Análisis de Bomberman Land DS (NDS)

Bomberman lleva ya muchos años divirtiendo y deleitando a jugadores de todas (o casi todas) las plataformas hasta el momento. Su fórmula sencilla, su acción trepidante y las batallas multijugador son las claves de su éxito y la razón por la que se ha convertido en indispensable en cualquier colección de videojuegos que se precie. En la segunda entrega de la saga para la portátil de Nintendo, Hudson nos sorprende esta vez con un juego dividido en dos partes, con dos planteamientos bien diferentes: el modo aventura, la nueva apuesta de esta entrega; y el clásico, el insustituible modo batalla, con el que podremos enfrentarnos en partidas de hasta ocho jugadores a la vez.

Modo aventura
La historia de Bomberman Land Touch nos mete en la piel de Blanco Alegre (la traducción de los nombres de los diferentes personajes es poco menos que horrorosa) que, junto el resto de la pandilla de los Bomberman, viajan a Isla Bomber, un parque temático donde las atracciones son muchas, variadas y divertidas.

El parque está dividido en cuatro zonas: Picas, Corazones, Diamantes y Tréboles (como la baraja de póquer). Nuestro objetivo principal será jugar a los minijuegos de cada una de las zonas para conseguir las fichas de la zona correspondiente. Coleccionar estas fichas nos dejará desbloquear puertas que nos permitirán descubrir objetos o acceder a otras zonas del parque. Por otro lado, debemos coleccionar hasta cuatro tipos de sellos (Zona, Rival, Jefe y Tesoro) que se nos darán al cumplir ciertos objetivos a lo largo de la aventura o al acceder a lugares determinados. Estos sellos nos servirán para conseguir fichas regalo o para acceder a zonas que de otra manera nos serían inaccesibles.

Todo el control en el modo aventura se realiza a través de la pantalla táctil, tanto el desplazamiento de nuestro personaje por los diferentes mapas como al jugar a los diferentes minijuegos. Estos son muchos y variados, desde los típicos juegos de arrastrar el stylus de un lado a otro de la pantalla a toda velocidad hasta juegos en los que deberemos de soplar en el micrófono para apagar las bombas de un determinado color.

En general, los minijuegos son amenos y divertidos, aunque siempre nos encontramos excepciones. El problema es deberemos de jugarlos hasta tres veces si queremos completar el modo aventura: una, para conseguir la ficha de zona; otra, para derrotar en duelo a uno de los Bomberman que iban en nuestro grupo; y una última para superar nuestra puntuación inicial y conseguir una ficha que podremos cambiar en los puestos de información repartidos por cada una de las zonas por diferentes objetos que añadir a nuestro equipo. Este hecho, añadido a que las puntuaciones para superar los minijuegos son bastante altas, puede hacer que jugar a los minijuegos que menos nos gusten se convierta en frustrante, sobretodo teniendo en cuenta que si no conseguimos las fichas correspondientes no se nos permitirá continuar en la aventura.

Cada zona dispone de un puesto de información, que nos permitirá cambiar fichas por objetos, sellos por fichas y teletransportarnos a otras zonas del mapa. También tenemos los diferentes jefes de zona, que nos propondrán diferentes misiones que deberemos de cumplir para continuar con la aventura. Y, por otra parte, los personajes que pululan por los mapas en ocasiones nos ofrecerán retos para conseguir objetos o el acceso a otras zonas del mapa. Uno de estos retos lo encontramos en las Casas Bomba repartidas por todas las zonas, en las que nos enfrentaremos a unos Bomberman disfrazados de pirata en un duelo en el que lanzaremos bombas en una pista hacia el lado opuesto en el que nos encontramos intentando que aquéllas exploten en las narices de nuestro oponente. Ciertamente, muy divertido.

Nuestro personaje cuenta con un Bombpad que le servirá para gestionar las diferentes opciones del juego. Por un lado, tenemos una cuenta de e-mail a la que llegarán mensajes muy a menudo, invitándonos a determinados retos o dándonos información sobre el parque y los personajes del juego. También, disponemos de la opción de cargar y guardar en cualquier momento, mientras no estemos jugando a ninguno de los minijuegos Podremos también llevar la cuenta de todos los sellos que hayamos coleccionado y, por último, podremos modificar el equipo que llevemos puesto dependiendo de las necesidades de cada momento. Por ejemplo, para entrar en las cuevas necesitaremos llevar puesto el casco de minero (con el que podremos ver en la oscuridad).

En casi todo momento la acción se desarrolla en la pantalla inferior. Mientras nos desplacemos por el mapa, deberemos arrastrar el stylus para guiar a nuestro Bomberman. La visión que tendremos en este caso de la acción es isométrica, y los caminos por los que nos podremos mover ya están delimitados. En ocasiones, deberemos de movernos con especial cuidado (como cuando vamos por encima de las tuberías en algunas de las cuevas) o deberemos de modificar algunas partes del mapa para poder continuar (como cuando vamos en vagoneta por las minas y debemos cambiar la dirección de las flechas para no caer en ningún agujero).

En la pantalla superior, durante la aventura, veremos el estatus de nuestro personaje, el equipo que lleve en ese momento, el número de fichas de los diferentes tipos del que disponemos, y los mapas de las diferentes partes de la zona en la que estamos. En el caso de los minijuegos, actuaremos siempre sobre la pantalla táctil, aunque la acción se desarrollará entre las dos pantallas. Muchas veces, en la pantalla superior se nos mostrará el color o el número de la bomba sobre la que debemos interactuar, la imagen que debemos conseguir en el puzzle que se nos plantea… Otras veces, sólo estará como complemento de la acción y no será necesario mirarla.

