Análisis de Penumbra: Black Plague (PC)
Durante estos últimos años siempre se ha afirmado con rotundidad que el género de las aventuras gráficas no vive su mejor momento. Y aunque es cierto que ha pasado por mejores rachas, de forma regular los aficionados a este clásico género se han encontrado con propuestas de lo más interesantes que, aún no saciando siempre las altas expectativas depositadas sobre las mismas, sí han permitido mantener al género vivo. Un claro ejemplo lo encontramos en Penumbra: Overture, una aventura de terror en primera persona desarrollada por Frictional Games que destacó por su fantástica interfaz, que nos permitía controlar todas las acciones de nuestro protagonista como si las estuviéramos realizando nosotros mismos a golpe de ratón, pero que no llegó a cuajar del todo por determinados elementos como su sistema de combate, que empañaban el buen trabajo llevado a cabo tanto en ambientación como en el desarrollo de la historia.
Ahora, un año después, nos llega la conclusión de esta historia de terror prácticamente sin sorpresas a nivel jugable, pero sí con un sistema de juego más depurado que, relegando la lucha a lo meramente anecdótico, vuelve a plantearnos una serie de acertijos que pondrán a prueba todo nuestro ingenio siempre dentro de un marco absolutamente realista.
Siguiendo con las investigaciones iniciadas en el título original, en Penumbra: Black Plague volveremos a encarnar al joven explorador Philip que, en el interior de unas oscuras instalaciones subterráneas, tratará de resolver un sombrío secreto familiar mientras lucha por su vida superando una importante variedad de desafíos en un ambiente cargado por un virus letal y plagado de seres de lo más terroríficos. Con este oscuro panorama frente a nosotros, en esta obra de Frictional Games disfrutaremos de una gran aventura gráfica cargada de suspense en la que a base de resolver una considerable variedad de puzles a través de diversos entornos, tendremos que desentrañar los misteriosos enigmas que se esconden en esta recóndita región del planeta Tierra.
Como en el título original, toda la acción se nos mostrará mediante una visión en primera persona que logrará sumergirnos de lleno en el terrorífico viaje en el que estamos a punto de embarcarnos. En este sentido, destaca toda la representación gráfica de la base subterránea por la que nos moveremos, pese a que como veremos a continuación, el motor gráfico de Penumbra: Black Plague no se trata de un prodigio en los tiempos que corren. Sin embargo, como decimos, sí lo es la ambientación que nos presenta, y especialmente la genial interfaz de usuario desarrollada para la ocasión, ya que en pantalla no tendremos ningún elemento gráfico que entorpezca nuestra visión, a excepción de la barra de acceso rápido a los elementos del inventario que aparecerá si situamos el puntero sobre la parte superior de la pantalla. Hondear ondear
De forma similar a lo visto en otras aventuras gráficas, en esta creación de Frictional Games controlaremos los movimientos de nuestro protagonista mediante el teclado que combinaremos de forma intuitiva con el ratón. Sin embargo, en Penumbra los puzles no se resolverán simplemente pulsando el botón izquierdo del ratón sobre un mecanismo determinado, sino que tendremos que simular todas las acciones que realice Philip mediante el empleo del mismo. De este modo, en ocasiones nos veremos dibujando círculos con el ratón para girar válvulas, o arrastrándolo hacia atrás para abrir puertas y cajones. La interacción con los entornos será tal que prácticamente la mayoría de elementos con los que nos encontremos en los escenarios del juego serán susceptibles de ser manipulados.
Lo más importante, no obstante, se trata del realismo que presentarán la gran mayoría de puzles del juego. Y es que a diferencia de otros títulos de estilo similar, en Penumbra todo tendrá una lógica. Por lo tanto, a lo largo de la partida deberemos inspeccionar concienzudamente todas las habitaciones por las que nos moveremos en busca de objetos útiles que después tendremos que combinar para sortear los diversos mecanismos defensivos con los que nos encontraremos, o simplemente para abrir caminos cerrados. Así pues, si queremos atravesar una gran barrera que requiere de una muestra de sangre no infectada para abrirse, nuestra misión en ese tramo de la aventura consistirá en localizar una jeringuilla que nos permita extraer la sangre de un donante que lógicamente también tendremos que encontrar; pero a su vez, ésta necesidad nos obligará a resolver nuevos quebraderos de cabeza por encontrarnos con puertas bloqueadas, o caminos cortados por diversas circunstancias como fugas de gas, o suelos en mal estado.
Como decíamos, la interacción con los entornos será sorprendente, aspecto que ha sido aprovechado de forma notable por el equipo de desarrollo. En este sentido, tendremos que estar muy atentos a todo lo que nos rodea ya que en muchos casos, inscripciones en paredes o túneles nos estarán dando a conocer pistas de vital importancia. De este modo, si unas pintadas nos indican que nos andemos con mucho ojo, lo mejor que podemos hacer en ese tramo es caminar de forma lenta fijándonos mucho en el suelo que pisamos, ya que posiblemente puede haber una trampa que termine con nuestra vida en cuestión de segundos. En este tipo de situaciones, colocar cajas en determinados lugares para alcanzar nuevos caminos, o tapar precipicios con tablones de madera para cruzar de un extremo a otro, serán de lo más habituales.
