Análisis Dragon Ball Z: Kakarot, la leyenda de Goku (PS4, PS5, Xbox Series X/S, PC, Xbox One)
Dragon Ball Z: Kakarot es un juego muy especial. Hasta la fecha, hemos podido disfrutar de decenas de títulos basados en la legendaria obra de Akira Toriyama, pero la gran mayoría de ellos ha puesto el foco en sus espectaculares enfrentamientos y los que se han atrevido con otros géneros no siempre han conseguido trasladar lo que veíamos en el anime y leíamos en el manga de la forma que esperábamos. Sí, muchos de ellos desprendían calidad y diversión por los cuatro costados, pero ya fuese por su planteamiento, estructura o sistemas, siempre había algo que nos sacaba de la experiencia y nos recordaba que estábamos ante un videojuego y no la serie.
Videoanálisis
El proyecto de CyberConnect2 tampoco es perfecto, pero ha conseguido lo que muchos han intentado sin éxito: emocionarnos y sumergirnos en el Dragon World como nunca antes, reviviendo esas sensaciones que tuvimos cuando hace más de dos décadas descubrimos Dragon Ball por primera vez.
De hecho, la impresión que nos ha dejado es que el estudio no ha buscado recrear la serie, sino convertirse en ella para ofrecernos su visión de la misma y adaptarla al lenguaje del videojuego, expandiéndola y haciéndonos partícipes de su inolvidable historia de un modo que hasta ahora tan solo habíamos soñado.
La legendaria historia del saiyan Kakarot
Así pues, nos encontramos con un nuevo ARPG que nos vuelve a narrar la historia del manga partiendo de la llegada de Raditz a la Tierra para llegar hasta el final de la saga del Monstruo Bu. Por supuesto, todo lo que aquí ocurre es ya bien conocido por todos, pero tenemos que aplaudir la narrativa que tiene, ya que a diferencia de lo que viene siendo habitual en este tipo de adaptaciones, se toma las cosas con cierta calma para explicarnos todo bien y con mucho detalle, recreándose con los momentos más importantes y absorbiéndonos como si realmente estuviésemos protagonizando un capítulo del anime.
De hecho, una de las cosas que más nos han gustado es que al ser una aventura de rol de gran escala sus guionistas han podido darle un enfoque mucho más personal e íntimo a ciertas situaciones para mostrarnos un lado de la serie que está prácticamente sin explorar. El mismo inicio es una clara declaración de intenciones, permitiéndonos vivir un día normal y corriente en la vida de Goku y Gohan con situaciones muy cotidianas y entrañables que nos harán reconectar rápidamente con ellos, lo que refuerza la narrativa de cara a todo lo que vendrá a posteriori. Por supuesto, esto no quita que los combates más míticos estén también recreados con todo lujo de detalles, con una puesta en escena y unos vídeos que nos dejarán sin habla ante el brutal espectáculo que llegan a ofrecer, superando no pocas veces lo visto en la propia serie para ponernos los pelos de punta.
Eso sí, os avisamos que aunque es un juego que presta mucha atención a los pequeños detalles, se deja en el tintero algunas cosas, como la final del torneo infantil entre Goten y Trunks o las fusiones fallidas de Gotenks, entre otras cuantas. Además, también se omiten ciertas "pequeñeces", como Goku quitándose los pesos para luchar contra Raditz o los problemas que tuvo nuestro héroe para adaptarse a la gravedad del planeta de Kaio-sama, pero son sacrificios comprensibles que no terminan de empañar la experiencia si tenemos en cuenta la escala de la aventura y todo lo que abarca.
Volando por el Dragon World
Centrándonos ya en lo que es el juego en sí nos encontramos con un título de rol y acción en tiempo real en el que podemos explorar libremente muchas de las localizaciones más famosas de la serie mientras volamos a toda velocidad. Por supuesto, podremos participar en diversas actividades, como cazar animales y dinosaurios, encontrar coleccionables, recolectar materiales e ingredientes, cocinar sabrosos platos de comida para fortalecernos, realizar entrenamientos para adquirir nuevas técnicas y hacernos más fuertes, buscar las Dragon Balls para pedirle deseos a Shenron, luchar contra los enemigos que pueblan los escenarios, divertirnos en simpáticos minijuegos o ayudar a los habitantes del Dragon World con sus problemas en entretenidas misiones secundarias.
Eso sí, aquí lo más importante es la historia, así que esta será siempre la que marque el ritmo y condicione todo lo que podemos hacer o no. Es decir, dependiendo del punto argumental en el que nos encontremos tendremos acceso a unos personajes u otros y las misiones y actividades que aparecerán dependerán de ello por completo, evitando así que durante la trama nos podamos desviar o despistar demasiado para que la narrativa nunca pierda fuerza.
