Análisis de Asterix en los Juegos Olímpicos (NDS)
Astérix y Obélix, así como el resto de personajes creados por René Goscinny y Albert Uderzo allá por la década de los sesenta, han sido, desde el momento de su nacimiento, parte de la imaginería popular de medio mundo. Sin duda, formando parte del que probablemente sea, junto a
Dada la fama que, merecidamente, se atribuye a dichas historietas, se han producido varias adaptaciones para la pequeña y la gran pantalla, primero en forma de películas de animación (que los de mayor edad recordarán con una sonrisa condescendiente en los labios), como
Así, se han llevado a la pantalla grande en los últimos años tres adaptaciones de las historietas de nuestros héroes:
Argumento y sistema de juego.
Sinceramente, el argumento de
Alafólix, junto a sus amigos Astérix, Obélix y el fiel Idéfix, se dirigirán a Grecia, con la poción mágica de Panorámix, en la que confían plenamente para poder ganar los Juegos. Pero una vez allí, descubren que el reglamento de las olimpiadas prohíbe cualquier tipo de poción o brebaje mágico, con lo que nuestros héroes deberán enfrentarse a los atletas mejor preparados en cada disciplina únicamente mediante sus propias habilidades y recursos. Y, por encima de todos ellos, deberán de derrotar a Brutus, quien tiene todas las posibilidades de ganar los Juegos Olímpicos, la mano de la bella Irina y, de paso, el trono del César.
Astérix en los Juegos Olímpicos se presenta como un título deportivo en el que deberemos de enfrentarnos en diferentes disciplinas repartidas en varios grupos, según las distintas procedencias de los participantes y los lugares en los que se lleven a cabo. Así, contaremos con varios grupos de pruebas: las pruebas galas, las pruebas romanas, las corsas, etc. Entre ellas, encontraremos diferentes tipos de pruebas, inspiradas en diferentes tipos de disciplinas deportivas, algunas más próximas a la realidad de un campeonato de estas características que otras.
Por un lado, encontraremos las clásicas pruebas de velocidad y resistencia, como las carreras de los cien metros o de los cuatrocientos metro lisos, o las carreras de obstáculos y de salto de vallas. También encontraremos pruebas de barra fija, en las que deberemos de dar un número determinado de giros, así como pruebas en las que pondremos a prueba nuestra fuerza y nuestra resistencia, como las de levantamiento de pesas o en las que deberemos realizar un número determinado de flexiones para ganar. Y, por supuesto, tendremos las pruebas de salto de longitud, salto de altura, triple salto, lanzamiento de peso, lanzamiento de jabalina…
Por otro lado, podremos competir en disciplinas propias del título que nos ocupa, mucho más humorísticas y dadas al absurdo, así como dispuestas a poner en evidencia el derroche de imaginación de los desarrolladores del juego. Podremos, así, competir contra otro atleta en el manejo de un yo-yo, en rapidez a la hora de crear pociones o esculpir menhires, en largas carreras de sacos, en lanzamiento de cabras (sic) o en pruebas en las que deberemos de golpear un determinado número de sapos, romanos o jabalíes en un tiempo limitado. La variedad está servida, señores.
Si bien es cierto que el juego no cuenta con demasiadas opciones en lo que respecta a las modalidades del mismo, ya que únicamente contaremos con la opción de competir en las diferentes pruebas, o entrenar en las diversas disciplinas para asegurarnos el éxito en las competiciones ‘oficiales’, la verdad es que el juego cumple perfectamente con su objetivo: entretener al jugador con amplio abanico de minijuegos, los cuales son lo suficientemente variados y tienen un margen de rejugabilidad lo suficientemente amplio como para mantenernos enganchados a la consola durante varias horas. Al principio nos dará la sensación de que el juego es francamente sencillo: tendremos un modo de dificultad fácil con el que empezaremos el juego, y hasta que no lo acabemos, superando todas las pruebas en todas las categorías presentes en el título, no podremos acceder al nivel difícil. Aún así, para pasar de unas categorías a otras, deberemos de superar las diferentes pruebas de cada disciplina varias veces, cada vez con un reto un poco más alto, superando las mismas pruebas en menos tiempo o con mejores resultados.
Al superar varias veces las distintas pruebas de las diferentes categorías del juego, podremos conseguir las diferentes medallas en cada especialidad (de bronce, de plata y de oro, como es común en estos casos), las cuales nos darán la posibilidad de acceder a otra selección de pruebas dentro del título. Contaremos, por otra parte, con un sistema de bonificaciones económicas al superar las distintas pruebas del juego, absolutamente necesarias para ir avanzando en el desarrollo del mismo, ya que gracias a éstas podremos adquirir mejoras para nuestros personajes en la tienda del menú del juego, las cuales nos permitirán correr más rápido, tener mayor fuerza o resistencia, y, en general, superar sin demasiados problemas las diferentes disciplinas en estadios avanzados del juego, donde la dificultad se irá haciendo cada vez más patente. La verdad es que la curva de dificultad del título está, en este sentido, muy bien planteada, y no nos veremos en ningún momento atascados en un callejón sin salida: con las mejoras conseguidas en la tienda del juego, nuestros problemas se verán, en la mayoría de los casos, solucionados.
