Análisis de Rocksmith 2014 Edition (PC, Xbox 360, PS3)
Rocksmith no es un videojuego musical al uso como lo fue, por ejemplo, Guitar Hero. Se trata más bien de una gamificación del proceso de aprender a tocar una canción con una guitarra o un bajo eléctrico. Y si te preguntas si realmente funciona, incluso si nunca antes habías tocado un instrumento, la respuesta es sí. Aunque como ocurre con cualquier otro instrumento, para llegar a "jugar" bien hace falta tiempo, dedicación y paciencia, motivo por el que nos hemos tomado el tiempo suficiente para realizar este análisis.
El gran acierto de Rocksmith reside en su capacidad de romper la tediosa barrera que supone el aprendizaje inicial. Se salta esos primeros meses de frustraciones y prácticas abstractas en los que la guitarra resulta un objeto extraño en tus manos y todo lo que tocas suena fatal.
Lo consigue transformando el proceso en un acto lúdico gestionado mediante sistemas de puntuación y porcentajes, factores que ‘enganchan’ y miden tu progreso a partes iguales. Al final de cada sesión de juego, te das cuenta de que has empleado varias horas practicando con una guitarra real y no golpeando un trozo de plástico (por muy divertido que esto pudiese resultar).
Rocksmith permite conectar cualquier guitarra eléctrica, semiacústica o bajo eléctrico a la consola o a un PC, gracias al cable Real Tone, un USB-jack ¼’’ que procesa la señal analógica, la digitaliza y le añade distintos efectos. Es cierto que este proceso produce una ligera latencia en el sonido, aunque mucho menos drástica que la que tenía la versión del año pasado. Este retardo en la llegada del sonido, desde que rasgamos las cuerdas hasta que suena en el televisor, puede solucionarse si el audio se extrae de forma analógica. En cualquier caso, no es especialmente molesto, sobre todo si aún no tenemos el oído entrenado o si nunca hemos tocado con un amplificador.
Rocksmith centra toda su atención en el aprendizaje; te enseña las técnicas esenciales y los acordes básicos de una forma amena, consiguiendo como resultado que seas capaz de tocar varias canciones en poco tiempo. La curva de dificultad es dinámica y casi perfecta, ya que las canciones se complican a medida que el sistema detecta que lo estamos haciendo bien. Es decir, no elegimos dificultad cuando iniciamos una canción si no que el juego detecta en tiempo real nuestra habilidad y ajusta la canción en consecuencia. Como ves, no se trata de ganar o perder sino de practicar y mejorar.
En Rocksmith 2014 se ha perdido el modo Carrera presente en la anterior entrega, que dividía la experiencia en conciertos en los que teníamos que tocar varias canciones y superar una puntuación determinada. Este año Ubisoft ha optado por dejar más libertad al usuario a la hora de decidir cómo y cuándo tocar las canciones. Sin embargo ha incluido un sistema de análisis que te propone lecciones interactivas al terminar cada canción. Es decir, si fallas en el solo principal o todavía no te salen bien los acordes de cejilla (el némesis de todo guitarrista novato), Rocksmith 2014 lo detecta y te propone sencillos ejercicios para perfeccionar tu técnica, que pueden ir desde repetir una parte en bucle y a distintas velocidades, hasta jugar a los minijuegos del modo Guitarcade, diseñados específicamente para entrenar aspectos como la digitación, la velocidad, el cambio entre acordes, etcétera.
Siempre resulta interesante tocar canciones de compositores y grupos de renombre como Bob Dylan, Foo Fighters, Aerosmith, Oasis, Green Day, Alice Cooper, Deftones, etcétera, podéis consultar la lista entera de temas aquí. También podemos usar las canciones del Rocksmith original que nos hayamos descargado aunque no es posible usar las que venían el disco como tampoco será posible usar las canciones descargables de Rocksmith 2014 en el original. Podemos ensayar tanto como queramos una canción y en cualquiera de sus versiones: según queramos tocar partes con notas sueltas, partes más rítmicas o una combinación de las dos. En el anterior Rocksmith, si conseguías una puntuación profesional desbloqueabas el modo Maestro, en el que tenías que tocar la canción de memoria, sin que apareciese ningún tipo de referencia en la pantalla más allá de la puntuación. Ahora, el modo Maestro es gradual. Si tocas bien en las dificultades superiores, las notas irán desapareciendo poco a poco y volverán a aparecer si fallas.
