Análisis de Resonance (PC)

Puede que hoy en día el género de las aventuras gráficas no sea precisamente el más popular, pero no cabe duda de que hace un par de décadas pegaron con mucha fuerza, especialmente gracias a compañías como Sierra Online o LucasArts, quienes nos regalaron grandísimos títulos que todavía son muy recordados y queridos, como pueden ser las sagas de Monkey Island o King's Quest. A todos los que tuvieron la ocasión de disfrutar aquella época, este Resonance probablemente les sepa a gloria, ya que pocos títulos actuales saben devolvernos con tanto acierto a aquellos tiempos.

Una aventura con sabor retro y actual

El comienzo del juego no tardará demasiado en ponernos en situación, y es que sus primeros minutos son realmente desconcertantes. Una retransmisión de televisión en la que nos hablan de una serie de misteriosos ataques simultáneos en diversos puntos del planeta será la encargada de darnos la bienvenida. Tras este pequeño vídeo, un salto temporal nos transportará varias horas atrás, momento en el que empezaremos a jugar.

Tal y como venía siendo costumbre en algunos títulos de la antigua escuela, aquí el protagonismo no recae sobre un único personaje, sino que tendremos que manejar a cuatro distintos para llegar al fondo de este asunto. No queremos contaros nada más del argumento para no arruinaros nada de la experiencia, ya que la narrativa del juego está genialmente planteada y de no saber absolutamente nada durante las primeras horas de juego pasaremos a juntar poco a poco las piezas de este enorme misterio hasta hacerlas encajar. El guión tiene ritmo, se siente actual y tiene detalles muy interesantes que nos animarán constantemente a seguir jugando hasta llegar al final.

Cada uno de los cuatro protagonistas (Anna, Ray, Ed y Bennet) tienen una personalidad muy marcada y definida. Así por ejemplo tenemos a Ed, un matemático que tiende por lo general a racionalizarlo todo según las leyes científicas aunque esté en una conversación normal sobre algo cotidiano, mientras que por otro lado estaría Bennet, un veterano detective algo rudo y que seguirá sus principios hasta el final para mantener el orden en la ciudad. A lo largo de la aventura iremos profundizando en ellos por medio de diversos flashbacks que nos permitirán comprenderles y entenderles mejor.

Entrando ya en lo que es la jugabilidad en sí, estamos ante una aventura gráfica tradicional de point-and-click. Esto significa que tendremos que investigar los escenarios con nuestro cursor buscando objetos que recoger o con los que interactuar. También tendremos el habitual inventario desde el cual podremos arrastrar los objetos que tengamos para usarlos con otros artículos o puntos del escenario.

Como novedad, se ha incluido un sistema de recuerdos a largo y corto plazo. Los recuerdos a largo plazo pertenecen son los momentos importantes de la trama principal que se van archivando en una de las pestañas de la interfaz, mientras que los recuerdos a corto plazo son aquellas cosas que queremos que nuestro personaje memorice. Para archivar este último tipo bastará con arrastrar cualquier elemento del escenario hasta la pestaña correspondiente. El número de recuerdos a corto plazo que podemos almacenar es bastante limitado, por lo que tendremos que estar constantemente sobrescribiéndolos.

¿Y para qué sirven estos recuerdos? Pues principalmente para darnos nuevas ideas en las conversaciones. Cuando estamos dialogando con algún personaje, junto a nuestras opciones de respuesta disponibles habrá una casilla vacía. Si ponemos ahí algún recuerdo nuestro personaje preguntará por él o tendrá alguna clase de idea. Por ejemplo, si memorizamos un reloj, podremos preguntarle a un personaje por la hora para que se fije que ya es tarde y abandone su puesto de trabajo.

