Análisis de Blackguards 2 (PC)
Si el objetivo de una continuación es superar a su predecesor, poca duda puede haber: Blackguards 2 logra esa meta y no hay dudas al respecto, un juego de rol que nos lleva a un mundo de fantasía en el que los personajes no destacan por unos grandes ideales, sino por una búsqueda sin contemplaciones del poder.
El mundo de Blackguards 2 es un sucesor natural de su primera parte y se sitúa en la línea estética y argumental de la fantasía medieval oscura. Esto no sorprenderá a los usuarios que ya conocen el universo de Dark Eye, el mundo de rol de origen germano (de hecho, en ese mercado es comercialmente más exitoso entre los jugadores de rol tradicional que marcas tan conocidas como Dungeons & Dragons) que nació en los años 80 y que sigue captando a apasionados jugadores.
Los usuarios notarán rápidamente que ahora ya no pueden configurar a su propio personaje y que, en vez de eso, pasan a estar bajo el control de Cassia de Tenos. Este foco en un único personaje tiene el efecto habitual en el género: se pierde libertad en ese terreno pero se gana en calidad de la guionización.
Cassia es uno de esos personajes trágicos. Ha pasado años sumergida en un mundo de mazmorras y la experiencia ha sido más que traumática. El origen de Cassia, su experiencia para definirla como el personaje que conocemos en el juego, se cuenta al jugador en la forma del tutorial del juego. Cuando termina el tutorial no solo conocemos las bases jugables del título, sino que lo más probable es que compartamos los deseos de venganza de Cassia, que no es sino la esposa el actual gobernante del reino. Tras años atrapada no duda en buscar venganza a cualquier precio.
La historia del juego, eso sí, se desarrollo a partir de ese momento con bastante normalidad para el género. Reserva algunas sorpresas, momentos impactantes para el usuario, pero sin estar repleta de clichés sin más, lo cierto es que se trata de una historia de venganza muy al uso. El ritmo de la narración es bueno y, desde luego, es más ágil en este terreno que en su jugabilidad, donde en algunos momentos se hace evidente que el título podría haberse beneficiado de algo más de dinamismo. La estrategia, el rol y los turnos es una combinación que no se caracteriza ni mucho menos por su ritmo frenético, pero debemos admitir que en algunos casos el juego se hubiese beneficiado de recursos para agilizar su desarrollo.
El desarrollo de Cassia, como personaje, concede una amplia libertad al jugador. En esto supera ampliamente al primer Blackguards, que presentaba un sistema más restrictivo. El sistema actual es quizá más próximo al rol occidental tradicional, como el que firma Bethesda, en la medida en que podemos ir desarrollando al personaje prestando atención a los elementos principales de combate cuerpo a cuerpo, magia y ataques a distancia. Nos parece que, pese a ser más complejo, el sistema resultará más accesible para los usuarios y, sobre todo, intuitivo. Esto hace que algo que, en principio, puede parecer una simplificación en determinados aspectos, acabe otorgando más profundidad al desarrollo del personaje.
Además de Cassia, el jugador acabará conociendo a personajes como Naurim, Takate o Zurbaran, veteranos de la primera parte que regresan en esta nueva entrega. Los jugadores que tengan fresca en su memoria la historia del primer título se darán cuenta de que algunos elementos de la personalidad y características de los personajes se han revisado, pero no creemos que sea un gran problema para los jugadores. Estos personajes nos permiten disfrutar de más habilidades y, también, ir descubriendo sus propias historias, que, como la de Cassia, están muy lejos de ser la leyenda de un héroe o cualquier tipo de cuento de princesas. El mundo de Dark Eye se retrata con acierto en esta nueva entrega y es un mundo definitiivamente oscuro que rechaza la oposición maniquea entre el bien y el mal. En ese sentido, es posible que haya quien establezca un paralelismo con esta visión ambigua y de grises (frente a los blancos y negros de otros universos de fantasía) con recientes éxitos en los medios, como la adaptación a la televisión de la saga novelística de George R. R. Martin.
Desde luego, el mundo de Blackguards 2 no pretende hacernos creer en ningún momento que los personajes que controlamos son particularmente mejores moralmente que los enemigos que matamos y de vez en cuando se plasma de forma un tanto visceral la ambigüedad moral de los protagonistas, cada uno de ellos impulsado por sus propias y egoístas motivaciones. En este sentido, se trata de una narración madura que puede, sin embargo, pecar de simplista en ocasiones. El desarrollo de la historia es bueno y capta nuestra atención, sin duda, pero en algún momento se pierde un poco la fuerza narrativa. Afortunadamente, el juego no tarda mucho en encontrar de nuevo la forma de captar nuestra atención (por ejemplo, a través de la voz interior de los monólogos de Cassia) y seguir impulsándonos a avanzar para saber qué sucede al final con Cassia y los demás. Y, por supuesto, si Cassia sigue sumergiéndose en una locura cada vez más profunda o si logra escapar de ella.
Blackguards 2 propone, como decíamos antes, un juego por turnos en el que nos movemos por una parrilla de juego en la que las casillas son hexagonales, todo ello con múltiples componentes -como la evolución de personajes de la que ya hemos hablado- de rol. Uno de los puntos mejor logrados del título es cómo logra introducir la complejidad última de su planteamiento jugable de forma muy progresiva. La primera hora, mientras superamos el tutorial y descubrimos a algunos personajes, resulta muy sencilla. Está orientado a que manejemos los sistemas básicos de combate y magia y luego deja al jugador libertad para ir explorando esas posibilidades. Cuando llevamos ya dos o tres horas ya podemos decir que hemos visto todas sus opciones de juego y ya hemos tenidos que plantear estrategias progresivamente más elaboradas para conseguir avanzar.
