Análisis de Dex (PC)

No se puede decir que tomar de base el juego Rune Legends de Windows Phone sea la mejor carta de presentación para hablar de una empresa de videojuegos. Una especie de Tetris deconstruido que se parece a alguno de los primeros juegos de iPhone, basado en las leyendas nórdicas y con una música lo suficientemente épica como para pensar que tal vez el género de los puzles no necesite eso en exceso. Pero por suerte, su segundo proyecto, que es el que hoy nos ocupa, tiene bastante mejor pinta.

Juegos de ambientación cyberpunk hay unos cuantos, y suelen ser bastante buenos. Sinceramente, no he encontrado un listado que nos diga cuándo empieza a disfrutarse del género en videojuegos. Teniendo en cuenta que se considera que empieza a hablarse de cyberpunk a inicios de los 80, que uno de sus libros claves es Neuromante, de 1984, y que la referencia cyberpunk por excelencia es Shibuya, uno de los barrios de Tokio, podemos darle el título temporal de iniciador del género a The Screamer.

Una aventura conversacional japonesa creada para la también nipona computadora PC88 en el mismo año que el libro de William Gibson, y que posteriormente se vio desplazada por otras aventuras japonesas mucho más conocidas como Snatcher o Megami Tensei, mientras en Occidente el ZX Spectrum veía que aparecía el juego Hacker. Otros juegos destacables dentro de las formas del cyberpunk son Flashback, Deus Ex, Syndicate, el reciente Invisible Inc., las aventuras gráficas Gemini Rue y I Have no Mouth and I Have to Scream, los juegos de rol de Shadowrun, o los delirios de Kevin Levine y su equipo en los System Shock.

Como veis, la variedad destaca dentro de los grandes juegos de este estilo, pero echamos en falta un género que en la actualidad está bastante extendido: los juegos de plataformas y acción con ciertos toques de rol, ambientados en un mundo tridimensional relativamente abierto (o dicho de otra manera, los "metroidvania"). Por suerte, los chicos de Dreadlocks vienen a suplir éste hueco con el juego que nos ocupa.

Si seguís un poco la escena independiente tal vez lo conozcáis de antes, pues Dex es uno de esos juegos que se financió por Kickstarter sin poseer grandes nombres entre sus creadores. Con una campaña humilde (buscaban 14.000 libras y acabaron consiguiendo algo más de 30.000) y anunciando su juego para la emergente Ouya (entonces), PC y la consola de sobremesa de Nintendo en la actualidad, atrajeron alguna mirada, mientras posteriormente ponían el juego en beta abierta tanto para la consola basada en Android como para nuestros ordenadores personales.

Una vez el juego ya está en tiendas de manera oficial (aunque ya sabéis que a estas alturas de la vida nadie nos libra de un montón de parches durante el tiempo que lo tengamos instalado) os podemos decir que Dex es un juego del estilo que os hemos dicho anteriormente, en el que manejamos a una mujer del mismo nombre que vive en Harbor Prime, un lugar donde las megacorporaciones (uno de los puntos comunes del género del cyberpunk) pertenecen a una entidad llamada The Complex, la cual ha designado como uno de sus objetivos el acabar con nuestra protagonista.

De hecho, el juego comienza mientras escapamos de casa debido a una entrada que intentan forzar los asesinos de The Complex, y mientras les distraemos con una de nuestras habilidades, nos escapamos en una suerte de partida pequeña de Canabalt saltando entre tejados y subiendo y bajando escaleras de unos hogares y otros. Tras una sesión introductoria donde nos enfrentamos a la posibilidad de elegir respuestas, varias pequeñas misiones donde se pone a prueba nuestra habilidad tanto a la hora de sortear obstáculos como al enfrentarnos a diferentes rivales, el juego ya nos muestra claramente sus cartas en forma de una historia relativamente conocida en la que nuestra protagonista se une a un grupo de hackers que representan a lo que queda de la sociedad libre frente al control absoluto de The Complex.

Una de las razones por las que Dex es interesante es debido a la gran cantidad de posibilidades que ofrece. Es una especie de mezcla entre varios juegos bajo la forma de un "metroidvania". Su combate puede recordar, en dos dimensiones, al estilo que marcó Bayonetta de darle tanta importancia al ataque como a la esquiva en el momento justo (también puede recordar a la importancia que tiene la posibilidad de rodar en The King of Fighters 97), además de añadirle disparos a distancia como si hablásemos del antes mentado Flashback.

Tenemos conversaciones como si fuera una aventura gráfica, y nuestro personaje puede evolucionar en varias áreas como si hablásemos de un juego de rol (así, de primeras, me puede recordar a clásicos de Bioware como Caballeros de la Antigua República o Mass Effect), de manera que un carisma mayor nos permite nuevas opciones de conversación, pero ser capaces de reventar el sistema nos abre las puertas de otra manera.

Hablando de reventar el sistema, este título dispone de un interesante minijuego en forma de algo que ellos han llamado AR (de realidad alternativa), en el que la acción toma forma de una especie de matamarcianos, en el que nosotros manejamos a un cursor y tenemos que esquivar diferentes obstáculos y derribar otros. Una manera realmente original de afrontar esta parte tan tradicional de los juegos basados en el cyberpunk, realizada con acierto y que queda muy bien en esta aventura.

A nivel visual, a pesar de sus limitaciones basadas en el presupuesto, es bastante innegable que Dex luce bien. Sus diferentes escenarios están llenos de vida y de detalles, como puedan ser los diferentes estratos sociales que se ven en el mundo de Harbor Prime, ya que allí nos encontraremos desde espacios para ricos en Highrise hasta las apestosas cloacas en los suburbios. Los personajes también están muy bien diseñados, aunque por desgracia se nota la falta de presupuesto a la hora de hablar de animaciones, ya que si bien en combate no quedan del todo mal, sí que se notan algo escasas en acciones tan básicas como andar, correr o saltar.

Algo parecido pasa en el sonido, donde si bien lo que nos encontramos es de buena calidad, con unas buenas voces (en inglés) y unas melodías que nos pueden poner en situación, pero que conforme avanzamos en la partida nos encontramos que el juego puede ofrecer algo más y que, ciertamente, se ha quedado corto.

Todos estos elementos nos pueden hacer pensar que Dex es un juego muy recomendable, y en parte lo es. Si vosotros sois de aquellas personas que os gustan las buenas historias y disfrutar de un buen trabajo en jugabilidad, sin ser demasiado exigentes con el desarrollador, entonces Dex es para vosotros.

Pero si sois exigentes en temas como la manera de guardar partidas u os ponéis de los nervios al descubrir que un juego tiene bugs, entonces posiblemente Dex no sea lo que buscáis. Es innegablemente un buen juego, y sus creadores se han esforzado en su creación, pero se le notan las costuras a la hora de jugar las 7-10 horas de juego que tiene en sus tripas, y que esperamos sirvan para que Dreadlocks realice mejor su próximo título. Eso sí, sin duda se merece más atención de la que está recibiendo, y es muy posible que todos los que disfrutáis de juegos de corte indie os sorprenda para bien esta creación.