En los últimos años cuántas veces hemos oído como las aventuras gráficas van desapareciendo y cuántas otras hemos tenido la oportunidad de seguir disfrutando de ellas hasta el momento presente. Es bastante fácil llegar a la conclusión de que el género no está muerto ni mucho menos, a lo que estamos asistiendo es a una evolución en el en el que solo sobreviven los juegos más interesantes que son los que acaban llegando al mercado.
Después de Syberia 1 y 2, Midnight Nowhere, Broken Sword 3, The Moment of Silence, Still life... y Runaway 2 y Dreamfall a la vuelta de la esquina ¿Acaso se puede hablar de desaparición del género? En absoluto, mientras sigamos teniendo pocos juegos pero todos de calidad solo podemos estar más que agradecidos.
Después de todas estas joyas nunca se sabe pero quizás una aventura como Fahrenheit podrá ayudarnos a saber hacia dónde podría encaminarse los cambios en este tipo de juegos que tantas veces nos han hecho exprimirnos el cerebro.
No es CSI, ni quiere serlo…
Adentrándonos en el juego que nos atañe podríamos destacar muchas de sus numerosas virtudes pero ante todo empecemos por el autentico motor de Still Life y artífice de los grandes momentos que nos pasaremos pegados a la pantalla, su argumento. Encarnamos a Victoria Mcpherson, una joven policía de homicidios que está investigando un caso bastante complejo sobre un asesino en serie y que le esta dando verdaderos dolores de cabeza debido a la habilidad de éste. Todas las mujeres han sido halladas con un gran corte en el cuello y en el pecho y las dos últimas con un trapo en la cara que según la propia agente indica que las conocía, así que hay que centrar la investigación en ese punto.
Victoria, en una de sus visitas a casa de su padre encuentra en el desván un libro con algunos de los casos que había tenido que resolver su abuelo, Gus Mcpherson, protagonista del fantástico juego Postmortem, y lo más intrigante de todo es que encuentra similitudes entre aquellos casos que acontecieron en Praga en 1920 con los de Chicago en la época presente. A esta historia que tanto os llamará la atención unidle un desarrollo increíblemente cuidado y unos personajes que no os dejarán indiferentes, entre otras cosas por todos los detalles que conforman sus personalidades (sobre todo los protagonistas, los demás desempeñan un único rol; el sordo, el típico cachas medio lerdo, el policía honrado o el proxeneta que va de tío legal por poneros algunos ejemplos). Los diálogos merecen ser comentados aparte por algunos detalles que los hacen muy especiales, así que os hablaremos de ellos más adelante.
Dos juegos en uno
La parte gráfica solo puede tener un calificativo, soberbio, todos los escenarios tienen un nivel de detalle increíble combinando sus 3 dimensiones con algunos elementos en 2D que se encuentran en primer plano, todo hecho acaba culminando de la mejor manera posible para así poder transmitir mucho mejor todos los detalles que la historia nos va mostrando. Los planos son fijos como en todas las aventuras de este tipo (salvo alguna honrosa excepción) y siempre se encontraran muy bien situados para ofrecernos un control muy equilibrado a la par que sencillo.
La iluminación no le anda a la zaga, manejando juegos de luces y sombras que lucen tremendamente bien cuando hacen acto de presencia (no son en tiempo real salvo algunas sirenas de coche y demás). Pero el plato fuerte viene cuando esta iluminación se diferencia en las dos épocas tan distintas en las que tiene lugar a la ventura. Chicago ofrece unas texturas muy parecidas a las que vemos en la serie CSI Las Vegas, con mucha oscuridad predominante y grandes contrastes, por el contrario Praga posee una iluminación amarillenta y decadente que cambia totalmente la disposición del jugador al pasar de una época a otra. El salto entre épocas es cuantioso y siempre se produce cuando el argumento va dando giros importantes o cuando se dispone a darlos dejándonos con la incertidumbre siempre que vayamos a seguir leyendo el libro… o dejemos de leerlo para seguir investigando en el presente.
No es muy fuerte la presencia de objetos por el escenario, más bien son pocos e importantes los que vamos encontrando. De todas formas hay que resaltar que sí ha habido una evolución respecto a Syberia, los escenarios siendo igual de preciosistas tienen elementos como el agua o las sombras que hacen que todo parezca algo más vivo. Los diseños de los personajes son muy buenos pero no son un ejemplo en cuanto a grandes alardes técnicos, las animaciones faciales tampoco puede decirse que sean de otro planeta, simplemente cumplen, lo que sí está bastante trabajado son las animaciones que os podemos asegurar son muy adecuadas y cuando tienen que ser divertidas lo son, pudiendo decirse que son igual de acertadas cuando las circunstancias son de suspense.
