Análisis de Contrast (PC, Xbox One, Xbox 360, PS3, PS4)
Los que amamos los juegos de plataformas no tenemos motivos para quejarnos, hemos tenido un año repleto de grandes juegos, aunque casi todos ellos desde una perspectiva en 2D, habiendo quedado casi relegados al olvido los tridimensionales. Contrast, desarrollado por los canadienses Compulsion Games, une en una original aventura lo mejor de ambas propuestas, los plataformas 2D y 3D, y lo mezcla con numerosos puzles, es lo que tenemos que mover puntos de luz para crear nuevas sombras, con las que podemos interactuar convertidos en una.
La ambientación es uno de sus puntos fuertes, como podéis ver en cada una de sus imágenes. Jazz, cabaret y cine negro en una ciudad francesa en los años 20, donde encarnamos a Dawn, la amiga imaginaria de una niña llamada Didi, que vive una complicada situación familiar, por lo que tendremos que ayudarla.
Estamos ante un juego de plataformas y puzles, más de lo segundo que de lo primero, en el que ni siquiera hay enemigos, por lo que la jugabilidad es muy sencilla, y apenas usamos tres botones: uno para saltar, otro para realizar una acción en la que aceleramos un par de metros, lo que sirve para romper algunos objetos y salvar ciertas distancias, y la acción más importante, poder introducirnos en el mundo de las sombras.
Cuando una pared está siendo iluminada por una fuente de luz, creándose sombras, si nos acercamos podemos meternos dentro de ella, pasando de una jugabilidad en tres dimensiones a un control en 2D. Esta es la base que sustenta la mayoría de los puzles, y deberemos mover las fuentes de luz en diferentes posiciones para generar sombras que nos permitan avanzar. Los puzles son ingeniosos a la par que intuitivos, y aunque es un juego en líneas generales fácil, tampoco es un insulto a la inteligencia, y plantea situaciones bastante originales.
El control es uno de sus mayores puntos negros, es tosco, impreciso, y situaciones de saltos que en otros juegos serían muy fáciles, aquí se vuelven más difíciles de lo normal por un control inadecuado, que no responde como debería. Por suerte como ya hemos dicho las plataformas tienen un papel secundario al lado de los puzles, y la muerte no se penaliza, reaparecemos al instante muy cerca del lugar donde nos hemos caído. Cuando jugamos desde la perspectiva tridimensional, apenas hay saltos, y cuando somos una sombra en 2D, hay muchas más plataformas, que la verdad están muy mal resueltas, aunque son momentos lo suficientemente sencillos como para no frustrarnos.
El desarrollo es muy lineal, guidado por la historia, y aunque nos movemos por las calles de una ciudad que aparentemente podemos explorar, si nos ponemos a ello descubriremos que no tenemos muchas alternativas, un par de callejones y algún coleccionable escondido, que son siempre muy fáciles de encontrar. La historia es interesante, por encima de la media en un juego de plataformas, la ambientación es sensacional, tanto visual como sonora, y los rompecabezas que nos plantea están bien diseñados, en ocasiones con situaciones especialmente imaginativas aprovechando el juego de luces y sombras.
Por ejemplo a veces es admirable cómo se funde la narrativa con la jugabilidad, teniendo que utilizar para avanzar la sombra de dos personajes que están manteniendo un diálogo importante en el devenir de la historia, sombras que se van modificando conforme avanza la conversación. Otras veces tenemos puzles más clásicos, como coger cajas y situarlas en interruptores, objetos que también podemos llevar al mundo de las sombras, y el desarrollo siempre es variado y ameno, y no es para menos, ya que el juego dura un suspiro.
Cuando ya te has hecho a su duro control, empiezas a simpatizar con los personajes, y degustas cada uno de sus retos, la aventura se acaba. Nos lo hemos terminado en poco más de 3 horas, y además con todos los coleccionables, con una rejugabilidad nula. Que sea corto no es algo de por sí malo, hay títulos geniales que duran un suspiro como Limbo, Journey o Brothers. El problema es que a veces Contrast se siente como una demo de un proyecto que podría haber sido mucho más complejo y ambicioso, con unas mecánicas de juego daban para mucho más. Con una ciudad con libertad para explorar, misiones secundarias, más coleccionables, una historia más larga, etcétera, ves de manera muy clara cómo se podría haber convertido en un juego mucho más importante, ya que cuenta con los mimbres necesarios, pero se ha quedado en un agradable y modesto descargable, lo que es una lástima.
Su apartado gráfico es el ejemplo perfecto de cómo una dirección artística a la altura, elaborada y con personalidad, puede paliar cualquier carencia o deficiencia técnica. Si nos fijamos en lo técnico, los modelados son discretos, los escenarios no cuentan con muchos elementos, no hay efectos gráficos sorprendentes, la cámara a veces hace cosas extrañas, y las animaciones de nuestra protagonista dejan bastante que desear, pero en cambio consigue crear imágenes con mucha fuerza y belleza, un poderío visual que es culpable de que esta breve aventura te deje con ganas de más. Y el sonido acompaña a lo visual, con una ambientación musical cálida y sugerente, con elegante jazz e incluso un precioso tema cantado. Las voces están en inglés pero tenemos subtítulos en castellano para seguir la historia sin problemas.
Bonito e ingenioso aunque muy corto
Contrast tiene mucho encanto, con una ambientación muy trabajada que consigue absorberte, situaciones y puzles ingeniosos, una historia moderadamente interesante, y algunos problemas con el control que amenazan por momentos con echar al traste lo bien realizado en el resto de apartados. El mayor problema es que cuando está disfrutando plenamente de su conjunto, y esperas con los brazos abiertos un anhelado aumento de la dificultad, tanto de los acertijos como de los saltos, la aventura se acaba, dejándote con la miel en los labios, como si fuera un aperitivo de un producto que podría haber sido mucho más ambicioso. Como regalo en PlayStation Plus para PlayStation 4 no está nada mal, como juego de 15 euros en el resto de plataformas, lo recomendamos con reservas, poco más de 3 horas para acabarlo y nada rejugable.