Análisis de Sonic Advance 3 (Game Boy Advance)

El malvado Dr. Robotnik (o Dr. Eggman, nombre original y sin duda más acertado y gráfico) vuelve a estar detrás de todo el follón que va a hacer que nos enfrentemos a las múltiples fases que componen esta nueva aventura del erizo azul más famoso del mundillo. Sobra decir que lo básico va a consistir en correr a toda pastilla haciendo loopings y demás giros enrevesados, mientras saltamos de plataforma en plataforma arrollando enemigos y recogiendo anillos… vamos, los elementos que ya se han convertido en las señas de identidad necesarias en todo juego de Sonic… bueno, no en todos, pero sí al menos en los plataformas bidimensionales que Sega nos ha ido ofreciendo desde que parió a su mascota.

Por supuesto, una vez hayamos atravesado las rampas, trampolines, tubos y enrevesados escenarios que componen cada uno de los actos que conforman un mundo tendremos que cumplir con un requisito necesario para poder alzarnos con la victoria definitiva: derrotar a Robotnik en el cuarto y definitivo acto, que se presentará una y otra vez intentando acabar con nosotros en un artefacto robótica cada vez más peligroso que exigirá toda nuestra destreza. Sin embargo, limitar los objetivos y retos del juego a algo tan simple (un esquema no por ello menos funcional, eficaz, y capaz de ofrecernos muchísimas horas de diversión) sería un error, pues como es costumbre de un tiempo a esta parte podremos (y casi podríamos decir que deberemos) buscar los Chaos. Además, tendremos otros retos, como las siempre divertidas fases de bonus (que, precisamente, desbloquearemos al localizar todos los Chaos de un nivel) con la habitual recompensa de las Esmeraldas del Caos, y, en definitiva, todo aquello que ayuda a conformar un plataformas de los de la vieja guardia y que escasean cada vez más. Y no es que el catálogo de GBA sea escaso, pero si pasamos por alto los remakes que Nintendo ha ido ofreciendo de toda la saga en 2D de Mario, la verdad es que el número de títulos originales con una calidad indiscutible merma considerablemente. Los plataformas son un género en decadencia en las consolas actuales (una crisis que ya se veía venir en la generación anterior), pero también este último reducto 2D que es la GBA ha sido un terreno poco afortunado a la hora de ofrecer grandes títulos dignos de ser tratados como estrellas en el género.

Sólo no puedo, con amigos sí

El juego nos presenta una opción más que interesante que va ayudar a alargar la vida del título (y no nos referimos a las opciones de juego alternativas, como el competitivo Contrarreloj, una lucha contra nuestro propio crono; o Batalla, la terriblemente adictiva opción exclusivamente multijugador con varios cartuchos o uno solo) y, sobre todo, a dotarle de mayor variedad partiendo de algo muy sencillo. Sonic Advance 3 no es una aventura en la que Sonic esté solo, pues le acompañan el igualmente clásico zorro de dos colas Tails, el equidna rojo Knuckles, y las más posteriores Amy y Cream. Ahora que sabemos esto, lo siguiente es no caer en el error de pensar que estamos ante el mismo personaje con diferente aspecto (por otro lado, lo más habitual y esperable), pues cada uno tendrá sus propias habilidades. Al principio sólo podremos seleccionar a Sonic y Tails, la pareja más tradicional, pero según avancemos en el juego iremos desbloqueando a los demás personajes y cualquier combinación será posible. El sistema es sencillo: controlamos a uno, y el otro hace las veces de ayudante. Pues bien, este ayudante será uno de los elementos más decisivos en el juego, ya que podremos aprovecharnos de sus habilidades especiales, algo que hará que esto tenga mucho más peso que el de simple elección estética o el de decantarnos por una opción más rápida que agresiva, por ejemplo. Pero vayamos al meollo de todo esto: los dos personajes escogidos podrán combinarse para realizar nuevos movimientos imposibles de otro modo que, naturalmente, afectarán a nuestra manera de afrontar la fase. Por nuestro estilo de juego, una pareja puede sernos especialmente ventajosa y facilitarnos buena parte de los retos que nos surjan, por lo que ir probando combinaciones diferentes será algo que va mucho más allá que el ver cómo se modifica algún pequeño elemento en el juego… y bueno, si optamos por pasarnos el modo principal junto con otro compañero, la diversión se verá multiplicada exponencialmente.



