Análisis de Crypt of the NecroDancer (PC, Switch, PS4, PSVITA, Xbox One)
A día de hoy nos encontramos con una enorme y pujante comunidad de aficionados a los videojuegos que reclama títulos cada vez más complejos, desafiantes y difíciles. Es una tendencia y una reclamación que en parte se comprende por el aluvión de juegos fáciles y comerciales durante los últimos años. Este tipo de títulos, duros y de complicadas vertientes para con respecto al jugador, han calado hondo en el usuario de a pie. Aunque no es del todo exacto -y ni mucho menos, patrimonio de una única compañía o firma- parece que From Software ha inaugurado una nueva era a nivel comercial con este tipo de juegos desafiantes, que junto a la distribución digital y la inclusión de los desarrolladores indie dentro del panorama global del ocio electrónico, han formado un díptico muy saludable. Ya no es únicamente un Bloodborne o un Dark Souls II, también hablamos de títulos como esa obra maestra llamada Shovel Knight. Los juegos exigentes, han vuelto para quedarse.
Crypt of the NecroDancer es la constatación de que este tipo de juegos, difíciles y desafiantes, tienen cabida. Pero tranquilos: no es ninguna copia de los citados y ni mucho menos, se dedica a reciclar la fórmula para volvérnosla a poner encima de la mesa. Hablamos de un título original, fresco y distinto, que se apoya sobre el género roguelike o dungeon crawler para contarnos una particular aventura de fantasía, sazonada con un adictivo e inteligente componente jugable que nos obligará a seguir el ritmo de la música para sobrevivir.
El compás de la mazmorra
Crypt of the NecroDancer es uno de esos juegos bien diseñados y presentados, capaces de atraparnos desde el primer segundo que nos ponemos a sus mandos. Su pretexto musical, compuesto por excelentes y enormes temas herederas del sonido electrónico más retro -y sin trampa ni cartón, aquí eso de usar "retro" como eufemismo no existe-, consigue impregnar de una personalidad única al título.
Creednos cuando os decimos, que no encontraréis nada igual. Crypt of the NecroDancer atesora una colección de potentes bajos y adictivos riffs musicales en sus cortes y pistas que martillearán nuestra cabeza -en el buen sentido- y nos dejarán tarareándolas durante semanas.
La música es la carta de presentación de Crypt of the NecroDancer, sobre la que se proyecta su inherente jugabilidad típica de los títulos de habilidad musical. Crypt of the NecroDancer invita al jugador a seguir y sentir el ritmo de la música para luchar y explorar las diferentes mazmorras en las que tendremos que sobrevivir. Para ello, tendremos que ir marcando con las flechas de dirección de nuestro teclado -si lo preferimos, tenemos soporte para mandos y controladores- el sentido del movimiento, pero al mismo tiempo, y como si fuera un teclado o un piano con el que seguir el compás de la canción, el ritmo. Si lo perdemos o nos distraemos, perderemos cualquier premio o bonificación por nuestro buen oído, y en el peor de los casos, acabaremos falleciendo ante cualquiera de los monstruos y criaturas que habitan allí abajo.
Tras la introducción -en la que acabamos en las entrañas de la tierra, sin corazón ni vida, y siendo marcados por el particular y enigmático señor de la muerte y la música, NecroDancer- Crypt of the NecroDancer nos ofrece un pequeño tutorial para aprender y calibrar llevar el ritmo electrónico incesante del juego. Los estímulos visuales en pantalla son muy claros -unas barras de neón verde que se encaminan rítmicamente hacia nuestro corazón-, sirviéndonos de guía para evitar distraernos con la incesante acción en pantalla. Hay que tener en cuenta que con cada pulsación -"beat" o "latido", si así lo preferís- nos moveremos de un lado a otro, y llegado el caso, también atacaremos o nos abriremos paso entre puertas y cúmulos de tierra, o esquivando trampas ocultas.
El devenir de algunas de estas citadas melodías y sus ritmos son tan altos, que pueden hacer que nos apresuremos a las primeras de cambio desplazándonos de forma agresiva y un tanto torpe, por los laberínticos niveles procedurales -Crypt of the NecroDancer genera sus mazmorras de forma aleatoria en cada partida-, algo que no es especialmente recomendable. Es curiosa también la manera en la que tendremos que eliminar cada enemigo. No hablamos únicamente sobre la debilidad a un tipo de armas u objeto -que existe-, también lo hacemos de que tenemos que encontrar el ritmo y el timing perfecto para hacerlo con algunos de ellos. Habrá criaturas que perecerán si las atacamos de frente, y otras, que únicamente recibirán daño si lo hacemos por la espalda. O peor aún: jefes finales que necesitarán de una serie de repetidos y concretos golpes para acabar mordiendo el polvo. Para atacarles, no tenemos que buscar ninguna tecla extra o recurrir al ratón: simplemente tendremos que avanzar a la casilla en la que se encuentra. La teoría es fácil, pero en la práctica, todo se complica.
Crypt of the NecroDancer es un título que en ocasiones, pese a la alta cadencia de su jugabilidad, se debe jugar de una manera un tanto reflexiva, con cierta estrategia y táctica. Moverse de una casilla a otra -el mapa de las mazmorras está distribuido como si de un escenario de ‘Dragones y mazmorras’ se tratase- puede llegar a ser un arte, y si hablamos de atacar a monstruos y esqueletos que danzan por ahí de la misma manera que nosotros lo hacemos, podemos incluso añadir que es todo un desafío. Hay que aprender movimientos, patrones y debilidades como si hablásemos de un "piedra, papel y tijera" enorme, con decenas de variantes.
