cueste hacerlo funcionar a más de 25 imágenes por segundo. Tenemos una gran cantidad de opciones de configuración gráfica, aunque en ningún momento se termina de solucionar este problema, algo que empaña drásticamente el resultado final e impacta muy negativamente sobre la experiencia de juego. También sufre de algunos bugs y el programa tiende a colgarse con cierta frecuencia y salirse al escritorio, algo que esperamos que solucionen con algún tipo de parche.
En cuanto al sonido, poco hay que destacar. La banda sonora la mayor parte del tiempo está fuera de lugar. Además, a pesar de contar con varios estilos musicales, se acaba repitiendo bastante. Sobre el doblaje más de lo mismo, con unas interpretaciones que dejan mucho que desear. Los efectos de sonido por otra parte sí que están a un buen nivel.
Conclusiones
Take On Helicopters viene a satisfacer las necesidades de los fans más acérrimos de la simulación aérea, aunque para el resto resultará un juego poco accesible y bastante aburrido. Un buen simulador que nos transportará de pleno a la cabina de un helicóptero, muy exigente y con una gran cantidad de contenido para disfrutar durante horas. Sin embargo, su pobre narrativa, su irregular apartado gráfico, el hecho de que nos llegue en inglés y su terrible optimización dinamitan la experiencia general, dejándonos con un sabor de boca agridulce, a sabiendas de que podría haber llegado a mucho más.