De hecho, gracias a esto se ha conseguido crear un mundo coherente y que va evolucionando junto a nosotros, por lo que siempre veremos representadas las consecuencias de lo que ocurre en la trama principal. ¿Os acordáis de cuando Bu aniquila a la humanidad? Pues si os vais a pasear y explorar el mundo en ese momento no encontraréis a nadie y veréis todo vacío. Este tipo de detalles se agradecen muchísimo y ayudan a que realmente nos sintamos parte de la historia, por lo que pocas pegas podemos poner aquí.
Sobre las actividades en las que podemos participar, cabe destacar que todas ellas se caracterizan por tener unas mecánicas muy sencillas y básicas que se quedan lejos de ofrecer un desafío, pero nunca resultan aburridas y consiguen entretener con suma facilidad, proponiéndonos unos minijuegos muy simples pero inesperadamente entretenidos. A nosotros nos han gustado especialmente los que implican conducir vehículos, ya que introducen pruebas muy plataformeras y de velocidad arcade con las que nos lo hemos pasado muy bien.
Evidentemente, el plato fuerte de este tipo de tareas lo tenemos en sus misiones secundarias, las cuales amplían la historia y el universo de la serie para mostrarnos muchas cosas que nos harán entornar la sonrisa como fans. Como decimos, estas siempre tienen relación con lo que está sucediendo durante la trama central , así que la gran mayoría de ellas tienen un plazo para ser completadas. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué a Gohan y Vegeta no se les regeneró la cola? ¿O cómo A18 y Krilin comenzaron a salir? ¿Cómo mejoró Dende la Cámara del Tiempo? Son algunas de las cosillas que aquí podréis descubrir. Además, como casi siempre implican a los personajes que todos conocemos, nos permiten ver algunas interacciones entre ellos muy simpáticas y que van directas al fan. De hecho, hay algunas sorpresillas que han conseguido emocionarnos y que no nos esperábamos para nada.
Eso sí, a nivel de diseño no son nada del otro mundo y se limitan a proponernos objetivos muy básicos y poco originales, limitándose por lo general a ir a un sitio determinado para hablar con algún personaje, realizar un minijuego, enfrentarnos a una serie de enemigos, o recolectar materiales, aunque de algún modo se las apañan para ser siempre muy entretenidas, ya que argumentalmente están bien llevadas y justificadas para que no las sintamos como una pérdida de tiempo. Es más, suelen dar muy buenas recompensas, por lo que merece mucho la pena pararse a hacerlas a medida que van apareciendo.
El espectáculo de las batallas de Dragon Ball
Como no podía ser de otro modo, uno de los grandes pilares del juego lo tenemos en sus batallas. Lo primero que hay que dejar claro es que aquí estamos ante un ARPG y no un juego de lucha como podría ser Budokai Tenkaichi 3, así que no esperéis nada mínimamente similar ni con el mismo nivel de profundidad, ya que ni lo busca ni lo pretende. Aquí el objetivo ha sido hacer unas batallas muy ágiles, espectaculares y divertidas que todo el mundo pueda disfrutar, independientemente de su nivel de habilidad, por lo que huye de complejas combinaciones de botones para que nos centremos en evitar y bloquear los embates de los enemigos mientras buscamos un hueco para contraatacar y pasar a la ofensiva.
A pesar de que a nivel visual puedan recordarnos a Xenoverse, lo cierto es que a nivel de controles y mecánicas tienen muchísimas similitudes con los Naruto Ultimate Ninja Storm, también de CyberConnect2, aunque es incluso más básico. Con un botón realizamos combos cuerpo a cuerpo, con otro lanzamos Ki, también tenemos un tercero para recargar energía y un cuarto para realizar esquivas, las cuales pueden ser "perfectas" si las hacemos justo en el momento en el que vamos a recibir un golpe. A esto tenemos que sumarle el botón de defensa y unas paletas que podemos configurar con cuatro ataques especiales, las técnicas de apoyo de nuestros compañeros controlados por la IA y cuatro objetos para usar durante los enfrentamientos. Tampoco podemos olvidarnos de la posibilidad de transformarnos (en el caso de que el personaje que llevemos pueda y tenga equipada dicha habilidad), de potenciarnos al rellenar un medidor especial ni de realizar un devastador combo conjunto entre todos los personajes de nuestro grupo.