El estilo de siempre… mejor que nunca
Por supuesto el estilo point and click (manejarlo absolutamente todo con el puntero) es el presente en dicha aventura por lo que el control más tradicional es combinado con todas las nuevas apuestas que ofrece still life, aunque muy pocas en este apartado, simplemente nos muestra de la mejor manera lo que hemos visto hasta ahora. Unos puzzles muy variados (algunos tremendamente divertidos como tener que cocinar unas galletas con todos los ingredientes encima de la mesa y el libro de cocina a nuestra disposición), otros serán más complicados y nos traerán un poco en vilo pero entre la lógica y la intuición se pueden sacar la inmensa mayoría, ya sabéis, a veces un folio y un bolígrafo son el mejor compañero para una aventura gráfica, por suerte eso permanece inalterable.
La interacción con los objetos es un poco más engorrosa de lo que debería aunque como hemos dicho son pocos los objetos que manipularemos así que ese problema es un poco menor de lo esperado, además en ocasiones habrá momentos altamente gratificantes como cuando tengamos que encontrar las diferencias entre una foto con una chica asesinada y el escenario actual para así descubrir mensajes del asesino y los anillos que va dejando a las victimas.
Increíbles secuencias cinemáticas
Aparte de la formidable ambientación que os hemos comentando anteriormente en Still Life veremos autenticas obras de arte en el apartado de secuencias de video. Lo mejor de todo es que el estilo cambia, mientras que en el presente responderán muchísimo a las persecuciones que hemos visto en películas como Seven (parecido entre temática, iluminación y movimientos rápidos de cámara) en Praga durante 1920 asistiremos a un estilo muy parecido al que empleó Pitof en la película Vidocq que también tenia un gran parecido en estética, iluminación y los planos con ojos de pez (permite abarcar mucho mayor ángulo de visión lo que conlleva crear aberraciones circulares concéntricas en la imagen). Tal vez os resulte chocante, pero esta aventura de Microids pude ponerse a la altura de las secuencias de las mayores superproducciones, desde los Resident Evil, Silent Hill, Metal Gear, Onimusha y todo lo que se os pueda pasar por la cabeza, realmente impresionantes. Como estilo personal todas tendrán un efecto granulado parecido al que ya vimos en su día en el Silent Hill 2.
Lo que nunca falla
Nos referimos al sonido y al doblaje, todo excelente, las melodías tenebrosas que en ciertos puntos se vuelven crispantes se alternan con otras de suspense, aunque siempre habrá tiempo para alguna canción más tranquila. Muy por encima de la media, así como el doblaje realizado por grandes profesionales y donde encontraremos un punto bastante interesante y fácil de apreciar, no se ha cortado nada de nada, con lo cual veremos pasar por nuestra pantalla conversaciones hilarantes y otras tantas que no lo son tanto, desde mentar cerca de 50 veces a la madre del asesino o cómo una prostituta declara abiertamente que a ella no se la cepilla gratis ningún policía, que es prostituta pero no idiota. Tampoco esperéis ningún corte entre las secuencias, sencillamente genuino y adulto a más no poder. Como nota graciosa comentaros como el mítico doblador de George Stobbart vuelve a estar presente en una aventura gráfica, en este caso como Gus Mcpherson.
Hay vida después de Syberia…
Cuando nos adentramos en aquel viaje tan peculiar como metafísico mucha gente pensaba abiertamente que esta compañía (en aquel caso con la ayuda inestimable de B. Sokal) había llegando a un punto de calidad inigualable, pero Still Life viene a convencernos de que tienen mucho que ofrecer, y nosotros por supuesto estaremos encantados de que sigan haciéndolo. La aventura es absorbente y los 7 capítulos de los que consta os irán pasando con una celeridad asombrosa, tal vez ésa sea una de las pocas pegas que podamos ponerle, su escasa duración, lo que unido a la nula rejugabilidad lo convierte en un juego a disfrutar en cada momento y en cada escenario. No diremos que si fuese más largo seria mejor, tal vez el argumento se hubiese descondensado y no resultaría tan atractivo ni tan cautivador.
Como conclusión final podríamos endulzaros el paladar todavía más con las bondades que el juego ofrece pero seguramente ya estaréis más que convencidos de que si os gusta el género ésta es vuestra aventura y si siempre habéis intentado acceder a ellas y os ha resultado difícil aquí tenéis una oportunidad de oro. El titulo del juego hará referencia en un futuro a sí mismo, ya que será un juego realmente difícil de olvidar.