Análisis de Star Wars: Tiny Death Star (Android, iPhone)
Pocas franquicias -por no decir ninguna-, tiene el tirón de convocatoria y atracción que atesora Star Wars. La película de George Lucas -y sus sucesivas secuelas, series y spin-off-, han calado hondo en el imaginario colectivo de medio planeta, y consiguieron, para bien, cambiar la forma en la que entendíamos el medio cinematográfico. Quizás en los últimos años hayamos vivido una explotación un tanto cargante de la saga, pero ahí entramos en el escabroso mundo de la mercadotecnia y la relación del consumidor medio con el mismo, ya que la mayoría de las veces, es el propio cliente y aficionado el que reclama más productos de consumo relacionados con la marca. Y, ¿quién no quiere el enésimo busto/muñeco/videojuego basado en su película favorita?
Centrándonos en el mundo de los videojuegos para plataformas móviles -si englobamos otras consolas y compatibles, no terminaríamos nunca-, lo cierto es que podemos darnos con un canto en los dientes.
Hay relativamente pocos juegos sobre Star Wars -al menos oficiales-, pero los que hay, son rematadamente buenos -y solo hay que mirar el logrado spin-off Angry Birds-. Por ello, queremos ser lo más sinceros posible: Star Wars: Tiny Death Star, no es un juego engañabobos.
Hace mucho tiempo en una franquicia lejana, muy lejana…
Star Wars: Tiny Death Star, como un juicio rápido podría llevarnos a pensar equivocadamente, no busca aprovecharse de su ambientación o licencia, y procura ir un poco más allá. Apoyándose en el concepto de Tiny Tower -uno de los juegos para plataformas móviles de más éxito de los últimos tiempos-, Tiny Death Star nos invita a construir, regentar y personalizar una Estrella de la Muerte única, donde alojaremos y daremos trabajo a media galaxia. Obviamente, por cada tarea realizada y por cada trabajo bien hecho, recibiremos una recompensa y una retribución monetaria, que utilizaremos para volver a invertir en nuestra estación y mejorar así sus capacidades, instalaciones y servicios. Y sus rayos capaces de destruir un planeta, claro. Puede que esta faceta empresarial del Imperio no haya sido muy explotada en las películas o las series -solo vemos su cara belicosa-, pero estamos seguros de que Vader y el Emperador tenían una clara visión de negocio, y que la Estrella de la Muerte era todo un chollo para los contratistas y trabajadores autónomos de la galaxia.
Los primeros minutos a bordo de la Estrella de la Muerte, servirán de tutorial. Durante estos primeros compases a los mandos de una estación espacial plenamente operativa, aprenderemos las mecánicas más básicas y simples del juego, que no serán otras que aprender a distribuir a los huéspedes, buscarles trabajo y crear más pisos en los que alojarlos o darles entretenimiento. Como os relatábamos anteriormente, si somos prestos y eficientes, y accedemos a sus deseos, los ciudadanos bit galácticos nos darán una recompensa monetaria. En este crisol de ciudadanos espaciales hay de todo, ya que cada uno de estos pixelados habitantes tiene su propia personalidad, algo que podemos usar a la hora de asignarles una tarea -que puede ser malévola o no-.
En Tiny Death Star conviven más de treinta especies extraterrestres únicas, que van desde los eficientes androides, a ewoks o wookies, pasando por alborotadores rodianos, mon calamaris, gungans o humanos de las más variadas condiciones y afiliaciones -sí, no os preocupéis, Boba Fett está también presente-. Por si fuera poco catálogo de razas, también harán acto de aparición personajes míticos de las películas, como Yoda, Leia, Han Solo, Obi-Wan Kenobi o el mismísimo Luke Skywalker, que intentarán espiarnos y desbaratar nuestros planes imperiales.
La variedad de ambientes y pisos a construir es abrumadora -más de ochenta distintos-. En Tiny Death Star podemos replicar desde la cantina de Mos Esley, al palacio de Jabba el Hutt, las dependencias de Cloud City, pasando por el taller de Watto o una heladería de Coruscant, por citar algunas. Además, los pisos inferiores de nuestra heterogénea Estrella de la Muerte, podemos dedicarlos a la conspiración y a la inquina, utilizándolos para nuestros interrogatorios, salas de rayo tractor o como almacenes de material bélico -los Stormtroopers reclamarán cada cierto tiempo un blaster nuevo-.
En una app de gestión y simulación como la presente, siempre sobrevuela el fantasma del tedio. Es habitual ver como aplicaciones similares acaban resultando repetitivas a los pocos minutos, haciéndose aburridas a corto plazo. Tiny Death Star nos mantendrá ocupados por largo tiempo, ya que siempre tendremos algo que hacer: desde buscar espías rebeldes, a desbloquear momentos míticos de la historia vistas en las películas -que serán muy divertidos, y vendrán en forma de escenas de vídeo bastante cortas-. Ciertamente, uno de los puntuales más originales y recurrentes de Tiny Death Star es su humor, que se mofa reiteradamente de toda Star Wars -pero con el suficiente respeto-, algo que hará que hasta el más fanático suelte alguna que otra carcajada. Impagables son las conversaciones entre Vader y el Emperador -jefe y señor de la estación, y el que nos encomendará las distintas misiones-, sus chascarrillos o sus consejos.
A nivel técnico, el juego de Nimblebit prosigue por ese estilo cercano al pixel-art propio de los 8-bit, con personajes y escenarios bidimensionales de caricaturescos detalles, plagados de guiños y referencias a encontrar con lupa por el más ávido fanático. El sonido no se queda atrás, y encontramos diferentes versiones y adaptaciones de los temas más jugosos y reconocidos, así como de la habitual colección de efectos sonoros -sables de luz, sonido de pistolas láser…-. La app se encuentra traducida al castellano, y cuenta con soporte tanto para Game Center como para la pantalla del iPad.
Conclusiones finales
Tiny Death Star podría haber quedado como un simple juego que busca aprovechar el tirón de una jugosa licencia, pero nada más lejos de la realidad. NimbleBit y LucasArts han sabido conjugar de forma notable la jugabilidad del popular Tiny Tower con el universo y el ideario de George Lucas, dando a luz una app tan divertida y original, como adictiva. Su humor, sus incontables detalles y guños a las dos trilogías cinematográficas y su amplia rejugabilidad -es un juego free-to-play de gestión, nosotros marcamos el ritmo y el tiempo-, son varios de sus principales valores. Si tienes un dispositivo iOS, Android o W8 compatible, no dudes en hacerte con ella. Absolutamente recomendada.