Análisis de Speed Racer (NDS)
La película de los hermanos Wachowski que rescató del olvido una serie de animación japonesa tan carismática como Mach GoGoGo (conocida por estos lugares como Meteoro) - adaptación de la obra de Asahi Sonoraza, creada en la década de los sesenta - ha tenido, como muchas otras franquicias fílmicas de éxito, su consiguiente adaptación al videojuego, en esta ocasión con versiones para tres plataformas: dos para la Nintendo DS y la Wii, por un lado, ya en venta desde hace algunas semanas, y la versión para PlayStation 2, aún pendiente de distribución.
Los responsables de la trilogía Matrix (trilogía que, por otro lado, les marcará seguramente el resto de su carrera como cineastas) y productores de V de Vendetta han logrado una adaptación muy espectacular de las aventuras del joven Meteoro, con tintes quizás excesivamente adscritos al género de la ciencia-ficción, aunque no por ello carentes de interés en una película que, sin duda, contaba con la única pretensión de impresionar y entretener a un público entregado.
Aún así, la adaptación a la que hoy nos enfrentamos, la producida para la doble pantalla de Nintendo, ha acabado siendo un notable título de velocidad y conducción, con pocas referencias al argumento de la película (las mínimas necesarias para dar noticia al jugador de que, evidentemente, el juego se inspira en la película) aunque, por otro lado, con mucha diversión, una jugabilidad fuera de toda duda y algunos elementos que lo hacen destacable frente a otros títulos del género.
Modalidades de juego.
Dejando de lado prácticamente el argumento del filme, Speed Racer acaba por convertirse en un juego clásico de conducción, sin apenas referencias narrativas que sigan el curso argumental de la película, aparte de algunas imágenes estáticas entre carreras, los personajes y conductores del juego y la secuencia introductoria del juego, desarrollada a base de una serie de cinemáticas de una calidad muy notable, por cierto.
El menú del juego toma como modelo la sencillez y austeridad de otros títulos del género editados para la consola, como podrían ser los recientes MX vs ATV: Untamed o Juiced 2: Hot Import Nights. Como viendo siendo costumbre en este tipo de juegos, después de una espectacular secuencia de inicio, el menú del juego se nos planta delante nuestro con los modos de juego a seleccionar en la pantalla inferior de la consola, mientras una imagen estática adorna la pantalla superior y la música central del título suena repetidamente, en tanto decidimos nuestra selección (parece mentira la de clichés que pueden llegar a crearse en la industria del ocio, sin que el público, muchas veces, llegue a percatarse de ello).
Las modalidades de juego que nos ofrece el título son las siguientes:
Modo Arcade, en el que podremos competir en diversos circuitos del juego para ganar una a una las diferentes carreras que se nos planteen. Esta modalidad de juego, a su vez, se divide en cuatro categorías de carrera (algunas de ellas desbloqueables a medida que vayamos avanzando en el juego y mejorando nuestra puntuación de jugador): Carrera Rápida, en la que podremos competir contra cinco corredores más, y en la que podremos seleccionar la dificultad de la carrera entre tres niveles de dificultad (el más elevado de los tres únicamente accesible una vez hayamos llegado a los estadios más avanzados del juego), además del circuito en el que competir, eso sí, una vez hayamos competido en el mismo en el modo principal de juego, del que posteriormente hablaremos.
Otras categorías del Modo Arcade son: Contrarreloj, en donde que deberemos de elegir un circuito para correr y establecer un nuevo récord en el número de vueltas que se nos indique para cada carrera; Acrobacias, en la que deberemos de realizar el mayor número de acrobacias para conseguir la mayor puntuación, en forma de presupuesto para mejorar nuestro equipamiento y en número de fans, los cuales nos servirán para desbloquear las diferentes opciones del juego. Y, por último, contaremos con la categoría de Batalla Rápida, en la que deberemos de impactar contra el resto de vehículos en carrera el mayor número de veces posible, hasta establecer un nuevo récord.
Modo World Racing League (WRL), el cual podríamos considerar el modo principal de juego. Podremos escoger, como ya vimos en el modo Carrera Rápida, entre tres niveles de dificultad: Principiante, Clase Pro Amateur y Clase Pro. En esta modalidad de juego, deberemos de enfrentarnos a grupos de tres circuitos, saliendo victoriosos de todos ellos (o, al menos, dentro de las tres primeras posiciones en cada carrera) para poder avanzar en el juego. Contaremos con diferentes modalidades de carrera: competiremos en velocidad, en acrobacias o en enfrentamientos contra otros vehículos, dependiendo del tipo de evento al que nos enfrentemos. Podremos seleccionar a nuestro corredor entre un total de dieciséis personajes (muchos de ellos desbloqueables durante el juego), y nuestro objetivo principal será superar todas las carreras con la mejor puntuación y el mayor número de fans posible.
Modo Multijugador, en el cual, mediante la conexión local de nuestra consola, podremos competir contra otros cinco jugadores que posean la tarjeta del juego en los circuitos que seleccione el creador de la partida, con el modo de dificultad que deseemos de entre los tres disponibles.
Contaremos, por otra parte, con un menú de opciones, en el que podremos cambiar algunos aspectos del juego como las unidades visibles en el velocímetro de nuestro vehículo, la configuración de los controles de la consola, o algunas opciones de carrera, como el número de oponentes y de vueltas a realizar por el jugador en las carreras predefinidas por el juego. También contaremos con un tutorial explicativo, sin interactividad, lamentablemente, en el que se nos explicarán los diferentes movimientos y técnicas que podremos realizar con nuestro vehículo, aparte de algunos consejos y pistas para lograr el éxito en las diferentes modalidades de competición a las que nos enfrentaremos.