Y si a eso le sumamos la inclusión de varios personajes protagonistas controlables -cada uno con sus propias habilidades y movimientos-, la ecuación y la fórmula se complica en varios enteros, dando como resultados partidas imprevisibles y siempre distintas. Los héroes -además de Cadence, personaje con el que comenzaremos la partida por defecto- como Melody, Monk, Eli o Bard, nos obligarán a cambiar el estilo de juego y las estrategias a usar, modificando el estilo de la partida por completo. Melody, sin ir más lejos, únicamente puede recibir daño si está en una casilla próxima al enemigo. Monk, por ejemplo, mata de manera instantánea si tiene el suficiente oro encima. Eli, por su parte, es capaz de lanzar bombas sin límite allá por dónde pasa, y Bard tiene la habilidad de convertirlo en todo en una especie de partida de juego de rol por turnos -sin tener que preocuparnos del ritmo de la música en este caso-.
En ello, también influye el diseño y la distribución de las mazmorras. Sí, hablamos de escenarios aleatorios, pero con elementos comunes según en la zona o el nivel en el que nos encontremos. Crypt of the NecroDancer se divide en varias zonas, con características e ingredientes distintos, que van desde enemigos concretos a trampas y obstáculos, como zonas llenas de magma y hielo -que para más complicación, nos obligarán a cambiar, combinar y acatar ritmos musicales completamente diferentes-. Una vez asimilamos el modo y la mecánica de juego, lo cierto es que nos damos cuenta que la estructura de Crypt of the NecroDancer es idéntica a la de otros dungeon crawler o títulos de exploración de mazmorras.
Exploraremos enormes y retorcidas catacumbas, llenas de estancias secretas -resolveremos también algún puzle que otro-, tesoros y monstruos, y lo haremos ataviados y pertrechados con numerosas armas y objetos especiales, así como con hechizos. En este aspecto, Crypt of the NecroDancer se comporta como otros juegos similares, obligándonos a tener mucho cuidado con la pléyade de criaturas fantásticas que nos asediarán, descubriendo sus puntos débiles y forzándonos a que nos estrujemos la sesera para encontrar la combinación de teclas correcta y así dar rienda suelta a las magias, armas u objetos concretos que hayamos recogido por el camino.
Precisamente este punto nos ha parecido un aspecto algo polémico y poco pulido, porque dada la veloz jugabilidad del título, hará que nos confundamos una y otra vez en las combinaciones de teclas necesarias para ponerlas en práctica. Y la mayoría de las veces, un error, significa la pérdida de gran parte de la vida o en el peor de los casos, la muerte. Por eso lo más recomendable es configurar algún que otro atajo de teclado o combo de flechas que nos sea cómodo y fácil de memorizar, incluso en los momentos más movidos.
Crypt of the NecroDancer es un título difícil, que nos tendrá entretenidos durante días pero también al que podemos llegar a dominar si somos especialmente diestros. ¿Qué ofrece para el usuario más avezado y capaz? Mucho. Primero, hablamos de un juego que tiene, como os hemos comentado más arriba, niveles que se generan de manera aleatoria. Segundo, personajes variados. Y tercero una gran cantidad de modos de juego alternativos, que van desde un modo multijugador cooperativo, un entramado de desafíos diarios y la posibilidad de jugar a cualquier nivel o mazmorra del juego escogiendo nuestra propia música -algo que recomendamos encarecidamente, y que puede hacer que entremos en una suerte de éxtasis sonoro y jugable indescriptible-. Además, por si todo esto fuera poco, Crypt of the NecroDancer ofrece soporte completo a través de Steam para modificaciones y niveles creados por la comunidad, con lo que el contenido en el juego de Brace Yourself -o mejor dicho, la falta del mismo- nunca será un problema con semejantes opciones.
En el apartado audiovisual, Crypt of the NecroDancer no defrauda. No intenta aprovecharse, como otros juegos indie, de un simulado apartado gráfico visual de marcado estilo retro. Se siente un juego así, de la vieja hornada de los 16 bits, y lo desprende en el diseño de niveles, personajes y monstruos. No se desvive por el homenaje ni el guiño fácil, pero sí será inevitable de acordarse de otros títulos similares de la época. Pero en el momento en el que escuchamos las increíbles melodías que nos ofrece, nos damos cuenta de la increíble calidad que atesora. Son adictivas, trabajadas y exquisitas. Tanto, que os recomendamos adquirir el juego en Steam junto a su banda sonora. Crypt of the NecroDancer no tiene traducción al castellano.
Conclusiones finales
Crypt of the NecroDancer es uno de los mejores títulos que puedes adquirir dentro del programa de Steam Early Access. Primero, porque hablamos de un desafiante juego que mezcla la exploración y el rol de mazmorras con un estilo y una jugabilidad musical distinta, algo que nos ha gustado y encandilado especialmente. Y segundo, porque ofrece contenido, opciones y características para garantizar su rejugabilidad y rendimiento a largo plazo. Esta larga vida útil se fundamenta en cosas como el soporte para mods de usuarios -que podrán diseñar niveles y mazmorras y compartirlas con la comunidad-, la posibilidad de jugar online o la de usar nuestra propia música en cualquier momento. Crypt of the NecroDancer tardará muchísimo en aburrirnos si nos dejamos atrapar por su ritmo, algo que quizás cueste a más de uno -puede que no sea un juego apto para todos- dada su particular jugabilidad. Afinad el oído, crujid los dedos y dejaos llevar.