Análisis de G.I. JOE The Rise of Cobra (NDS)
Hace unos meses, se anunció oficialmente el estreno de la película basada en los personajes y aventuras de la franquicia G.I. JOE, la cual contaba, entre otros productos, con una serie de animación, una serie regular de cómics y una colección de figuras articuladas con las que (a buen seguro) la gran mayoría de los jugadores veteranos de hoy día pudieron disfrutar en su momento, allá por el final de la década de los ochenta y principios de los noventa. Seguramente, muchos de los que en su momento disfrutaron en vivo y en directo de las delicias de tan conocida firma juguetera se llevaron las manos a la cabeza tras oír el anuncio de la nueva producción fílmica: ¿estaría la película a la altura de las expectativas de una enorme (y fiel) masa de fanáticos de los muñequitos originales, muñecos que, por otra parte, marcaron un antes y un después en la infancia de muchos de nosotros?
Pero no estamos aquí para analizar la película en cuestión. En esta ocasión, nos enfrentamos al análisis de la correspondiente versión en videojuego para la portátil de Nintendo del filme. De nuevo, las manos en la cabeza... ¿Será ésta una nueva adaptación mediocre de una taquillera película veraniega? Pues, señores: lamentablemente, así es. Si bien el título en sí no ofrece una mala experiencia jugable (aunque quizás sí un tanto obsoleta a nivel técnico para lo que podría esperarse de la actual generación de consolas) dando acción a raudales sin ambiciones y sin demasiados miramientos, falla completamente en el aspecto narrativo, ya que el discurso argumental (totalmente insípido, por otra parte) machaca irreverentemente la acción, pausándola cada dos por tres y frustrando al jugador a intervalos regulares de, aproximadamente, uno o dos minutos, lo que realmente llega a ser exasperante.
En ocasiones, el argumento podría obviarse...
La presente entrega de G.I. JOE para Nintendo DS no deja de ser un nuevo juego de acción y disparos con vista cenital, muy en la línea de juegos como Commandos o Ikari Warrios (títulos que, por otro lado, vieron su éxito precisamente en la década de los ochenta, en una época contemporánea -o casi- a la de la veterana franquicia juguetera). A buen seguro, el título podría divertir y entretener sin pretensiones a la mayoría de jugadores aficionados al género, ya que el sistema de juego es sencillo, sin complicaciones y, ciertamente, funciona.
Pero eso sí: el hecho de que cada dos por tres la acción del juego se interrumpa y salgan uno o varios de los personajes de la película en cualquiera de las dos pantallas de nuestra consola para darnos la brasa acerca de nimiedades que, por otro lado, no aportan prácticamente nada a la acción en sí, es muy molesto. En ocasiones, el juego no se interrumpe y, simplemente, aparecen los diálogos en la pantalla inferior mientras nos vemos las caras contra las hordas enemigas en la superior. Esto, claro está, crea cierto desasosiego en el jugador, ya que no podemos leer la información que se nos ofrece abajo (suponiendo que ésta, realmente, aporte algo de interés) mientras seguimos la acción desenfrenada de la pantalla de arriba... En fin, lamentablemente, en este sentido los desarrolladores del juego se han lucido.
Por otro lado, el argumento del juego no deja de ser una versión descafeinada y fragmentada de la historia de la película, con lo que tampoco nos enteraremos muy bien de qué va el asunto a no ser que hayamos visto el filme con anterioridad. Seguramente, el juego habría ganado mucho sise hubiera dejado el factor narrativo totalmente de lado y hubieran enfocado todos los esfuerzos en la acción y la aventura, la cual, como ya hemos dicho, no está mal del todo.
La vieja escuela de los juegos de acción vuelve a nuestras portátiles
Al principio de cada nivel, se nos da la opción de elegir a nuestro héroe entre un plantel de seis personajes. Algunos de ellos no los tendremos disponibles al inicio del juego, pero a medida que avancemos en el mismo los podremos ir desbloqueando. Podremos repetir cada uno de los niveles que hayamos superado las veces que queramos, tanto para mejorar nuestros resultados y puntuaciones como para subir el nivel de cada uno de los personajes de nuestro equipo. Cada vez que eliminemos a un enemigo, podremos recoger una insignia que aumentará nuestra experiencia. Cuando tengamos un cierto número de puntos de experiencia, subiremos de nivel, con lo que las habilidades de nuestro personaje mejorarán notablemente.
Cada uno de los protagonistas del juego cuenta con un arma básica (una ametralladora, fundamentalmente); un ataque secundario de poder ligeramente superior al anterior; un ataque, movimiento o habilidad especial que podremos utilizar de manera muy limitada (únicamente cuando hayamos eliminado a cierta cantidad de enemigos, recogiendo las correspondientes insignias); un ataque de combate cuerpo a cuerpo y, finalmente, la habilidad de agacharse y esquivar las balas enemigas con un rápido movimiento evasivo. Todo el manejo de nuestros personajes se realiza a través de la cruceta de control y de los botones de nuestra consola, sin ninguna opción táctil a contemplar. Nuestro armamento principal y secundario, por otra parte, es ilimitado, aunque una vez agotemos un cargador o lancemos un ataque de mayor poder, deberemos de recargar nuestras armas y esperar un par de segundos hasta que nuestro equipo esté a punto para retomar el ataque.