Este sistema al principio nos pareció genial y muy atractivo, pero no tardamos demasiado en darnos cuenta de que tiene lagunas bastante importantes, que en más de una ocasión nos hará preguntarnos si estamos manejando a un brillante matemático o a una versión humana y pixelada de Dory de Buscando a Nemo ante su falta de memoria. Esto se debe a las innumerables pateadas que nos tendremos que dar de un sitio a otro al descubrir que más adelante necesitamos un recuerdo que se encuentra cuatro o cinco pantallas más atrás, algo que pasa con demasiada frecuencia.

Además, a esto hay que sumarle el hecho de que manejaremos a varios personajes distintos a la vez, cada uno con sus propios recuerdos e inventario, algo que si bien no tendría por qué ser malo, acaba haciéndose un poco pesado a la larga por culpa de este sistema. Eso sí, donde no podemos poner ninguna clase de pega es en lo referente a sus puzles. Todos responden a una lógica pensada muy cuidadosamente, y aun siendo algo fácil en líneas generales, nos obligarán a detenernos y a pensar en lo que tenemos que hacer.

También hay que alabar que los puzles relacionados con usar un objeto en un determinado lugar no son tan abundantes como en otros juegos del género, invitándonos por tanto a reflexionar y a realizar diversas labores de investigación antes de dar con la clave, ya sea manejando ordenadores, móviles, conversando, etc. Y como ya decimos todos ellos nos obligan a hacer cosas lógicas y no estarán ahí por el mero hecho de rellenar y alargar la duración gratuitamente. Todo esto, en general, hace que el título se sienta como algo actual, a pesar de su genial sabor puramente retro.

En cuanto a la duración, completar la aventura no nos llevará mucho más de siete horas, aunque tendremos varias formas de resolver algunas situaciones que pueden hacer que resolvamos algo en unos pocos pasos o por contra que nos lleve más tiempo. Además hay más de un final para incentivar su rejugabilidad, aunque una vez que conocemos toda la historia, el título pierde gran parte de su gracia de cara a una segunda partida.

Reviviendo los viejos tiempos

Resonance se desliga de las tendencias actuales y nos ofrece un apartado gráfico totalmente retro. Su intención es la de transportarnos a tiempos pasados, como si el juego se hubiera creado hace 20 o 30 años, algo que podemos decir que se ha logrado completamente. Por tanto, no esperéis gráficos en alta resolución ni personajes modelados con una gran cantidad de polígonos, porque no lo encontraréis. Aquí los que mandan son los píxeles, unos modelados de personajes arcaicos y unas animaciones robóticas que dan la impresión de ir a saltos.

Pero como ya decimos, esto no significa que sean malos. Están hechos así a propósito y se nota el mimo puesto en ellos, ya que los escenarios están repletos de detalles y saben mantener un nivel artístico más que notable. Lo mismo se puede decir de los personajes, siendo todos ellos muy reconocibles.

El sonido cuenta con una buena banda sonora y un doblaje al inglés con unas interpretaciones muy notables. Por desgracia, Resonance nos ha llegado completamente en inglés, textos incluidos, y no usa precisamente un nivel bajo, ya que usan muchas expresiones más o menos modernas y coloquiales, por lo que si no domináis esta lengua probablemente lo vayáis a pasar bastante mal para avanzar y os perderéis gran parte de sus geniales comentarios y de su interesante guión.

Conclusiones

Sin duda, Resonance nos ha parecido un título muy particular. Un viaje temporal a una época que demostró que se podían contar grandes historias y hacer muy buenos juegos a pesar de la falta de recursos tecnológicos existentes. Y eso es exactamente lo que ofrece, gráficos retro muy cuidados, un guión de los que saben cómo atraparnos de principio a fin, y unos puzles genialmente diseñados que ayudan a que el juego se sienta también como algo actual a pesar de todo. Sin embargo, no es que sea demasiado largo, el sistema de recuerdos no termina de cuajar y lo que para muchos será lo peor de todo: está en inglés. Si estos problemas no os suponen demasiadas molestias y os gustan las aventuras gráficas, su bajo precio y la alta calidad global de casi todos sus apartados hacen de Resonance una compra muy recomendable.