La diferencia principal entre la modalidad principal de juego y el modo Entrenamiento radica en la posibilidad de competir en cada minijuego por separado en ésta última, pudiendo elegir en qué prueba de cada categoría queremos practicar para asegurarnos el éxito a la hora de la verdad. En la modalidad principal de juego deberemos de competir en las diferentes pruebas de cada categoría una tras otra, sin opción a guardar el juego entre las diferentes pruebas, y sin la posibilidad de abandonar las mismas, cosa que nos hará perder cualquier avance o progreso que hayamos conseguido hasta el momento. Deberemos, así, completar todos los minijuegos de una tirada, y en caso de fracasar en alguna de las pruebas, tendremos que comenzar la competición desde el principio. En este sentido, el modo Entrenamiento será muy importante para no perder el tiempo una y otra vez con las pruebas iniciales de una categoría para poder superar un minijuego en concreto: para asegurarnos de que entendemos la mecánica del mismo y que podemos superarlo sin problemas, podremos acceder a éste en el modo Entrenamiento y practicar con él las veces que sean necesarios.
Los minijuegos que componen el título se basan en el manejo de la consola mediante el stylus y la pantalla táctil y, en algunos casos, el micrófono. Así, la experiencia de juego nos recordará a la de tantas otras recopilaciones de minijuegos como las que ya han visto la luz en nuestra portátil, véase Mario Ware Touched, Project Rub, y derivados: deberemos de frotar el stylus a toda velocidad en todas direcciones por la pantalla, golpearla dónde y cuándo sea necesario, y, cuando se nos demande, soplar al micrófono como posesos. No deja de ser divertido, como hemos podido comprobar ya en otros juegos por el estilo, pero, ciertamente, el sistema está bastante trillado.
Aún así, el manejo del juego funciona a la perfección, y está acompañado de un apartado gráfico muy notable. Ciertamente, es el mejor apartado gráfico de un juego basado en las aventuras de Astérix de los que hayamos visto publicados en las portátiles de Nintendo hasta la fecha. Los modelados de los personajes están muy bien realizados, y las animaciones durante el juego, aunque no sean excesivamente variadas, son de admirar. Los escenarios en los que desarrollaremos las pruebas, fundamentalmente los correspondientes a los diferentes estadios y campos en los que competiremos en cada localización, están muy bien realizados, y los personajes del juego están caracterizados según su lugar de procedencia. Eso sí, se echa un poco de menos una mejor realización de los menús del juego, ya que la sencillez y austeridad de los mismos es excesiva.
En el apartado sonoro, encontramos melodías muy bien realizadas, con toda la trompetería e instrumentación épica que se corresponde a una producción ambientada en los Juegos Olímpicos de la época clásica. Eso sí, recordemos que éste no deja de ser un juego inspirado en las historietas de Astérix, y por tanto, el humor estará presente en todo el apartado, así como en el aspecto gráfico, como es de suponer. Por otra parte, los efectos de sonido del título son bastante sencillos, y no destacan por su variedad, pero, la verdad, no se echan especialmente de menos, ya que tampoco hemos visto la necesidad de añadir nada a lo que ya nos ofrece el juego. Las expresiones de alegría y alborozo de los personajes al ganar las pruebas, o de decepción al perderlas, así como los jadeos y las respiraciones aceleradas de nuestros personajes al realizar el esfuerzo necesario para superar las diferentes pruebas, son los necesarios para hacernos creer que realmente nos encontramos en una competición deportiva. Por otra parte, los ruidos de los personajes al correr, saltar o golpear son los clásicos de este tipo de títulos, con lo que, en este aspecto, el apartado sonoro va servido de sobras.
Lo que sí echamos de menos es un mayor número de opciones de juego, así como alguna posibilidad de juego multijugador, tanto mediante la conexión local como vía Internet. En ese sentido, el juego pierde muchos enteros, ya que, aunque las pruebas son variadas y el abanico de las mismas es extenso y variado, no dejan de ser más de lo mismo, como lo que ya hemos visto en ocasiones anteriores en tantas y tantas recopilaciones de minijuegos. Eso sí, esta vez contamos con dos protagonistas de lujo, pero esto no justifica el hecho de que no hayan querido implementar un juego multijugador en condiciones que alargara la vida del título, y con ello, las posibilidades de diversión con el mismo.
Conclusiones.
Astérix en los Juegos Olímpicos es un juego sin demasiadas pretensiones. No es, ni mucho menos, una apuesta original, aunque el apartado técnico del juego es notable, y la experiencia de juego es divertida, y nos permite jugar durante varias horas y entretenernos frente a la pantalla durante varias horas sin pensar demasiado. Pero la falta de un sostén argumental en condiciones, así como la carencia de un modo multijugador que pudiera haber ampliado infinitamente las opciones del juego, hacen de él un juego más de entre las recopilaciones de minijuegos del catálogo de la Nintendo DS. Eso sí, con dos protagonistas excepcionales, pero cuya presencia no es, ni mucho menos, suficiente para hacer de este título un juego especialmente destacable.