Análisis de Asphalt 8: Airborne (Android, PC, iPhone)
Cada plataforma o consola, debe ir siempre acompañada de una saga de conducción -ya sea en simulación o en arcade- que la nutra de la pertinente ración de velocidad. Sony tiene Ridge Racer y Gran Turismo, y Microsoft, Project Gotham Racing y Forza. Gameloft, en los albores de la App Store -y posteriormente, Google Play-, decidió, inteligentemente, apostar por la cultura de la velocidad, auspiciando y sacando de la nada la que es ahora una de las franquicias más consolidadas en el ecosistema digital: Asphalt.
Asphalt, que con el paso de los años ha ido dando el salto a diversas plataformas -es cada vez más raro que una exclusiva permanezca durante mucho tiempo ligada a una marca en concreto-, ha cosechado un sinfín de partes, cada una con sus propios pros y contras.
De hecho, si algo caracteriza a la saga Asphalt, es que es capaz de reinventarse una y otra vez, apostando por diferentes facetas jugables en cada entrega. Esto, que podría considerarse una maniobra arriesgada, ha logrado diferenciar unas secuelas de otras, dotándolas a todas ellas de una identidad clara y distinta.
Asphalt 8: Airborne, la última aplicación de Gameloft Barcelona, ofrece un conglomerado de buenas ideas jugables, detalles técnicos y gráficos y un control sorprendentemente bien adaptado.
Más riesgo, más tensión: mayor diversión
Si tuviésemos que definir con una sola palabra a este nuevo Asphalt 8: Airborne, sería "tensión". Rememorando antiguos títulos en la saga de Gameloft, nos viene a la cabeza Asphalt 7, que era un juego limpio, sin demasiada presión ni obstáculos a esquivar. Asphalt 8 apuesta por todo lo contrario, introduciendo nuevas mecánicas jugables en su fórmula de conducción, y haciéndolo todo, si cabe, más caótico y por consiguiente, más divertido.
Asphalt 8: Airborne es lo más parecido a una versión móvil de la saga Burnout, con continuas cabriolas, frenazos, y aceleraciones en apenas unos segundos. Si fallamos, y dadas las condiciones de cada circuito -con tráfico en sentido contrario y demás obstáculos-, acabaremos estampándonos contra cualquier muro, camión o coche con el que nos crucemos en el camino. Los primeros minutos en Asphalt 8: Airborne servirán para aclimatarnos al frenético estilo de juego y a su mecánica jugable, claramente enfocada al free-to-play, pese que el coste de la app es de 0,89€. Pero tranquilos, al contrario que en otros títulos de Gameloft, el sistema de micro-pagos y transacciones en Asphalt 8: Airborne en principio, no es ningún impedimento para el devenir del juego.
En la app, se nos premiará por maniobra realizada, por carrera ganada -o terminada en los primeros puestos- y por una serie de logros intrínsecos a cada prueba, que variarán en función de la dificultad y nuestra pericia. Al igual que en la excelente Real Racing, cuanto más juguemos, y mejor lo hagamos, más estrellas y puntos -o créditos- tendremos, y con ellos, más coches, pruebas y modos de juego desbloquearemos. Siempre tendremos la vía rápida -pagar con dinero real para avanzar más deprisa- pero no será estrictamente necesario.
Una vez tengamos claro el sistema de progresión de juego -que repetimos, nos parece equilibrado-, y nos manejemos por el caótico menú principal, comenzaremos a realizar carreras. Estas son rápidas, directas y muy enfocadas a la acción y realización de maniobras imposibles. Al igual que Project Gotham Racing tenía kudos, en Asphalt 8: Airborne tendremos créditos, que se nos concederán por nuestra pericia al volante. En la app, tenemos varios modos de juego, con sus propias reglas pertinentes. Descontando el multijugador -que en el momento del análisis, no iba del todo fino-, pasaremos la mayor parte del tiempo en el modo historia, que está dividido por temporadas y eventos en función de la dificultad.
Estos modos de juego van desde los tipos retos y eventos de marcas y clases de coches -Audi tiene una especial predominancia-, a las carreras clásicas, pasando por las de eliminación e infección, y terminando por un nuevo estilo, llamado derribo, donde los choques y golpes estarán a la orden del día. En Asphalt 8: Airborne, las carreras, como os decíamos al comienzo del análisis, son más propensas a terminar mal. Los circuitos se han rediseñado por completo para albergar este tipo de eventos y abrazar esta nueva jugabilidad, contando con elementos como rampas, saltos imposibles, derrapes kilométricos y rutas alternativas. Será habitual ver como se nos cruzan nuestros oponentes, cerrándonos el paso, y obligándonos a buscar un nuevo camino en apenas segundos. En este aspecto, nos recuerda a la excelente serie de títulos de la franquicia Wipeout, donde cualquier elemento ajeno a nuestra conducción, podría hacernos perder el liderazgo de la carrera. Abrirse paso en Asphalt 8: Airborne es cuestión de atino, experiencia y algo de suerte.