Los veteranos al género también disfrutarán combinando diversos elementos para obtener nuevos objetos con los que solucionar los sucesivos desafíos con los que se encontrarán. Pero éstas acciones no sólo se llevarán a cabo en el inventario de la forma tradicional –arrastrando uno de los objetos sobre otro-, sino que también jugaremos con los elementos del entorno de formas muy variadas: podemos abrir una caja de fusibles haciendo palanca con una madera, aplastar una moneda para usarla como destornillador, distribuir el mobiliario de una habitación de una forma determinada, e incluso lanzar cualquier objeto para protegernos de los enemigos que nos atacarán en contadas ocasiones.
Al inicio de este análisis comentábamos que el sistema de combates del título original no resultó del todo acertado. En esta secuela, Frictional Games ha optado por eliminarlo por completo dejándonos como alternativa el poder lanzar algunos objetos contra los terribles seres que nos atacarán en muy contadas ocasiones en caso, eso sí, de localizarnos. Y es que en Penumbra tendremos que jugar mucho con el sigilo. Durante la mayor parte de la aventura nos encontraremos completamente solos indagando por las habitaciones en busca de documentos que nos aclaren el por qué de esta caótica situación mientras de paso tratamos de escapar de las instalaciones. Pero en determinados momentos estos seres aparecerán y por norma, nuestra única opción será ocultarnos y tratar de escapar del lugar sin ser detectados.
En este tipo de situaciones, mientras nos mantengamos agachados y en lugares oscuros –nuestra visión cambiará para que podamos observar mejor el entorno sin necesidad de usar linternas o bengalas, que lógicamente delatarían nuestra posición-, estos seres no nos verán. Sin embargo, hay que tener en cuenta que avanzarán con linternas, por lo que en todo momento tendremos que ir moviéndonos hasta llegar a la salida, ya que de lo contrario sufriremos sus violentos ataques. Lógicamente, la tensión será una constante en estos tramos de la aventura, que por otro lado destacará por el suspense y el agobio que logrará transmitir durante toda la partida.
Y es que aunque estos seres no se encuentren presentes en las zonas por las que nos movamos, en muchas ocasiones los ruidos, golpes, y lamentos nos harán ponernos en alerta y avanzar por el entorno con muchísima cautela. En otras situaciones, la tensión será tal que incluso nos pondremos nerviosos a la hora de resolver determinados puzles –puede haber un ser terrible al otro lado de una puerta tratando de derribarla mientras nosotros intentamos escapar del lugar-, lo que es de agradecer en un título de estas características en el que el terror no vendrá tanto por los sustos esporádicos prefijados por los desarrolladores, sino principalmente por toda la oscura ambientación creada alrededor del protagonista de los hechos y las instalaciones por las que nos moveremos.
En este sentido, tanto el apartado gráfico como sonoro cumplen a la perfección su cometido, si bien es cierto el motor gráfico se encuentra ya algo anticuado. Sin embargo, como decimos, la ambientación está fantásticamente lograda, alternándose una serie de entornos más cercanos a lo que entendemos por un complejo médico, bastante siniestro, eso sí; con otras zonas más lúgubres que, a la luz de la linterna, nos pondrán de los nervios constantemente. Por supuesto, no podemos tampoco dejar de destacar el sobresaliente trabajo llevado a cabo con el motor de físicas del juego que, como indicábamos, nos permitirá manipular de forma creíble prácticamente cualquier objeto con el que nos encontremos a lo largo de la aventura. Aún así, sin duda es el apartado sonoro el que brilla con luz propia en este campo, ya que los ruidos misteriosos, los golpes violentos en puertas y paredes, o los lamentos y gruñidos nos mantendrán en un estado de alerta constante. Se echa de menos, eso sí, el doblaje al castellano, aunque se agradecen los subtítulos a nuestro idioma.
Si a todos estos elementos le sumamos también una historia sumamente interesante narrada de una forma muy intrigante, tenemos como resultado una gran aventura gráfica de terror que peca, por desgracia, de ser demasiado corta y repetir en exceso algún que otro puzle. Pero aún con todo esto, estamos ante un título de lo más interesante; toda una muestra de cómo plantear una aventura gráfica con una interfaz ágil e intuitiva que sin duda encantará tanto a los veteranos al género, como a los usuarios nóveles que decidan dar el salto a este fantástico y clásico género. Eso sí, desde un principio hay que tener claro que estamos ante un título muy pausado en el que la acción no tiene lugar: todo se basará en resolver una sucesión de enigmas muy realistas interactuando con el entorno. Entender de otro modo el juego sería caer en un grave error.