Análisis Moonglow Bay, una sencilla aventura de pesca, ni más ni menos (PC, PS5, PS4, Switch, Xbox Series X/S, Xbox One)
Moonglow Bay es uno de esos juegos wholesome que tan de moda están últimamente, obras habitualmente ambientadas en lugares idílicos en los que podemos interactuar con la comunidad, trabajar en labores artesanales y ayudar a que todo prospere mediante el esfuerzo diario. Este es el primer proyecto de la desarrolladora independiente Bunnyhug, que llega a Xbox Series X/S, Xbox One y PC (con disponibilidad en Xbox Game Pass desde el día de su lanzamiento) bajo la edición de Coatsink, y cumple una por una todas las premisas esenciales de este tipo de propuestas.
Pese a su coqueto y colorido apartado gráfico, la premisa narrativa de Moonglow Bay está rodeada de drama: nuestro protagonista, al que podemos escoger de entre cuatro personajes diferentes (aunque todos con las mismas características jugables), pierde a su ser querido justo después de mudarse al pueblo para cumplir su sueño de tener un barco de pesca y dedicarse a vender comida callejera a los vecinos.
Años más tarde, nuestra hija llegará a la casa en la que vivimos en solitario para ayudarnos a salir de la depresión, y no hay mejor forma de hacerlo que recuperando el sueño frustrado de nuestra pareja.
De esa manera, y de la noche a la mañana, nos convertimos en los pescadores de un pueblo que, al igual que nosotros, también está deprimido. Ambientado en los años 80, Moonglow Bay habla sobre cómo las pequeñas localidades del este de Canadá lo tuvieron difícil durante aquella época, aunque lo hace relacionando esa crisis social con una maldición relacionada con el mar: la bahía de este pueblito está plagada de seres místicos que hacen imposible la navegación, por lo que nadie se atreve a salir a faenar y, dada la escasez de materia prima, el lugar está en completa decadencia.
Pesca artesanal en un adorable pueblo canadiense
Ahí es donde entramos nosotros. Nuestra será la misión de devolverle el fulgor a la bahía de Moonglow y lo haremos comenzando con una simple caña de pescar: cada criatura que capturemos podremos cocinarla para posteriormente venderla (o regalarla) a los vecinos del pueblo, de manera que se pondrán contentos y ayudarán a reconstruir el pueblo. También podemos llevarla al acuario para mejorar su colección y atraer más turismo, o bien venderlo en la tienda para conseguir dinero con el que mejorar nuestro puesto de comida callejera o nuestros aparejos de pesca.
La pesca es el eje fundamental del juego, no sólo por la importancia que tiene para el crecimiento del pueblo sino también porque es la mecánica principal; ¿está bien llevada? En parte sí, y en parte no: por un lado, Bunnyhug ha conseguido un sistema de pesca bastante divertido y sorprendentemente variado que combina bien la acción en tiempo real, con unas acertadas mecánicas de apuntar y tirar para luchar contra los peces, con una somera capa de estrategia y gestión que nos permite escoger cebo, caña y reclamo para adaptarnos al tipo de criatura que queremos capturar. Por otro, sin embargo, a nivel técnico no termina de ser una mecánica completamente gratificante que, además, está limitada a ciertas zonas cuando pescamos desde la costa (aunque en mar abierto podamos lanzar el sedal en cualquier lugar). Es difícil hacer una buena mecánica de pesca, muchos lo intentan y pocos lo consiguen; la de Moonglow Bay no está mal, pero tampoco es especialmente reseñable.
Con el resto de mecánicas, como la cocina o la exploración en barca, ocurre algo similar; tienen un diseño tradicional que no destaca pero que sirve su función de aportar algo de entretenimiento a la fórmula central de Moonglow Bay, que no es otra que pasar el día realizando tareas, mejorando nuestras herramientas y charlando con los vecinos para cumplir las misiones que nos van dando de vez en cuando. Ese loop está bastante bien llevado y no es tan agobiante como en otros juegos como Stardew Valley, por ejemplo: nos da bastante libertad para integrarnos como queramos en su ciclo de juego, sin presiones, y podemos ir avanzando como queramos. Incluso nos permite pasarnos la noche pescando si es lo que queremos hacer. Despertar, cocinar, vender, pescar… Así día tras día, con misiones y situaciones especiales salpicadas por aquí y allá que consiguen romper con acierto la monotonía.
Además de por su apuesta wholesome centrada en la pesca, Moonglow Bay destaca por un apartado artístico de estilo vóxel que termina de envolver el juego en un aura de adorabilidad. Es una estética que cada vez está más de moda y que recientemente hemos visto en juegos como Bonfire Peaks o Echo Generation, cada uno con una aproximación diferente. En este caso, el voxel art de Bunnyhug es algo más simple que en los anteriores y eso conlleva tener en cuenta ciertas flaquezas cuando toca evaluar su apartado gráfico. Los diseños de los personajes y animales no son precisamente adorables, por ejemplo, y algunos materiales como el pelo tienen un aspecto demasiado rígido. A eso hay que sumarle un escenario diseñado de una manera poco clara, que los interiores tienen tantos elementos que nos acaban saturando, y que la cámara es demasiado inflexible en ciertos momentos, como cuando controlamos el barco.
Conclusiones
Si eres fan del género o simplemente quieres un juego relajado de pescar sin preocupaciones, Moonglow Bay va a darte eso y, además, lo va a hacer de una forma directa y sencilla que cumple con lo justo dejando las florituras a un lado. A veces puede acabar resultando una experiencia algo plana, pese a que trata de solventar ese problema de ritmo con ciertos toques aventurescos, pero realmente es un título que nos da carrete para que nos sumerjamos en su loop todo lo que queramos. Aparte de eso tiene poco más que aportar, y la manera en la que trata los temas que envuelven al juego (como la pérdida o el abandono del medio rural) no destacan por su sensibilidad. Si lo compensa o no con sus mecánicas de pesca, cocina y navegación, además de con su trabajado estilo gráfico, queda en manos de cada uno; aunque a nosotros nos ha parecido que en ambos casos es algo más abrupto de la cuenta.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Coatsink.