Esto se consigue con un sistema de combate profundo y unos objetivos que se van acumulando y van siendo cada vez más complejos. Sumemos a esto la variable de la evolución no solo de Cassia, sino también de los demás personajes, y nos encontramos con un sistema jugable más que completo. El papel del usuario a la hora de determinar las habilidades y progresión de los diferentes personajes puede influir de forma muy clara en cómo avanzamos.
La sensación que transmite es que, aunque como es lógico, hay que hacer ciertas concesiones para desarrollar diferentes estrategias (es decir, si todos nuestros personajes están muy orientados al combate cuerpo a cuerpo estaremos muy limitados, pero si nuestro estilo de juego nos lleva hacia esa inclinación en los personajes, podemos hacerlo). En cualquier caso, hay que tener en cuenta que Zurbaran es un mago, Naurim un enano y Takate un guerrero, por lo que hay unas habilidades innatas que conviene desarrollar. Además, hay opción de contratar mercenarios en diferentes ocasiones para algunas misiones, por lo que las posibilidades estratégicas se multiplican.
Por eso es importante distribuir bien los puntos entre nuestras habilidades, movimientos especiales y destreza con las armas. Cuanto antes tengamos más o menos claro qué queremos hacer con nuestros personajes más fácil será definir su progresión. También hay que saber moverse por el escenario para conseguir ventaja táctica, llegar a los cofres y puertas y superar todos los obstáculos que hay en las zonas de combate. Todo esto crea un buen sistema de combate que ha mejorado con respecto a su predecesor y resulta mucho más justo para el usuario al eliminar el factor suerte que parecía predominar en la primera parte (se ha eliminado el sistema de dado que determinaba el éxito o no de nuestras ofensivas).
Por supuesto, buena parte de la acción se basa en mover a todos nuestros personajes por el escenario, algo que es habitual en la estrategia por turnos. No es un ritmo de juego que sea apto para cualquier usuario, que puede sentirse más cómodo con juegos de estrategia por turnos más ágiles en su ritmo o por rol con acción en tiempo real. No resulta extraño encontrarse en Blackguards 2 con combates pueden durar media hora, quizá incluso más si no acertamos en nuestra estratagema.
La duración de algunos de estos combates puede ser problemática en la medida en que no se puede guardar la partida durante el desarrollo de los mismos, de modo que si nos vemos obligados a detener el juego perderemos el progreso de nuestra lucha. Además, las estrategias a desarrollar son bien diferentes según el objetivo general, si jugamos a la ofensiva o a la defensiva, e incluso por el tipo de enemigo que nos encontramos en pantalla.
Todo el sistema resulta muy sólido y satisfactorio para el jugador que disfruta con el género. Los usuarios que no han probado demasiados juegos de este estilo tienen en Blackguards 2 un buen representante que tiene, como principal defecto en su planteamiento jugable, que tras el primer tercio de partida deja de introducir novedades en el desarrollo, por lo que pierde factor sorpresa.
Blackguards 2 es un juego que no exige al usuario tener una máquina particularmente potente, aunque sin duda alguna se beneficia de las ventajas de tener un ordenador relativamente reciente. La presentación es buena, con suficiente variación de escenarios y personajes y modelados acertados y bien texturizados. Si jugamos con la calidad mínima y nuestro ordenador no destaca por su rendimiento estaremos expuestos a tiempos de carga y una aspecto visual menos lucido, pero no afecta realmente a la jugabilidad siempre y cuando cumplamos con los requisitos mínimos.
El usuario puede controlar la posición de la cámara, algo importante para saber bien cómo podemos movernos en el escenario e intentar predecir los movimientos de nuestros rivales. Le falta algo de detalle en los entornos, pues eso podría haber conseguido un aspecto mucho más sólido e impactante en pantalla. Donde el juego podría lucirse es en las secuencias no jugables y lo hace, pero con un enfoque artístico y no técnico. La narración se apoya en un estilo de tendencia modesta que evoca un libro; no es espectacular, pero cumple sin dudas con su objetivo.
El aspecto sonoro se sitúa en una línea similar. Su banda sonora es atractiva y evocadora para el mundo de fantasía medieval y oscura que plantea y se complementa con buenas interpretaciones en inglés. El juego incluirá subtítulos en español, pero en la versión que hemos probado estos todavía no estaban integrados, aunque nos han prometido que estarán listos para cuando el juego debute el próximo 20 de enero.
Conclusiones
Blackguards 2 es un juego de rol por turnos que logra cumplir con éxito algunos de los aspectos que los aficionados suelen considerar más importantes, como su ambientación y buen sistema de combate. Es cierto que la lucha puede evidenciar cierta falta de ritmo en los combates más largos, pero es un peligro que se corre en muchos juegos del género y no se trata de un defecto particular de este título. Esto sucede muchas veces por los mismos motivos que se dan aquí: objetivos un tanto repetitivos y falta de variedad en las misiones, lo que no afecta a que el sistema de combate, en sí mismo, sea no solo muy sólido, sino también un importante progreso con respecto a su predecesor. Quizá le falte algo de factor sorpresa o algún elemento diferencial más marcado en su planteamiento jugable y en la historia para ser un futuro clásico, pero lo que está claro es que tiene mucho que ofrecer al jugador gracias a su sólida jugabilidad y conjunto.