Análisis de I Am Bread (PC, PS4, iPhone, Xbox One)
Empezamos dejándolo bien claro, porque sabemos que todavía hay gente que no se ha enterado. I am Bread no es otro "simulador" absurdo de esos que vemos aparecer con bastante frecuencia en los últimos meses. I am Bread es un juego con una propuesta absurda, pero con sus mecánicas, con su jugabilidad, su objetivo... Dicho esto, seguimos con el análisis.
En los últimos años también hemos visto cómo los llamados youtubers han cobrado un rol vital en la industria, y hay juegos que prácticamente se han adaptado a ellos como una nueva manera de obtener publicidad más o menos gratuita.
Estos juegos suelen tener una propuesta un tanto extraña, que llame la atención y que no sólo sea divertido de jugar –aunque esto puede ser hasta secundario–, sino que también sea divertido de ver. Aquí es donde I am Bread entra en acción.
La vida de una rebanada de pan
Con un título que literalmente significa "yo soy pan", este título desarrollado por Bossa Studios nos pone en la piel de una rebanada de pan, cuyo objetivo no es otro que tostarse. En realidad, oculta una historia bastante más oscura, tanto que llega a sorprender. A juzgar por los informes psiquiátricos que vamos recibiendo al progresar, el dueño de la casa por la que intentamos tostarnos se está volviendo loco al asegurar que su hogar está siendo víctima de unos destrozos causados por el pan. Obviamente, esta historia paralela es secundaria, pero su inclusión nos ha parecido interesante.
A la hora de jugar, sus mecánicas nos recuerdan a las del no menos disparatado Octodad: Dadliest Catch. Con cuatro teclas o botones (podemos jugar con teclado o mando, habiéndonos parecido este último mucho más cómodo) controlamos las cuatro esquinas de la rebanada, las cuales podemos adherir a una superficie, mientras con las direcciones la impulsamos hacia donde podamos, dependiendo de con qué esquina/s estemos pegados a algunas superficie.
Quizás más difícil que movernos es la escalada. En este título vamos a tener que "escalar", y mucho. Ya señalábamos que nuestra rebanada es bastante adherente, tanto en superficies horizontales como en verticales, aunque tenemos una barra de resistencia que determinará cuánto tiempo podemos seguir aguantando antes de caer. Es prácticamente imposible encontrar un nivel que no implique trepar por algún sitio, por lo que es una mecánica muy recurrente que necesitamos dominar. En general, la jugabilidad es algo difícil de explicar, pero mucho más sencillo de comprender con el juego por delante.
Como en el mencionado título independiente, su jugabilidad "mala" a propósito. No es fácil de controlar, pero de eso se trata. Desde el punto de inicio hasta el "punto de tostado" –que puede ser una tostadora o no–, tendremos que intentar aprovechar todas las posibilidades del escenario para llegar lo más limpios posible. Habrá obstáculos para entorpecernos el camino, obstáculos para ensuciarnos y elementos con los que interactuar. En I am Bread no hay un sólo camino, sino que la exploración y la libertad será clave, animándonos a rejugar cada nivel una y otra vez si queremos conseguir la mejor puntuación.
Antes mencionábamos a los youtubers, pero quizás deberíamos haber mencionado YouTube como plataforma. I am Bread también es un poco carne de speedruns, ya que es muy arcade de superarse constantemente. De hecho, si sólo queréis completarlo probablemente se os quede corto, ya que en función de vuestra habilidad puede durar más o menos, pero es bastante breve. Calculamos que, si no os quedáis atascados en ninguna fase –y si lo hacéis, os ofrecerán la posibilidad de convertiros en una superrebanada con un objeto, como hemos visto en los últimos Super Mario–, en dos horas y media o tres horas podéis completar la experiencia básica. Es bien cierto que se añade una notable cantidad de modos a desbloquear, los cuales nos dejarán redescubrir los escenarios conocidos con nuevas propuestas u objetivos.
Aparte de su brevedad, el juego de Bossa Studios presenta un problema para nosotros: no es particularmente adictivo. Como todo en esta vida, cada uno puede tener opiniones diferentes, pero a pesar de la variedad de situaciones (propiciada por las diferentes estancias del hogar que recorremos) no nos invita a mejorar nuestros tiempos. No quita que sea divertido, pero ni siquiera con su sistema de desbloqueo para conseguir nueva "bollería" consigue darle esa motivación extra que le sentaría genial.
Aspectos audiovisuales
I am Bread, como veis en las imágenes, es un juego muy sencillo, aunque su apartado visual cumple perfectamente con lo que quiere conseguir en lo jugable. Las animaciones de la rebanada de pan son graciosas y "realistas", además de necesarias para que funcionen sus mecánicas. El pan tiene la rigidez justa para moverse por el escenario, chocándose y adaptándose en su medida a los elementos de éste, y sus físicas son las necesarias para la jugabilidad.
Los entornos, siempre domésticos, ofrecen la variedad concebible dentro de una casa, pero están bien diseñados y con multitud de posibilidades. No es sólo lo visual, sino también los caminos que podemos descubrir, los que podemos crear y casi que los que podemos inventar. Los niveles son también bastante interactivos, pudiendo romper platos y vasos, abrir puertas de muebles o "crear" nuevas "zonas de tostado". Por ejemplo, en el primer nivel no hay que llegar necesariamente a la tostadora, sino que en la vitrocerámica podemos tostarnos si conseguimos encenderla.
Sobre el aspecto sonoro no hay mucho que comentar, ya que apenas se limita a algunos efectos de sonido y melodías muy suaves que están pensadas para acompañar, y que apenas tienen protagonismo.
Un concepto que funciona, pero que pierde la gracia pronto
I am Bread nos ha gustado, pero nos ha gustado para un rato. Es divertido, y su concepto es original, con mecánicas que funcionan, que frustran y te hacen reír a partes iguales. Tiene bastantes posibilidades a la hora de afrontar un reto y algunos momentos muy originales, pero por desgracia sentimos que la novedad se le pasa pronto, y no nos impulsa a seguir jugando. Obviamente, si os gustan los juegos "raros" se merece una buena oportunidad, y si os consigue enganchar su apuesta es difícil que os arrepintáis de su compra.