Análisis de Anarcute (PC, Switch, Xbox One)
De vez en cuando nos llegan títulos realmente curiosos y bastante llamativos, algo que últimamente se ha convertido en algo excepcional. Ese es el caso de Anarcute, un juego creado por un equipo de estudiantes llamado Anarteam formado por tan solo cinco personas.
La propuesta que nos ofrece esta humilde producción es realmente sugerente e insólita. ¿Cuántas veces habéis jugado a una especie de arcade de manifestaciones? Pues esa es la idea que sirve como base de esta obra, una propuesta que además ha sido plasmada con mucho encanto y que, además, está protagonizada por animalitos de las formas más diversas que os podáis imaginar.
Un mundo controlado por multinacionales
La excusa que se han inventado los desarrolladores y que sirve como historia para su producción es bastante sugerente. Veréis. Un grupo de oscuras multinacionales se ha apoderado de todo el mundo, lavando continuamente el cerebro a los pobres habitantes y controlando a las fuerzas del orden público e incluso a la prensa.
Con este panorama han comenzado a surgir varias rebeliones de habitantes en las diversas ciudades en las que tiene lugar el título (Tokio, París, etc.). Y dichas revueltas acaban convirtiéndose en manifestaciones en las que acaban volando coches por los aires. O sea que, de pacíficas, nada.
Pero tranquilos, que como su propio nombre (en inglés) indica, este título es de todo menos violento o agresivo, por así decirlo. El aspecto que muestran todos los personajes que aparecen en el juego es tan singular como gracioso, y en ciertos momentos a nosotros nos han recordado un tanto a los protagonistas de series tan adorables como Animal Crossing.
Con todo esto queremos deciros que a pesar de que en el título es necesario pelear contra las fuerzas del orden público que han sido sobornadas por las corporaciones maléficas, se trata de una producción apta para todos los públicos.
Destrucción revolucionaria
En cuanto al sistema de juego se refiere, lo cierto es que se trata de un concepto bastante simple que, al menos a nosotros, nos ha recordado bastante al mismo experimentado en uno de los juegos más infravalorados y olvidados de Wii U: The Wonderful 101.
De esta forma, en cada uno de los niveles debemos ir tratando de acumular a la mayor cantidad posible de manifestantes. ¿Y cómo? Pues muy sencillo, acercándonos simplemente hasta ellos para que, de manera automática, se unan a nuestro grupo.
La forma de controlar a dichos personajes es muy sencilla ya que, a pesar de su cuantía, dicho equipo se comporta como si de un "todo" se tratara, es decir, que todos los personajes actúan al unísono como si fuera un gran banco de peces. Y cuanto más grande sea dicho grupo, más poder y resistencia poseerá éste, algo fundamental para ir cumpliendo los diferentes objetivos que nos encomiendan en cada una de las fases y, por supuesto, ¡dar cera a los policías!
En la parte lateral izquierda aparece siempre una barra o medidor que nos muestra el estado de nuestro equipo, su cuantía, etc. Bien, pues además de todo lo que acabamos de explicaros, la cantidad de personajes que forman parte del equipo determina también las acciones o habilidades especiales que es posible llevar a cabo. De esta forma si nuestro conglomerado de manifestantes es lo suficientemente nutrido, podremos llevar a cabo ciertas acciones como dar volteretas en grupo masivas tan curiosas como útiles, efectuar ataques de carga demoledores y demás acciones.
Además es posible ir potenciando las habilidades conjuntas de los personajes a través de monedas, objetos que vamos recolectando a lo largo de todo el juego. Un ligero matiz RPG que viene de perlas al desarrollo del juego.
Pero hay más, no os creáis. Cada vez que pasamos cerca de algún objeto (ya sean coches, camiones, mobiliario urbano, etc.) los manifestantes van recogiendo dichos elementos. ¿Y para qué? Pues para lo que estáis pensando: ¡para lanzárselos a los adversarios! Estas armas improvisadas se convierten en nuestros mejores aliados para luchar contra los robots, helicópteros, minas y demás tipos de enemigos diferentes que nos acechan en cada una de las fases. Y eso incluye los jefes finales que nos aguardan tras cada nivel.
Pero no penséis por ello que se trata de un título violento porque, como ya os hemos avisado, el sentido del humor y la simpatía reinan en esta producción. Todo se muestra en plan dibujos animados, con un planteamiento estético que sin ser fuera de serie, sí que presenta un fuerte componente de personalidad y carácter, algo de lo que no muchos títulos indie pueden jactarse. Eso sí, en líneas generales se trata de un juego coqueto y agradable pero nada más, ya que la simplicidad es el denominador común de todo lo que se muestra en pantalla. Quizá lo más destacable sea la posibilidad de poder destruir prácticamente cualquier construcción y elemento que se da cita en los fondos, pero nada más.
El resultado de todo esto es un título divertido y fácil de jugar, que seguramente hará las delicias de muchos de vosotros. Pero también es conveniente citar ciertos defectos que igualmente también ostenta el juego, como por ejemplo su bajo nivel de reto. Acabar con buenas puntuaciones cada uno de los niveles que forman parte de esta producción no es una tarea especialmente ardua. Y además su extensión tampoco es que sea inmensa, amén de que su rejugabilidad no es precisamente muy destacable.
Por otra parte y aunque se trata de un título verdaderamente entretenido, los últimos niveles se hacen más monótonos debido a la repetición de tareas y misiones a realizar. No acaba por ser un tedio, pero sin duda la parte final se hace más cuesta arriba de jugar que las primeras horas de juego.
A pesar de esto, reiteramos que se trata de una producción que merece la pena probar y que resulta original y admirable en cuanto a su planteamiento. No es el mejor título del mundo, pero es muy disfrutable, sobre todo al comienzo.
Para terminar, el apartado sonoro se encuentra a un nivel algo inferior que el acabado técnico. Y no porque sea malo en absoluto, sino porque un título como este no necesita de doblajes, efectos especiales sensacionales ni una banda sonora cautivadora. Cumple con creces y poco más.
Conclusiones
Este nuevo juego indie para Xbox One y PC demuestra que una idea muy simple puede acabar dando como resultado un título tremendamente divertido. Es cierto que a medida que progresamos el juego va perdiendo algo de interés por la repetición de objetivos y misiones que es necesario materializar, pero a pesar de eso su jugabilidad simpática y enganchante atrapará a muchos usuarios que busquen algo distinto.
Este análisis ha sido elaborado en su versión de Xbox One utilizando un juego final suministrado por el estudio.