Análisis de La Abadía (PC)
A finales de la década de los 80 los aficionados al mundo de las aventuras gráficas tuvieron el placer de deleitarse con el sobresaliente La Abadía del crimen, una aventura surgida de las mentes de Paco Menéndez y Juan Delcán que a día de hoy, continúa siendo uno de los mejores juegos desarrollados en España. No en vano, esta aventura ofrecía una historia verdaderamente interesante basada en el clásico de Umberto Eco, El nombre de la rosa, en la que encarnábamos a fray Guillermo de Occan y su novicio, Adso de Melk, quienes debían resolver una misteriosa sucesión de crímenes acaecidos en una abadía.
Ahora, casi 20 años después, Alcachofa Soft recupera la esencia de este clásico con una nueva aventura gráfica protagonizada por fray Leonardo y su atolondrado pupilo, Bruno, aunque a fin de cuentas se encontrarán con un desafío similar al del clásico de Opera Soft: una misteriosa muerte en una abadía con un oscuro secreto en su interior
Los clásicos perduran
No hay dudas de que el género de las aventuras gráficas parece vivir una nueva época dorada. Desde hace unos años, no son pocos los títulos basados en el género que llegan al mercado, con mayor o menor éxito, para deleite de los aficionados. En este sentido, podemos encontrarnos con aventuras más o menos novedosas a nivel argumental y de mecánica de juego como Fahrenheit, y otras mucho más conservadoras en todos los sentidos como The Abbey. Y es que de lo que no hay dudas es que este título de Alcachofa Soft desprende un aroma a clásico del género que echa para atrás.
Para empezar, destaca el propio desarrollo de la acción, enfocado por completo en la búsqueda de pistas a través de la abadía ya sea mediante el diálogo con los monjes que en ella habitan, como a través de la concienzuda inspección de los entornos por los que nos moveremos.
Para ello, contaremos con un sistema de control de lo más tradicional basado en el clásicopoint&click, sencillez que se traslada también a los diálogos del juego, que de nuevo también presentan un aspecto tradicional.
En este sentido, hay que destacar que a diferencia de La Abadía del crimen, donde debíamos cumplir con los oficios propios de un monje, en The Abbey pronto nos desharemos de estas obligaciones para, en palabras de fray Leonardo, trabajar de una forma más eficaz en la investigación. Esto significa lógicamente que nuestra única prioridad en el juego será la de dialogar con todos los monjes, algunos más receptivos que otros, y tratar de atar cabos inspeccionando todas las instancias de la abadía, algo que no será sencillo si tenemos en cuenta que algunas de estas zonas, como la biblioteca, estarán vetadas, por lo que tendremos que ingeniárnoslas para acceder a las mismas.
Destaca en este punto lo bien tratada que está la trama ya que, para empezar, contamos con cierta libertad para movernos por todas las instancias de la abadía gracias a un sencillo mapa de la zona que nos dará acceso de forma directa a lugares como el hospital, los establos, la cocina, la biblioteca, iglesia… encontrándonos en cada uno de estos sitios con diversas pistas que pueden facilitarnos la labor con posterioridad. El diseño de los puzles en este caso resulta más que notable, si bien es cierto también muy conservador, planteando un variado repertorio de situaciones en las que tendremos que ingeniárnoslas para combinar correctamente diversos ítems en nuestro inventario, diciendo las palabras exactas a un monje, o sorprendiéndoles con la muestra de alguna pista localizada durante nuestras pesquisas. Al final, no sentiremos orgullosos al haber atado los cabos correctamente logrando que, por ejemplo, un monje hasta el momento inaccesible para nosotros comience a desvelar algunos de los oscuros secretos que se ocultan en la abadía.
Y aunque antes comentábamos que tendremos una cierta libertad para movernos por toda la abadía, también hay que remarcar que pese a este detalle, el desarrollo de la acción será lineal. Sí, podemos tardar más o menos en resolver un puzle dependiendo de nuestro ingenio o la fortuna que tengamos a la hora de escoger los lugares en los que comenzar a buscar pistas, pero al final, necesariamente deberemos seguir unas mismas pautas para alcanzar el objetivo final. Eso sí, al menos, los desarrolladores incluyen al final del juego una tabla que medirá nuestra capacidad investigadora –dependerá de la información que hayamos obtenido de los monjes-, regalando a los mejores jugadores una escena final extra que sin duda potenciará la rejugabilidad del título.
