Análisis The Legend of Zelda: Skyward Sword HD, el origen de la leyenda, ahora en alta definición (Switch)
Mucho se ha debatido en la última década sobre la calidad de The Legend of Zelda: Skyward Sword y su posición dentro de la saga, una entrega muy especial y única que se atrevió a romper algunas de las convenciones clásicas de la serie, a narrar los orígenes de la leyenda y a hacer de su original control por movimientos una de sus grandes señas de identidad.
Videoanálisis
Si bien distó de ser un juego perfecto por pequeños problemas aquí y allá, si de algo estamos completamente convencidos es que se trata de un juegazo de tomo y lomo que supo sumergirnos en una inolvidable aventura repleta de momentazos, grandes guiños a los fans, mazmorras deliciosamente diseñadas y emocionantes combates de esgrima que nos hicieron sentir como auténticos espadachines.
Y todo ello arropado por una de las mejores historias que nos ha dejado la saga.
Lamentablemente, el juego llegó a las tiendas en 2011 con Wii más muerta que viva y en plena era HD, lo que se tradujo en unas ventas muy discretas y en un apartado gráfico que no hacía justicia a su preciosa dirección de arte por culpa de su bajísima resolución y sus grotescos dientes de sierra. Tanto es así que a día de hoy luce especialmente mal en casi cualquier televisor mínimamente actual.
Es una entrega que pedía a gritos una remasterización que, de paso, le diese una segunda oportunidad en el mercado, por lo que a nadie debería extrañar lo más mínimo la decisión de Nintendo de traernos ahora The Legend of Zelda: Skyward Sword HD, la versión definitiva y en alta definición de una aventura épica que hemos vuelto a disfrutar como la primera vez.
La forja del héroe
Como a efectos prácticos se trata del mismo título que disfrutamos hace diez años, os invitamos a que le echéis un vistazo al análisis que le dedicamos en su día para profundizar en sus puntos positivos y negativos, ya que en este texto vamos a centrarnos, sobre todo, en las novedades que se han introducido en esta remasterización, las cuales van más allá de una simple mejora gráfica.
Resumiendo de forma rápida, nos encontramos ante un Zelda 3D en el que deberemos explorar un mundo relativamente grande mientras nos adentramos en peligrosas mazmorras, conseguimos objetos que nos permitan acceder a nuevos lugares, resolvemos montones de inteligentes puzles, abrimos cofres, encontramos todo tipo de secretos, participamos en minijuegos y, por supuesto, nos enfrentamos a cualquier monstruo que ose interponerse en nuestro camino.
Eso sí, a diferencia de otras entregas su desarrollo es algo más lineal y las diferentes regiones que visitaremos están construidas casi como si fuesen mazmorras en sí mismas, por lo que nos tocará superar un buen número de retos hasta poder llegar a los templos de verdad. Lo mejor es que todos los mapas del juego tienen un diseño magistral, por lo que avanzar por sus diferentes localizaciones y calabozos es un reto de lo más estimulante y satisfactorio, además de variado. Estamos hablando de una aventura mayúscula que sabe sorprendernos a cada paso y en la que cada elemento del escenario está colocado por un motivo, de modo que no hay nada dejado al azar. Quizá podríamos pedirle un número mayor de regiones y menos reciclaje de las ya existentes y de cierto jefe, pero siempre sabe cómo apañárselas para aportar algo nuevo y diferente que impida que nos aburramos o que nos acomodemos.
Adaptando los controles a Switch
Como ya os hemos comentado, Skyward Sword fue diseñado de principio a fin con los controles por movimientos en mente, ofreciéndonos un sistema de combate en el que debemos mover el mando como si fuese una espada para que Link realice diferentes tipos de tajos, estocadas y técnicas especiales, algo importantísimo durante los enfrentamientos, pues la mayoría de enemigos nos requerirán que golpeemos de una manera muy concreta para aprovechar los huecos que dejan y explotar sus puntos débiles.
A pesar de algunas imprecisiones en su manejo, esto nos dejó unas batallas muy únicas y divertidas que supieron sacarle todo el provecho al Wii Motion Plus, aunque estos controles iban más allá de la esgrima y también se aprovechaban a la hora de usar objetos, en ciertos minijuegos y hasta para crear nuevas mecánicas.
Gracias a los Joy-Con esto se ha trasladado a Switch con muchísima fidelidad e incluso con algunas mejoras, como una mejor detección de nuestros movimientos o la posibilidad de mover la cámara libremente con el stick del mando derecho, algo que en el original no era posible y que hace que la exploración sea ahora bastante más satisfactoria. Como veis, poca queja podemos poner más allá de que estos controles siguen sin ser 100% precisos y de la necesidad de recalibrar constantemente la posición neutral del mando, algo que se hace de forma muy intuitiva con tan solo pulsar un botón y a lo que te acostumbras rápidamente.