En el modo aventura, el juego multijugador se reduce a la posibilidad de volver a jugar los minijuegos que ya hayamos superado durante la aventura en partidas de hasta cuatro jugadores. Podremos jugarlos con una sola tarjeta de juego, pero el problema está en que cada vez que queramos jugar uno de los minijuegos, el resto de los jugadores que no posean la tarjeta deberán reiniciar sus consolas y descargarse el minijuego al que se desee jugar, cosa que hace de ello algo ciertamente aparatoso y poco práctico, con lo que la mayor parte de las veces se dejará de lado esta opción (hay pocos minijuegos para los que realmente valga la pena el esfuerzo).

Modo batalla
Traducido con el rimbombante nombre de Paquete de Batalla Bomberman, nos encontramos en este caso con una nueva revisión del clásico que todos conocemos. En este modo, el stylus no lo utilizaremos, y el juego nos avisará de que lo dejemos de lado para hacer uso nuevamente de la cruceta y los botones de la consola. En este modo de juego podremos jugar individualmente contra la máquina, en combates multijugador por vía inalámbrica o mediante la CWF de Nintendo en batallas online de hasta 4 jugadores

En los tres modos de juego, elegiremos un personaje y, en el caso de jugar contra personajes controlados por la consola, elegiremos contra qué personajes nos enfrentamos y con qué nivel de dificultad. Cuando hayamos seleccionado los personajes, podremos decidir si queremos repartirlos en hasta cuatro equipos o hacer una batalla todos contra todos. Una vez hemos decidido contra qué personajes jugamos y cómo distribuimos los equipos, seleccionaremos la fase en la que queremos combatir: más grande, más pequeña, con ítems que nos ayudarán o actuarán en nuestra contra, con más o menos obstáculos… en un total de veinte fases diferentes, cada una con su diseño y sus características propias.

Y para acabar con las opciones de selección antes del combate, podremos configurar las reglas con las que nos batimos contra nuestros oponentes, pudiendo cambiar el número de victorias necesarias para ganar una batalla, el tiempo que duren las mismas, la posición de los jugadores en el mapa, etc.…
Una vez en el terreno de juego, vemos que se distribuye el mapa entre las dos pantallas en un Bomberman que en nada se diferencia del clásico de toda la vida. La verdad, con tanta experiencia a sus espaldas, Hudson podría haber aprovechado más esta nueva entrega del clásico.

En primer lugar, los gráficos son muy simples: los mapas son iguales que siempre, y nos encontramos que los jugadores sólo se diferencian por el color, ni tan sólo la figura de los mismos es diferente (podrían haber aprovechado las figuras de los Bomberman del modo aventura, por ejemplo, añadiendo una nota de simpatía a la extrema sencillez gráfica del juego). Por otro lado, los ítems que nos encontramos repartidos por los mapas son los básicos que han aparecido en todas las entregas desde los inicios: el potenciador de explosión, las bombas extra y la patada bomba. ¡Ni siquiera disponemos de las bombas por control remoto! Es una pena que aspectos como este no se hayan tenido más en cuenta.

Por lo que respecta a la opción multijugador, es una muy buena apuesta, sobretodo en los torneos de hasta ocho jugadores con una sola tarjeta por vía inalámbrica. En el caso del juego online, la verdad es que decepciona bastante el hecho de que no podamos disfrutar el juego con toda la velocidad y acción trepidante que requiere debido al retraso producido durante el juego por la conexión wi-fi de Nintendo. Y es que este retraso es más que notable, cosa que acaba por convertirse en un defecto que nos hará en más de una ocasión olvidar esta opción a favor del juego por vía inalámbrica, mucho mejor conseguido.

Apartado técnico
Bomberman Land Touch tiene unos gráficos sencillos y, como ya hemos comentado, en ocasiones hasta simplistas, sobre todo en el modo batalla. Podrían haberse mejorado y haber aprovechado mejor las características de la consola: la estética Bomberman a la que se nos tiene acostumbrados empieza a quedar obsoleta y quizás sería buen momento para renovarla (recuerdo algunos intentos en juegos como Bomberman 64 o un antiguo clásico de PC llamado Bomberman 3D, pero aún así se limitaban a adaptar la estética de siempre a las tres dimensiones). A pesar de todo, dan el pego y no nos impiden en absoluto disfrutar del juego.
La jugabilidad es excelente, tanto en el modo aventura, en los minijuegos o en el modo batalla. La acción es divertida, rápida y fluida, lo que se exige de un juego como Bomberman. Pero sigo diciendo que nos faltan más opciones, sobretodo en lo que respecta al modo batalla. La banda sonora es correcta: no es especialmente notable, pero no aburre y acompaña perfectamente al juego.

Conclusión
En resumen, un juego más que correcto, pero en el que se han descuidado algunos detalles que habrían hecho de él el mejor Bomberman hasta la fecha, ya que la mezcla de aventura con la diversión de los minijuegos y el hecho de poder jugar al clásico de siempre online en partidas de hasta ocho jugadores era una gran apuesta. Aún así, se ha quedado en el camino de convertirse en un gran juego, siendo, en este caso, un juego divertido, sencillo, pero sin más pretensiones.