Análisis de Harvest Moon: The Tale of Two Towns (NDS)
Como viene siendo habitual en esta saga, nos llega la penúltima entrega con bastante retraso respecto a los mercados americano y japonés, y por si fuera poco, la distribuidora ha decidido que en Europa sólo aparecerá en los mercados del Reino Unido, Francia y Alemania, con la correspondiente traducción a sus respectivos idiomas. Por tanto, sólo nos queda tirar de importación si queremos volver a coger la azada y demás aperos agrícolas, junto con un buen diccionario de traducción al español para disfrutar de una aventura como dios manda entre berzas, zanahorias, vacas y gallinas. Lo cierto es que se veía venir; el anterior juego, Harvest Moon Grand Bazaar tuvo una distribución nula en nuestro país, aún a pesar de contar con su traducción al idioma de Cervantes, síntoma de que quizás el siguiente juego, el que ocupa este análisis, se alejaría hacia territorios más productivos.
Tale of Two Towns ha sido lanzado en dos versiones, una para Nintendo DS y otra para 3DS. En realidad, ambas son exactamente iguales salvo cuatro diferencias. La primera de ellas es obvia sabiendo que NDS es una consola que no tiene bloqueo de región, lo que unido al hándicap del idioma, siempre está la opción de comprar una copia en mercados americanos, buscando suculentas ofertas por un juego que allí ya lleva muchos meses en las tiendas, aunque hay que tener en cuenta que 3DS no es multi-región. Otra diferencia tiene que ver con los gráficos: en 3DS se ha optado por aumentar la resolución hasta 400x240, permitiendo así ver más área (recordemos que tiene formato panorámico) que en la versión NDS, además de que hay elementos en 3D que son algo resultones.
La versión 3DS disfruta además de capacidades StreetPass, aunque dudamos que sea algo a lo que se le saque partido en un juego que hay que comprar de importación. Y por último, la cuarta diferencia afecta directamente a la jugabilidad, se trata de la posibilidad de acariciar animales mediante minijuegos en la versión 3DS, lo cual ayuda a conseguir más rápidamente mayores niveles de amistad con nuestra ganadería. Además de esas cuatro diferencias, la versión 3DS americana adolecía de continuos cuelgues en algunas circunstancias específicas; nosotros hemos avanzado bastante en la aventura sin haber "tropezado" con ningún fallo que nos obligase a reiniciar la consola, por lo que es probable que en todo este tiempo hubiesen pulido esos defectos para el lanzamiento europeo.
Dos pueblos enfrentados, dos estilos de vida diferentes
Hace cientos de años, los dos pueblos, Bluebell y Konohana tenían un túnel por el que podían pasar fácilmente de un pueblo a otro, ahorrándose todo el camino de la montaña. Sin embargo, una acalorada discusión entre los dos alcaldes hizo que la Diosa Cosecha hundiese el túnel para evitar catástrofes mayores, así, el esfuerzo de la larga caminata entre pueblos, agotaría las energías airadas entre los habitantes que sólo buscan problemas. Ésta es la historia y la razón de ser que envuelve a este juego, ya que todo está enfocado no sólo a demostrar nuestras habilidades como granjero, sino también a acabar de una vez por todas con la rivalidad entre los dos pueblos.
Cuando empezamos a jugar, tendremos que elegir en qué pueblo empezar nuestra aventura; Bluebell es de estilo europeo, con calles empedradas, una gran plaza en medio, y su desarrollo está centrado en la ganadería, por lo que si te gusta cuidar animales ésta es tu mejor opción. Por el contrario, Konohana proporciona un ambiente rural asiático, con caminos sin asfaltar y campos de cultivo rodeando las viviendas; la especialidad de este pueblo es la agricultura y todo el mundo tiene un pequeño huerto a su cargo. A largo plazo es indiferente cuál de las dos elijas para vivir, ya que el juego permite irse a vivir a una u otra granja una vez por estación, aunque existen ciertas restricciones que afectan al número de animales que se pueden llevar en el traspaso de una a otra ciudad.
Tale of Two Town nos presenta una jugabilidad totalmente diferente de los últimos Harvest Moon aparecidos, dando a demostrar una vez más la gran imaginación e inventiva de los desarrolladores a la hora de presentarnos un juego de temática tan concreta como puede ser la vida de un granjero. Prácticamente todas las acciones siguen siendo las mismas, esto es, hay que cultivar hortalizas, gramíneas y frutales, acariciar, cepillar y cuidar diferentes especies animales, recoger plantas salvajes, pescar, crear un enorme recetario, casarse, ampliar la granja, hablar y crear lazos de amistad con los demás personajes, acudir a festivales… Pero la forma de hacerlo es totalmente diferente.
Se ha ideado un sistema de peticiones, de tal manera que existe un tablón de anuncios en mitad de cada pueblo donde los habitantes van colgando hojas de papel en las que han escrito que necesitan tal o cual cosa. Como el lector ha intuido, nuestro deber será atenderlas y llevarlas a cabo dentro de unos plazos de tiempo. Al principio se trata de pequeñas peticiones del tipo encontrar un objeto y llevárselo a quien nos lo pide, pero poco a poco van ganando en dificultad. Tenemos que decir que es un sistema que funciona muy bien, ya que hace las veces de tutorial, consiguiendo que nos familiaricemos con los diversos aspectos de la granja, y al mismo tiempo nos exige una progresión, sin prisas, pero sin pausa, aunque al final siempre somos libres para decidir si queremos hacerla o no y llevar el juego a nuestro ritmo. Lejos de lo que pueda parecer a priori, este sistema de peticiones es capaz de enganchar, sobre todo gracias a su variabilidad y a los premios que obtendremos a cambio.