La acción se basa, fundamentalmente, en ir avanzando por los diferentes mapas, eliminando a todo enemigo que se nos ponga por delante, y destruyendo todas las estructuras que exija el guión. Y nuestros oponentes no nos lo pondrán nada fácil, ya que la cantidad de enemigos contra la que nos enfrentaremos en los estadios más avanzados del juego será considerable. Utilizaremos también algunos vehículos y torretas, que podremos utilizar para defendernos en algunos momentos concretos del juego, o para desplazarnos rápidamente a través de distancias largas. Podremos, en principio, tomar cobertura detrás de diferentes objetos del escenario, aunque el sistema de coberturas se nos antoja casi tan inútil como el discurso argumental del título: si nos paramos detrás de un objeto, nuestro personaje se agachará y nuestros enemigos no podrán darnos con sus disparos. Pero si nos movemos a toda velocidad y continuamente por el terreno, tampoco recibiremos ningún (o casi ningún) impacto, y la verdad es que nos lo pasaremos mejor, esquivando los disparos enemigos y disparando a diestro y siniestro.
Mejor en compañía...
Si bien la campaña para un solo jugador resulta poco gratificante, debido, sobre todo, a las continuas pausas que hace el juego, el modo multijugador no está nada mal, aunque para jugar a él deberemos contar con varias copias del título. Podremos jugar con otros tres usuarios de Nintendo DS en tres modos de juego diferentes: Batalla por Equipos, Warhead y Defiende la Base. El primero es, simplemente, un combate entre dos equipos de jugadores, en el que deberemos de eliminar a nuestros oponentes, sin más. En cambio, las otras dos opciones se nos presentan como algo mucho más interesante.
En Warhead, jugaremos a un juego parecido a Capturar la Bandera, aunque en este caso deberemos de llevar un elemento a la base enemiga para conseguir que ésta explote, mientras nuestros oponentes deberán hacer lo mismo, evitando a su vez ser eliminados. En Defiende la Base, el juego dividirá a los usuarios también en dos equipos. Uno de ellos deberá de atacar la base de sus oponentes y destruir una serie de estructuras de aquélla. El otro equipo deberá únicamente de defender la base, y todas las estructuras insertas en ella, claro está.
Apartado técnico
El apartado gráfico del juego es, sin duda, lo peor de todo. Si bien los escenarios son en tres dimensiones, el diseño de los personajes es minúsculo, y los modelos no son excesivamente detallados, por lo que, en ocasiones, cuesta reconocerlos entre sí. Por otra parte, las imágenes digitalizadas sacadas de la película parecen extraídas directamente de un juego de ordenador de la década de los ochenta (de nuevo), lo que, ciertamente, parece impensable a estas alturas... La consola no está para nada aprovechada en este sentido, ya que podría haber dado mucho más de sí.
Pero esto no es todo: a las limitaciones gráficas del juego, hay que añadir una serie de ralentizaciones y saltos totalmente incomprensibles, dado que nunca el juego mueve tantos personajes a la vez, ni los escenarios son excesivamente recargados como para producir estos defectos. Y, para acabar de adornar el asunto, el sistema de colisiones es horroroso, por lo que en más de una ocasión nos veremos atascados entre un par de estructuras o entre un enemigo y una pared sin poder movernos del sitio durante unos instantes (hasta que, milagrosamente, damos con el movimiento que nos saca del brete).
La banda sonora del juego, extraída de la película, es seguramente lo mejor del título, ya que cuenta con varios temas sinfónicos de notable factura, con una calidad de digitalización bastante buena. Aún así, los efectos de sonido no son nada del otro mundo, y se echa en falta alguna que otra voz (que, por cierto, podrían haber sustituido perfectamente a los molestos textos que aparecen cada dos por tres en la aventura).
La jugabilidad es sencilla, como la de los juegos clásicos de acción, aunque muy limitada. Seguramente el juego ganaría si la acción del mismo se limitara únicamente a eliminar a todo lo que se nos pusiera por delante, sin necesidad de tantas explicaciones y coletillas narrativas. Eso sí, el modo multijugador vale bastante la pena, aunque es una lástima tener que comprar una copia del juego para cada uno de los jugadores que quieran disfrutarlo.
Conclusiones
Nos encontramos ante un juego mediocre que aprovecha el tirón del estreno de la película para apuntarse un tanto y vender un cierto número de copias entre los seguidores de la misma, así como entre los seguidores de la franquicia original. Puede ser una buena apuesta para los fanáticos de G.I. JOE que quieran disfrutar de sus aventuras en formato portátil, así como para los que quieran volver a disfrutar de sensaciones similares a las que ofrecían los juegos de acción de los ochenta. Pero, por desgracia, éste título poco más nos podrá ofrecer.