La otra cara de la moneda la tenemos en un nuevo sistema de control tradicional que se ha incluido para que podamos jugar en el modo portátil de la consola, el cual no nos ha convencido lo más mínimo al tratarse de un mero parche que se carga de un plumazo gran parte de lo que hace que esta aventura sea tan especial.
Su funcionamiento es bastante sencillo, ya que la solución por la que se ha apostado es la de hacer que controlemos la dirección de los tajos con el stick derecho, aunque en la práctica no funciona tan bien como debería, obligando a pulsar y mantener L para poder usar la cámara libre y dificultando la realización de ciertas acciones básicas como las esquivas al tener que desplazar bastante el dedo de la palanca hasta el botón correspondiente.
Evidentemente, el juego es perfectamente jugable así y al final es cuestión de acostumbrarse, pero por más que hemos intentado jugar de esta manera nunca nos ha terminado de calar, convirtiendo todas las acciones que en el original requerían que moviésemos el mando en algo engorroso, nada satisfactorio y sin gracia alguna, lo que acaba pasándole mucha factura a los enfrentamientos. Si vuestra intención es jugarlo así en portátil, tened muy claro que dista de ser la forma ideal de disfrutar de esta obra.
Un buen puñado de mejoras de calidad de vida
Cambiando un poco de tercio, conviene destacar que Nintendo ha aprovechado la ocasión para incluir unas cuantas mejoras de calidad de vida que hacen que el título sea más agradable y divertido de jugar que en Wii. De todas ellas la que más hemos agradecido ha sido, sin duda, lo muchísimo que se han reducido las ayudas de Fay, nuestra compañera de aventuras. En la versión original nos interrumpía constantemente para decirnos cosas innecesarias que ya sabíamos o para darnos la solución de algún puzle antes siquiera de que tuviésemos tiempo de examinarlo, pero en la remasterización todo esto se ha relegado a un segundo plano y a algo completamente opcional. Es decir, Fay solo os ayudará si se lo pedís, algo que se agradece enormemente y reduce considerablemente la sensación de ser llevados de la mano.
De igual modo, las horas iniciales se han aligerado considerablemente para que no nos den la turra con incesantes y cansinos tutoriales, y las descripciones de los ítems que consigamos solo aparecerán la primera vez que los recojamos o cuando los obtengamos de un cofre o como recompensa de una actividad secundaria, lo que ayuda a que todo fluya mejor. También se ha añadido la opción de acelerar los diálogos (puede parecer una tontería, pero la velocidad por defecto de los textos es lentísima) y las secuencias de vídeo pueden omitirse en el caso de que queramos hacerlo.
Por fin en alta definición
A nivel gráfico la remasterización se ha limitado a aumentar la resolución del juego para que podamos disfrutar, por fin, de esta aventura en alta definición y en todo su esplendor. Sí, el trabajo que se ha realizado aquí es un tanto vago y podríamos haberle pedido mejoras en los modelados, en las texturas y en ciertos efectos, pero si comparamos el resultado final con la versión original de Wii, la diferencia es gigantesca, ya que lo que antes eran poco más que borrones serrados que nos impedían apreciar como se merece la maravillosa dirección artística que tiene detrás, ahora luce con una nitidez envidiable tanto en portátil como en sobremesa. ¿Podría haberse trabajado más? Por supuesto. ¿Se ve precioso a pesar de ello? Indudablemente. Además, ahora rinde con total estabilidad a 60 imágenes por segundo, el doble que en Wii.
A nivel sonoro no hemos encontrado mejoras ni cambios de ningún tipo, lo que es una auténtica pena. La banda sonora sigue siendo todo un espectáculo y los efectos son bastante buenos, pero no habría estado de más que se hubiese incluido un doblaje aprovechando la oportunidad, ya que no hay voces más allá de algunos gritos y expresiones.
Conclusiones
Puede que The Legend of Zelda: Skyward Sword siga sin ser la mejor entrega de esta legendaria saga, pero su remasterización para Nintendo Switch hace que ahora sea mucho más disfrutable que nunca. La alta definición consigue que por fin se le haga justicia a su bonita dirección artística, los 60 fps le sientan de escándalo, la cámara se puede recolocar con total libertad, los controles por movimiento detectan con mayor precisión nuestros gestos y se han introducido unas cuantas mejoras de calidad de vida muy necesarias que agilizan el ritmo de la aventura mucho más de lo que podría parecer en un primer momento. En definitiva, la mejor versión de un juegazo con el que descubrir una de las historias más importantes y apasionantes de una de las series más revolucionarias y mágicas de la industria.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.