Análisis de Colour Bind (PC)
Pocas plataformas en la actualidad pueden permitirse el lujo de tener una comunidad de lanzamientos de videojuegos más importante que la del PC. Descontando la facilidad de ser una plataforma abierta, o de tener a una legión de programadores y aficionados dispuestos y capaces de apostar por una buena idea, el PC permite y brinda un amplio abanico de posibilidades a los videojuegos más indie, extraños o diferentes. Mientras que muchos de ellos se pierden entre los anales del tiempo, perdidos y enterrados entre las sagas de turno y mientras otros consiguen dar el salto a consolas gracias a las distribución digital, otros se quedan completamente grabados en las mentes de muchos jugadores: Colour Bind, bien podría ser uno de ellos.
Lanzado a través de Steam, este casi o prácticamente inclasificable juego -es un plataformas, pero a la vez, creemos que es y esconde algo más-, demuestra la versatilidad del PC como recipiente ideal para juegos tan interesantes, curiosos y especiales como este Colour Bind.
Gravedad multicolor
¿Cómo explicar Colour Bind? Bueno, ya os hemos confesado que es bastante difícil ponerle una etiqueta a un juego así, pero haremos un esfuerzo. Imaginad un plataforma, donde conducimos una especie de coche a través del espacio, y donde tenemos que tener en cuenta no solo el tipo de gravedad y su atracción hacia nosotros como cuerpo físico, si no también el color. De hecho, podríamos resumirlo como un juego donde la masa no determina la atracción de la gravedad. Así escrito o leído, puede parecer bastante complicado y un poco extraño -de hecho, los primeros compases en el juego nos serán algo desconcertantes-, pero bajo esta premisa aparentemente compleja, se esconde una jugabilidad tan sencilla como atrayente.
Colour Bind presenta cincuenta niveles para un jugador, ambientados en un mundo abstracto, y en principio, monocromático. Las notas de color las impondrán, aparte de nuestro vehículo, las diferentes piezas y objetos que nos encontraremos por dichas fases, y que supondrán el núcleo de la jugabilidad y la experiencia del título. El objetivo primordial, será el de llegar al final del nivel, donde un triángulo multicolor nos dará la llave de salida, pero el camino no será fácil.
Nuestro bólido, deberá encontrar la salida, imponiéndose y sorteando los diferentes peligros derivados del uso de la gravedad, con lo que siempre tendremos que encontrar el camino ideal o la solución más práctica. Una de las principales características de este Colour Bind, es su atrayente y constante invitación a que "experimentemos" con el escenario, buscando así la solución más conveniente a nuestro periplo. Cada fase puede tener distintos caminos o soluciones posibles, con lo que no solo se aumenta la rejugabilidad, si no que motiva al jugador a estrujarse los sesos para conseguir el mejor movimiento o resultado posible. "¿Salto y me intento agarrar a ese tipo de plataformas con forma de cubo?" "¿Me quedaré pegado a ese puente o caerá conmigo?". Esto nos mantendrá pegados a la pantalla, retrocediendo, volviéndolo a intentar o pensándolo mejor.
Al igual que otros plataformas o juegos de puzles de la vieja escuela, Colour Bind es de esos juegos que te obligan a coger experiencia en base a malas decisiones, y donde volver a reiniciar un nivel o intentarlo desde cero, no son ningún tipo de vergüenza o deshonra.
Como os hemos dicho al comienzo del análisis, Colour Bind, es un juego simple, con reglas sencillas, pero con una mecánica profunda, basada en la gravedad más extraña y compleja que os podáis imaginar. Colour Bind, juega con los colores, su gravedad propia y sus efectos en nuestro vehículo o personaje y el escenario. Tanto los puzles como los escenarios, giran alrededor de ellos, con lo que será vital comprender los distintos efectos que pueden causarnos, y hacia que dirección o sentido nos empujarán o rechazarán. Nosotros podemos cambiar de color en función de si pasamos por unos vectores láser que nos modificarán la tonalidad -aunque estos no están disponibles en todos los niveles- con lo que los efectos de atracción gravitacional varían según el color que estemos usando. Si pasamos del rojo al verde -o al azul- tendremos una cualidad, o nos iremos hacia un sentido diferente.