Al igual que ya ocurría en el Rocksmith lanzado en 2012, la interfaz que aparece mientras tocamos una canción está inspirada en el diseño de Guitar Hero y Rock Band, lo cual permite que los usuarios de estos títulos partan con una importante ventaja. Es como si los cinco botones de Guitar Hero tuviesen otros seis "pisos" de botones más; es decir, además de mover la mano en horizontal también tendrás que hacerlo en vertical. Es posible invertir verticalmente y horizontalmente el orden en el que nos llegan las notas para que la interfaz se asemeje a una tablatura de guitarra y para los guitarristas zurdos, respectivamente.
El título también incluye video-tutoriales con los que aprenderás a realizar diferentes técnicas: mantener una nota, bends, armónicos, slides, hammer-ons, pull-offs, etcétera. Eso sí, echarás de menos que se le dedique más tiempo a explicar conceptos tan básicos como rasgar, sujetar la púa o colocar la mano del mástil de una forma cómoda. Quizás la gran novedad –y el gran logro- de Rocksmith 2014 sea el modo sesión en el que practicaremos varias escalas musicales. Se trata de un concepto clave para el aprendizaje pero también es uno de los ejercicios más tediosos e insulsos, que la gente de Ubisoft ha tenido a bien de asociar a la improvisación. Podemos elegir entre varios instrumentos con los que formar una banda que nos acompañe mientras improvisamos sobre la escala que deseemos aprender. Este modo, sobre todo, nos servirá para saber dónde "suena bien" la guitarra, de cara a hacer punteos o solos, y mejorará considerablemente la velocidad a la que movemos los dedos. Además, la banda que elegimos no solo nos acompaña en ritmo, también lo hace en intensidad por lo que, a poco que practiquemos, en unos días te sorprenderás con los resultados.
La alternativa a practicar estos conceptos aparece en forma de minijuegos. Con ellos, reforzaremos los punteos y los acordes mientras jugamos a versiones musicales de títulos de puzles, plataformas, shooters e incluso juegos de carreras.
Con Rocksmith también podrás aprender líneas de bajo e incluso jugar con un amigo conectando otra guitarra. Además desbloquearás guitarras, pedales y efectos que te permiten modificar el sonido de tu guitarra y utilizar el televisor como si fuese un amplificador. Por si fuera poco, en la tienda encontrarás nuevas canciones por entre 2 y 3 euros (también hay packs de estilos musicales o grupos) que alargan aún más la vida del juego.
En última instancia Rocksmith sirve para hacer mano, para conocer nuevas canciones y si ya sabías tocar de antes para perfeccionar tu técnica. Como decíamos al comienzo de este análisis, el gran acierto del título de Ubisoft es transformar el tedioso proceso de aprendizaje inicial en una experiencia divertida y muy recomendable. Al final del día te das cuenta de que has estado tocando una guitarra de verdad durante horas, has estudiado nuevas canciones o estilos musicales, y practicando conceptos musicales, y eso es lo realmente interesante del "método Rocksmith" ya que va más allá del videojuego como producto de entretenimiento. Así que ya sabes, si estás pensando en aprender a tocar la guitarra o el bajo, nunca hubo un sistema mejor para hacerlo.
Para el análisis de este título se utilizaron 5 guitarras eléctricas: Yamaha Pacífica 112 V, Epiphone Les Paul Standard, Epiphone Les Paul Jr, Krammer Focus 211S y Silverian Factory modelo Stratocaster.