Jugabilidad y sistema de control.
A pesar de que la jugabilidad de Speed Racer es un calco de la mayoría de juegos de conducción de la consola, por lo menos en lo que respecta al manejo del vehículo en carretera- hecho que, por otro lado, es de agradecer ya que, sin duda, el sistema funciona-, el juego cuenta con algunas características propias que lo hacen diferente frente a otros juegos del género. El hecho de que el componente de ciencia-ficción juegue un papel tan importante en la película en la que se inspira el presente título, hacen que aspectos como las acrobacias durante las carreras o los enfrentamientos entre los diferentes vehículos tomen una especial relevancia en el juego, cosa que, por supuesto, afecta sobremanera a la experiencia jugable del mismo.
Primero de todo, contaremos con una barra de impulso que irá rellenándose durante la carrera, y que podremos utilizar para usar el modo turbo de nuestro coche, una vez esté repleta del todo. Al estar en modo turbo, si colisionamos con algún coche, lo sacaremos fuera de la carrera durante algunos instantes, cosa que favorecerá nuestra posición y aumentará nuestras posibilidades de ganar la competición. El Botón B de nuestra consola lo utilizaremos, generalmente, para dar saltos y realizar acrobacias en carrera, cosa que aumentará exponencialmente nuestro número de fans. Al saltar presionando las direcciones de la cruceta de control, saltaremos a un lado y otro de la pista, acrobacia especialmente útil cuando corramos por las paredes de la pista, en caso de que ésta se cierre sobre sí misma- llegando en ocasiones incluso a formar túneles cerrados, en los que podremos correr subiéndonos por las paredes y el techo de los mismos. Una vez estemos en el aire después de algún salto (sea este realizado presionando el botón B o pasando por encima de alguna de las rampas dispuestas a tal efecto), podremos realizar acrobacias presionando las diferentes direcciones de la cruceta de nuestra consola. Cuantas más acrobacias realicemos y mejor sea nuestro aterrizaje, mayor será el número de fans que consigamos.
El botón X nos servirá para enderezar la dirección de nuestro coche en caso de que comencemos a dar trompos después de una colisión, o incluso acabemos corriendo de espaldas debido a algún giro inesperado. Derraparemos con el botón lateral L, y mediante las direcciones de la cruceta recuperaremos el control de nuestro coche durante los derrapes más arriesgados. Por último, cada vez que veamos aparecer un vehículo cerca nuestro, aparecerá un icono que nos indicará que presionemos el botón B de la consola, momento en el cual tendremos la ocasión de poner en práctica una técnica de lo que se conoce en el juego como "Koche-Fu", serie de espectaculares saltos y colisiones que apartarán a los coches de la carrera y aumentarán nuestras posibilidades de éxito.
Cada vez que pongamos en marcha una técnica de Koche-Fu veremos una secuencia cinemática que nos conducirá a un sencillo minijuego, en el que deberemos de golpear la pantalla táctil en el momento que el icono de nuestro coche pase por el centro de una barra en la que se encontrarán tanto nuestro icono como el del enemigo. Cuanto más preciso sea el acercamiento al centro de dicha barra, mayor serán nuestras posibilidades de éxito en el enfrentamiento.
Por lo demás, aceleraremos con el botón A de nuestra consola, como suele ser usual en estos títulos, y manejaremos la dirección de nuestro coche mediante la cruceta de control. Una jugabilidad, sin duda, sencilla y de fácil acceso para todos los jugadores. Lo dicho: si el sistema funciona, ¿qué necesidad hay de cambiarlo?
Apartado técnico.
Los gráficos de Speed Racer son un derroche de colorido, sin duda, aunque esto no afecta en lo más mínimo a la fluidez y velocidad vertiginosa de las carreras. Sin duda, el hecho de que haya un componente fantástico importante en el juego ha hecho que el despliegue de imaginación en el diseño de los coches y de los escenarios haya sido ingente. Es cierto que, en ocasiones, la velocidad y las limitaciones gráficas de la consola hacen que tanto los coches como los entornos pierdan definición, pero aún así el trabajo realizado por los desarrolladores del juego es notable, tanto por la fiel adaptación de todo lo visto en la película como por la fluidez de las animaciones y la velocidad vertiginosa con la que cuenta el juego en todo momento.
La música del juego, así como los efectos de sonido, han sido muy cuidados a su vez, aunque estos últimos, como cabe esperar en un juego de estas características, no dejan de ser los clásicos rugidos de motores, las aceleraciones a toda velocidad y los chirriantes derrapes. Los temas de la banda sonora son marchosos y pegadizos y cuentan con temas extraídos directamente de la película, hecho que los que hayan visto la misma agradecerán, sin duda.
La jugabilidad es sencilla y carente de complicaciones. Tanto en lo que respecta al sistema de opciones y menús del juego como la acción del juego en sí, la simplicidad de la experiencia jugable enganchará fácilmente a jugadores de toda edad y condición. Eso sí, teniendo en cuenta que tenemos delante un juego claramente arcade, sin ningún atisbo de simulación por ningún lado (ni intención de ello).
Conclusiones
Speed Racer es un notable título de velocidad y conducción, inspirado en la película de los hermanos Wachowski, pero que en algunos momentos abandona sin prejuicios las referencias fílmicas para crear un título con nombre propio. Sencillo, adictivo y fresco, así se nos presenta Speed Racer. Seguramente, un título a tener en cuenta dentro del catálogo de títulos de velocidad de la consola, sobretodo enfocado para jugadores que quieran olvidarse de la simulación realista para acercarse a un título repleto de acción y diversión.