Por ejemplo, si nuestro color es verde, y el verde nos lleva hacia arriba, flotaremos por el escenario en el sentido marcado. Si en cambio, creemos que es mejor permanecer pegados al suelo, y es el rojo el que nos empuja a permanecer así, mejor será quedarse de ese color, o en su defecto, buscar una pieza o vector de idéntico valor cromático para ello. Podemos "adelantarnos" o estudiar dichos efectos fijándonos en la simple y sencilla interfaz del juego, que nos mostrará, aparte del tiempo que hemos tardado o en el que se localiza el récord, las características de cada color y el sentido de la misma. Esto, en los niveles con una clara dirección, no nos será muy útil, pero cuando comencemos a avanzar en el título, y veamos que la salida se encuentra encima de nuestras cabezas, en mitad de la nada, comprenderemos que deberemos pensar cada movimiento y efecto de gravedad antes de nada.
Repetimos, suena difícil -y pude serlo- pero a nivel jugable se traduce como una experiencia rica y llena de detalles. Manipular los colores y la gravedad, pronto serán el pan de cada día en el particular universo de Colour Bind. Colour Bind también ofrece logros y clasificaciones en Steam, algo que los intrépidos y completistas agradecerán, ya que encontrar la solución rápida al nivel no es el único premio -hay un montón de secretos y rutas alternativas-.
El juego, también incluye un multijugador local, donde otro jugador nos puede echar una mano o un cable -al cuello, si no lo hace bien- a la hora de solucionar niveles creados en exclusivas para este tipo de modo. Es interesante, funciona francamente bien y nos augura más de un momento de risa y de consabida y lógica frustración. Por si fuera poco, Colour Bind atesora un impresionante sistema de edición de niveles donde podemos tirarnos horas muertas, diseñando, modificando o editando fases y objetos a nuestra imagen, semejanza y antojo. El sistema de Steam Workshop, nos permitirá compartirlos, bajarlos y disfrutarlos como y cuando queramos. Un punto más que asegura y aumenta una, ya de por sí, larga rejugabilidad.
En cuanto al aspecto gráfico, destacar que Colour Bind es un título especial, básico y único en su planteamiento visual. Colores simples, escenarios sin detalles o elementos ostentosos. Simplemente, ofrece un apartado gráfico y técnico con vistas a su exclusiva jugabilidad, y nada más. No necesita ningún tipo de alarde. Fondos negros, piezas de colores rojo, verde o azul, elementos inmóviles y suelos de un color gris... Y es que, repetimos, no es necesario absolutamente nada más.
El sonido en cambio, si ofrecerá un componente interactivo más profundo, ya que el cambio de color no solo interfiere en la jugabilidad, también en el audio. Cuando pasemos de un color a otro, o recopilemos y mezclemos tantos colores como podamos en nuestro particular coche, los sonidos se irán interponiendo y remezclando con una caótica aunque bella forma.
Conclusiones finales
Colour Bind es un juego de plataformas fascinante. Simple y efectivo, aunque con una jugabilidad propia del más exigente y original juego de puzles de los últimos tiempos. Sabe dosificar su creciente dificultad, mostrando sus propias y concretas reglas jugables de forma paulatina, evitando así dejar caer al jugador en su lógica frustración cuando se ve agobiado o impotente a la hora de encontrar la solución a un nivel en concreto. Es largo, muy rejugable, y plagado de contenido. A eso se le añade un apartado sonoro original, acorde con el sistema de juego basado en la gravedad cromática y un modo multijugador local interesante y divertido de jugar a dobles. Si buscas un reto constante, un plataformas que te haga pensar, o un juego original de puzles, Colour Bind es un título más que recomendado.