Otro de los cambios importantes de Tale of Two Towns es el progreso del tiempo. Hasta ahora hemos sido testigos de cómo han ido cambiando la manera en que pasan las horas en cada versión de Harvest Moon que ha ido saliendo a la venta, y no siempre ha sido un acierto la manera de llevarlo a cabo. Unas veces nos veíamos obligados a apurar al máximo, en otras ocasiones sobraba demasiado tiempo, e incluso en alguna nos vimos abocados a una lucha sin cuartel contra el reloj, utilizando y aprovechando al límite objetos que nos permitían modificar su velocidad. Parece que en esta ocasión han dado con el equilibrio perfecto, al menos perfecto para el ritmo de juego que se pretende.
Simplemente no hay tiempo para hacerlo todo en un único día, y aunque nos obliga a establecer prioridades, nos libera del agobio de trabajar a destajo. El sistema de guardado también ha cambiado en esta misma dirección, de tal manera que no se puede grabar partida en cualquier momento, sino cuando nos vamos a la cama para empezar un nuevo día. Ello facilita una mayor dinámica en el paso de los días, y también que no caigamos en la tentación de volver a recargar la partida cada vez que demos un paso en falso: equivocarse es parte del juego. De esta manera se garantiza que, a poco interés que tengas en el juego, verás pasar las estaciones y los años, al mismo tiempo que todo va cambiando gracias a tu trabajo.
Como no podía ser de otra manera, las especies con las que podemos interactuar, tanto animales como vegetales han visto incrementado su número, y muchos de ellos sólo aparecerán sin más requisito que haber jugado determinado tiempo. Por destacar alguna novedad, hay espacio para hacer nuestros pinitos como apicultor, y también cabe la posibilidad de cultivar flores, por las que conseguiremos suculentos beneficios. Casi todos los personajes han sido creados de cero para la ocasión, salvo algún que otro que han sido rescatados de anteriores Harvest Moon, como la Diosa Cosecha o el chef Pierre. Casarse y tener también volverá a ser uno de los objetivos principales del juego, y para ello tendremos a nuestra disposición 6 personajes masculinos y 6 femeninos, dependiendo del sexo que hayamos elegido para nuestro héroe, a los que habrá que conquistar mediante regalos específicos.
En cuanto a los demás aldeanos, granjearnos su amistad no será baladí, ya que nos permitirá ver eventos que nos mostrarán cómo son sus vidas en el pueblo, e incluso alguno nos permitirá desarrollar nuestras habilidades. Las maravillas, que tanto jugo dieron con el tema de las herramientas en anteriores juegos, han pasado a ser poco más que un estorbo. En esta ocasión sólo servirán para hacer peticiones concretas a la Diosa Cosecha, y mientras no se completan todos los colores se quedarán ocupando espacio en nuestro baúl. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el carro de caballos, lugar donde podremos colocar nuestras pertenencias y llevarlas de un lugar a otro. Esto supone que a medida que avancemos, podemos comprar diferentes tipos, que no sólo tendrán diferencias a nivel visual, sino que también en cuanto a carga, velocidad y capacidad de conservar frescos nuestros productos.
Gráficamente se nota que este juego está pensado para NDS. Por mucho que se haya maquillado con efectos 3D en árboles, casas y ríos, el chip gráfico de 3DS puede con todo ese mundo realizado a base de sprites y muchísimo más. Por si fuera poco, el 3D no está todo lo bien implementado que debería, y no ha dejado de llamarnos la atención cómo nuestro personaje principal flota en la pantalla cuando corretea montado en el caballo –por cierto, por fin un caballo útil de verdad en un Harvest Moon–, o cuando monta en la tirolina se superponen los planos produciendo un efecto muy extraño. La parte positiva es que todo se mueve muchísimo más fluido que en NDS, las transiciones entre áreas son muy dinámicas. Las melodías también adolecen de haber nacido para la anterior generación portátil; tampoco se trata de que nos sorprendan con sonido real orquestado, pero a la larga se hacen muy machacantes y repetitivas. Tampoco se han molestado mucho a la hora de producir nuevos efectos de sonido, simplemente se han dedicado a reutilizar lo habido en otros juegos. En cuanto a control, el stick analógico de 3DS facilita muchísimo el dominio de nuestro personaje, más que en la versión NDS donde sólo podemos utilizar la cruceta y una combinación de botones para correr/caminar.
Conclusiones
Harvest Moon: Tale of Two Towns posee muchas virtudes a nivel jugable. Tiene ese punto que cualquier amante de la serie sabrá apreciar y que mantiene enganchado durante mucho tiempo, quizás más que otros Harvest de mayor renombre. Contiene todos los elementos básicos que caracterizan la serie y muchas adiciones en forma de nuevas especies animales, vegetales, recetas, y otras cosas que aseguran sorpresas y diversión en cantidad. Pero el tiempo no pasa en balde, y quizás este juego hubiese llamado más la atención en los primeros meses de vida de la consola, cuando hacían falta juegos para completar catálogo, pero hoy en día, habiendo títulos mucho más llamativos y de mayor renombre para el gran público, sólo será apreciado por los fans de la serie. Otro aspecto negativo es la decisión por parte de Rising Star Games, los distribuidores de esta saga en Europa, de no sólo no traducirlo al español, sino de ni siquiera distribuirlo en nuestro país, por lo que para hacerse con una copia hay que recurrir a la importación. Una verdadera pena.