El control de Asphalt 8: Airborne es el ideal para este tipo de juegos. Aunque podemos configurarlo -dentro de unos parámetros clásicos-, el que viene por defecto es bastante más inteligente de lo que estamos acostumbrados en el género. Gameloft Barcelona ha pensado en la pantalla de los habituales smartphones y tablets, y sacándole el máximo provecho a ambos dispositivos, ofrece un control que combina sabiamente el giroscopio y lo táctil. Con un pulgar controlaremos el freno, y con el otro, la cantidad de nitro usada -y da lo mismo donde pulsemos, funcionará-. Teniendo en cuenta el ritmo del juego, es una decisión más que acertada. En cuanto a sensibilidad, de serie, la app está bastante bien calibrada. Basta con inclinar suavemente el teléfono o el tablet para ver como el coche gira hacia un lado u otro de manera grácil y exacta. No es realista, pero funciona. Obviamente, en un simulador pediríamos más opciones de manejo y configuración, pero en Asphalt 8: Airborne, teniendo en cuenta su jugabilidad, es una cuestión baladí.
Asphalt 8: Airborne está exquisitamente planteada, lo que lo hace muy adictiva como aplicación con respecto a sus competidoras. Siempre tendremos alguna carrera por disputar, y dada la cantidad de circuitos y carreras o rutas alternativas, no nos aburriremos. Acabaremos echando una partida tras otra, siempre en la búsqueda de un nuevo logro o récord fantasma, o llegado el caso, de una nueva suma de dinero con la que comprar ese coche más potente. De hecho, uno de los principales atractivos de este nuevo Asphalt 8 es precisamente ese. No tiene nada que ver con ninguna de las entregas anteriores, ni en jugabilidad ni en presentación, lo que la hace muy fresca.
Incuestionable en lo técnico
Asphalt 8: Airborne es un juego brillante y lúcido. Desde los modelados de los cuarenta y siete vehículos -que van desde los típicos Audi, Nissan o Cadillac a Lexus, Mercedes, Ford, Chevrolet o Lamborghini, contando con varios Aston Martin y Bentley en los garajes virtuales- a los escenarios, en Asphalt 8: Airborne todo tiene un aspecto notable, y de soberbia ejecución. Cada coche está clasificado según su potencia, clase -D,C,B,A y S- o manejo, y aunque podemos comprarlos de manera individual -tenemos espacio para diez coches en nuestro garaje-, Gameloft oferta la compra de varios paquetes y kits de coches por dinero real si es que no queremos sudar demasiado para conducirlos. Las diferencias jugables entre unos y otros van más allá de lo meramente estético, contando con un control diferente y una potencia considerablemente distinta que nos dará una ventaja real en competiciones y el propio online.
Los gráficos, hablando de cosas más terrenales, son impresionantes. Sin paliativos. Las carreras son visualmente muy atractivas, llenas de efectos de partículas y con una iluminación portentosa. Asphalt 8:Airborne cuenta con un paquete de texturas en alta definición que termina por redondear un apartado muy lustroso, donde los circuitos se llevan la palma. Localizaciones como Islandia o la ciudad de Tokyo, Londres, Barcelona o el estado de Nevada -en Estados Unidos- destacan sobremanera sobre otros recorridos similares vistos con anterioridad en la propia franquicia o en títulos de la competencia. Ya sea en un iPhone 4S o un iPhone 5, en un iPad con pantalla retina -dispositivos usados para el análisis-, Asphalt 8 luce espectacular y vibrante. La música no se queda atrás, y presenta temas acordes -algunos muy buenos-. La app está completamente traducida al castellano y es compatible con Game Center y Facebook.
Conclusiones finales
Asphalt 8: Airborne es una de las aplicaciones más espectaculares y divertidas de los últimos tiempos. Nos presenta una conducción arcade, frenética y muy directa, algo ideal dada su naturaleza accesible y sencilla como app. Correr es fácil, esquivar los obstáculos, vehículos contrarios y demás, no tanto. Su curva de dificultad está muy bien planteada, lo que nos retará a batir récords continuamente, y lo que al mismo tiempo, nos invitará a jugar una y otra vez a las más variadas competiciones, tanto multijugador como de forma individual. Tiene un modelo free-to-play correcto -aunque la app en sí, es de pago-, que no nos obliga a pagar por nada -si no queremos-, y que recompensa al jugador dedicado. Bien presentada, con una jugabilidad ideal, y con una cantidad de contenidos envidiable, Asphalt 8: Airborne, es casi con total seguridad, la mejor entrega de la saga, y en términos generales, una de las mejores aplicaciones de conducción arcade de toda la App Store y la tienda digital de Google Play.