A toda pastilla

Y eso que no es Pacman. La verdad es que este juego se nos antoja todavía más rápido que su predecesor, que ya es decir. De hecho, aunque sin ser un gran salto, supera en todos los aspectos técnicos a las anteriores entregas, con una paleta de colores mucho más acertada y unos planos de scroll que ayudan a mejorar la sensación de velocidad notablemente. Además, Sonic y compañía se ven más definidos y sólidos, y si a esto le sumamos que el diseño artístico general de los escenarios –muy en la línea habitual de esta saga- es también de una calidad sobresaliente, tenemos un juego de una gran belleza gráfica, con unos degradados de tono y un aspecto, en general, que merece ser apreciado a pantalla completa en un televisor gracias al GB Player. ¡Y eso que todo pasa ante nuestros ojos a muchísima velocidad!

Por desgracia no podemos decir lo mismo de la música, algo más discreta, especialmente cuando la comparamos con la última hornada de juegos para GBA, que de un tiempo a esta parte justifican el uso de unos auriculares decentes para disfrutar de la música en perfecto estéreo. La librería de efectos especiales, por otro lado, se nos antoja algo limitada, aunque cumple con su función. No es un aspecto en absoluto deficiente, y se deja escuchar acompañando a la acción del juego en todo momento, pero tal vez con un poco más de trabajo se hubiese podido exprimir algo más las posibilidades sonoras de la consola. Con todo, sigue estando por encima de las anteriores entregas de la saga Sonic Advance, pero no deja de ser un pequeño paso, una evolución algo discreta pese a todo. El resultado global, sin embargo, no desmerece en absoluto el producto, cumple con nota su cometido y vamos a salvarnos de ralentizaciones y defectos gráficos similares. Eso sí, atención a las fases de bonus, de una factura técnica más que impecable.

El diseño de los niveles, en su concepción jugable, es más que acertado, ofreciendo en todo momento una velocidad pasmosa sin convertir al jugador (gracias a un control excelente) en un tipo pasivo pulsando sin levantar el pulgar de la cruceta que ve cómo pasan las cosas a una velocidad de vértigo sin que pueda hacer nada y sin saber muy bien si eso que acaba de pasar por delante era una mosca o un reactor… La experiencia de juego es más que satisfactoria, y la balanza de dificultad está regulada perfectamente, con una curva de progresión muy suave (pero que percibiremos), haciendo de este Sonic Advance 3 uno de los grandes representantes del género, en todos los sistemas.

Conclusiones

Tras asomar varias veces la nariz en otros géneros en la portátil de Nintendo, el erizo de Sega vuelve a su género por excelencia: los plataformas. Y del mismo modo que ocurre con Mario no es que sus incursiones en esos otros estilos de juego le sienten mal (ni mucho menos), pero no nos engañemos: Sonic y Mario siguen siendo plataformeros. En esta ocasión, el Sonic Team nos ofrece esta tercera entrega plataformera pura y dura para la portátil que llega a nuestras tierras con el aniversario del erizo todavía reciente conformando un título que sorprenderá tanto a los seguidores más fieles como a los que han descubierto hace poco las virtudes de Sonic gracias a una combinación muy acertada de los elementos que se han convertido en los rasgos de personalidad más distinguidos de los plataformas de la mascota con elementos novedosos como la combinación de libre de los personajes y todas las consecuencias que ello implica en la jugabilidad.

Es difícil decir si estamos ante el mejor título de Sonic, y en todo caso hacer ese tipo de afirmaciones carece de todo sentido, pero el aspecto general del juego, su jugabilidad endiablada y la diversión que nos va a ofrecer hará que nos planteemos esta cuestión. Sea como fuere, éste es uno de los grandes juegos de plataformas, no sólo en GBA, sino en cualquier sistema, y eso, sin duda, es mucho en un género con tanta historia como éste. Su combinación de elementos clásicos y de frescura dentro de una fórmula probada como es la de Sonic le dotan de todas las virtudes necesarias para contentar a un gran sector del público. Sin duda alguna, si la progresión en los juegos de Sonic para la portátil sigue de este modo, esperamos poder disfrutar de más y más entregas.