Otro aspecto verdaderamente interesante, aparte de la ya de por sí notable historia que presenta The Abbey, es el sentido del humor con el que nos encontraremos. Al respecto, destaca sobremanera la dispar pareja que conforman fray Leonardo y Bruno, ya que mientras el primero demuestra desde el principio ser una persona culta y reflexiva, aparte de su vena irónica, su novicia no es más que un joven impetuoso que no dejará de sorprendernos con una suerte de estupideces que, aunque en algunos momentos nos harán bastante gracia, también nos harán sonrojarnos por lo ridículo de la situación. Sin embargo, la personalidad del resto de monjes de la abadía ha sido tratada de una forma fenomenal, lo que nos permitirá disfrutar de verdaderos duelos dialécticos entre fray Leonardo y los clérigos, que en más ocasiones de las deseadas, se mostrarán extremadamente ariscos. Es por ello por lo que al poco de iniciar la aventura comenzarán a surgir las sospechas acerca de quién está tras el misterioso asesinato; y aunque en un primer momento podamos tener a unos candidatos, poco a poco la lista se irá ampliando hasta tenernos completamente perdidos al respecto –lo que nos encanta, por cierto-.
También nos encanta todo el trabajo llevado a cabo por el equipo de desarrollo a nivel técnico. Por un lado, el que estemos jugando a una auténtica película de animación interactiva, con una banda sonora de lujo, motiva muchísimo a la hora de seguir explorando los recovecos de la abadía de Nuestra Señora de la Natividad. En este sentido, la interfaz ha sido simplificada de tal modo que ningún usuario tendrá problemas para adaptarse enseguida a las labores de investigador de fray Leonardo. No en vano, mientras usamos un botón del ratón para examinar cualquier objeto, escenario o personaje, el restante nos permitirá interactuar con dichos elementos. No habrá más, salvo la posibilidad de combinar algunos objetos en el inventario, también de forma muy tradicional.
Pero como decíamos, a nivel técnico The Abbey resulta más que bueno. Por un lado, el modelado de todos y cada uno de los monjes con los que nos encontraremos destacará por su gran acabado ya que nos enfrentaremos dialécticamente a un buen número de clérigos con una complexión física bien distinta: los habrá más orondos, otros más lánguidos y de facciones bruscas; bonachones, etc. Del mismo modo, las estancias de la abadía han sido recreadas con gran esmero, incluyéndose en las mismas diversos detalles que en caso de ser investigados, nos permitirán conocer más detalles acerca del lugar, como por ejemplo quienes fueron los responsables de construir la abadía –siempre en tono jocoso-. En este sentido, el motor gráfico del juego mezcla de forma eficiente estos entornos en dos dimensiones con el modelado en tres dimensiones de los personajes, que actuarán de forma realista ante nuestras pantallas. Eso sí, aspectos como la movilidad de fray Leonardo, que avanzará de forma extremadamente lenta por los entornos, podrían haber sido mejor trabajados; aunque en este caso el problema se soluciona clicando dos veces sobre el lugar al que queremos dirigir al protagonista de la acción, para que éste avance a mayor velocidad –a costa de perder realismo-. Si a todo esto le sumamos que el juego funciona con un buen nivel de detalles en equipos de gama media sin ningún problema, queda claro que pocos peros se le puede poner a esta obra de Alcachofa Soft.
Y lo mismo ocurre a nivel sonoro. Por un lado, destaca la magnífica banda sonora con la que cuenta el juego, y que presenta melodías de gran factura técnica interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Praga con fondos orquestales que nos transportarán inmediatamente al período histórico en el que se desarrolla la historia de The Abbey. Del mismo modo, el doblaje al castellano resulta digno de elogio con la participación de dobladores profesionales de la talla de Ramón Langa (voz de Bruce Willis en nuestro país) o Miguel Ángel Jenner (doblador habitual de Samuel L. Jackson), que realizan un trabajo magnífico en el juego.
Todos estos detalles, unido a lo bien desarrollada que está la historia, convierten a esta creación de Alcachofa Soft en una compra obligatoria para cualquier aficionado a las aventuras gráficas con ganas de resolver oscuros misterios. Se le puede echar en cara al juego el ser muy conservador en su planteamiento jugable y no innovar nada con respecto a otros exponentes del género, pero a grades rasgos, estamos ante una aventura tremendamente sólida que nos mantendrá un buen puñado de horas frente al PC tratando de resolver el misterio que rodea a la abadía de Nuestra Señora de la Natividad.
Por otro lado, el estar ante un título que homenajea en cierta medida al clásico La Abadía del Crimen supone un plus extra para todos aquellos aficionados que disfrutaron con esta aventura gráfica, todo un referente no ya solo a nivel nacional, que sin duda sabrán apreciar el trabajo llevado a cabo por Alcachofa Soft. Además se agradece la inclusión de diversos extras que desvelan el proceso de desarrollo del juego. Y sí, no estamos ante la mejor aventura gráfica de la historia, ni tampoco innova nada; pero sí podemos garantizar que todo aquel que la pruebe quedará satisfecho.