Mentiríamos si os dijésemos que no hemos echado en falta una pizca más de profundidad, aunque fuese solo para tener una mayor variedad de combos a nivel visual, pero tampoco haríamos honor a la verdad si os dijésemos que nos hemos aburrido luchando. De hecho, si hay algo que debemos aplaudir es que combatir siempre es una experiencia divertidísima y enormemente entretenida, con enfrentamientos que suceden a velocidades de vértigo y que plasman a la perfección todo el espectáculo de la serie, con golpes que hacen que nuestros enemigos salgan disparados atravesando y destruyendo varias montañas por el camino, luchas que comienzan en el cielo y acaban bajo el agua, etcétera. Las luchas son tan frenéticas como se esperaba de ellas y los jefes son todo un ejercicio de buen hacer, ya que nos avasallarán con técnicas que ocupan toda la pantalla y que usan patrones muy diferentes que nos tocará memorizar y aprender.
Nuestras mayores quejas en este sentido son dos: la nula variedad de enemigos normales que saldrán a nuestro paso y la dificultad. Entendemos que hacer un juego de rol de Dragon Ball no es fácil, ya que no hay demasiados rivales que puedas poner para que planteen un desafío a los Guerreros Z, pero creemos que se podrían haber esforzado un poco más en ofrecer una mayor diversidad de contrincantes, especialmente cuando la mayoría de los que usan son robots. Akira Toriyama tiene una gigantesca cantidad de diseños de personajes de este tipo que se podrían haber usado, pero aquí se han limitado a abusar únicamente de dos de ellos, y los del segundo tipo no aparecen hasta la saga de Bu. Evidentemente, tampoco faltan los soldados del ejército de Freezer ni de Babidi, pero poco más.
Sobre la dificultad, ya hemos dicho que se trata de una aventura pensada para que todo el mundo pueda disfrutarla, aunque un puntillo de reto adicional no le habría venido nada mal, ya que algunas de las luchas más importantes pierden cierta intensidad ante la facilidad que tenemos para liquidar a nuestros adversarios. En nuestro caso no hemos visto la pantalla de Game Over en todo el juego y ni siquiera hemos llegado a estar cerca de morir durante la historia principal, así que si buscáis un buen desafío lo mejor será que busquéis en otro lado, ya que aquí no lo vais a encontrar.
"Mi nivel de poder es de..."
Por otra parte, como buen juego de rol que es hay diversos sistemas de progresión y personalización para nuestros héroes. Por lo general, la forma más básica de fortalecernos es conseguir puntos de experiencia para subir de nivel, lo que a su vez también nos permitirá acceder a nuevas técnicas y mejoras en nuestro árbol de habilidades, así como al desbloqueo de más huecos para equiparnos con un número mayor de pasivas. Eso sí, para conseguir las técnicas y sus versiones potenciadas no bastará con subir niveles, ya que también tendremos que invertir una serie de orbes que podremos recoger por el mundo, realizando misiones secundarias, combatiendo o pidiéndolos como deseo a Shenron. Además, hay ciertos movimientos que únicamente podremos aprender si realizamos un entrenamiento especial, por lo que todo está muy medido para que vayamos mejorando a nuestro guerreros poco a poco y nunca sintamos que se estancan.
Además de todo esto, también contaremos con una serie de tableros en los que podemos colocar los emblemas de diferentes personajes de Dragon Ball. Cada tablero o comunidad, está destinado a darnos una serie de mejoras u otras y nuestro objetivo es sumar muchos puntos entre todos los emblemas que coloquemos en ellos para que así suban de nivel y nos den mejores potenciadores. Para hacer las cosas más interesantes, cada emblema da unos puntos u otros según la categoría de la comunidad, y si colocamos en casillas contiguas a dos o más personajes que tengan algún tipo de afinidad entre sí (por ejemplo, Gohan y Piccolo por ser maestro y discípulo) sus efectos serán todavía mayores. Además, estas medallas se pueden mejorar a través de regalos para que den más puntos de base.
Estos emblemas se consiguen, principalmente, a través de misiones, tanto principales como secundarias, y se trata de un sistema que nos ha gustado mucho en su planteamiento, ya que tiene un componente de puzle muy interesante que nos llevará a rompernos la cabeza buscando la manera más eficiente de colocar nuestros emblemas. ¿El problema? Que sus efectos casi no se notan a la hora de jugar y el juego es tan fácil que realmente no hay grandes incentivos para invertir tiempo en optimizar nuestros tableros.
Muchas horas de diversión
En lo que respecta a la duración, a nosotros nos ha durado 35 horas haciendo todas las tramas secundarias que van apareciendo durante la historia principal, aunque tras los títulos de crédito desbloquearemos infinidad de nuevas misiones, actividades, retos y jefes que nos garantizarán muchas más horas de diversión. Además, este es el punto en el que realmente nos sueltan de la mano y nos permiten jugar a nuestro aire y con total libertad, pudiendo configurar nuestro grupo de personajes a nuestro gusto para jugar y entrenar a nuestros héroes favoritos, algo que se agradece muchísimo tras tres decenas de horas en las que apenas nos han dejado margen de maniobra para explorar y experimentar con sus diferentes posibilidades jugables. Y mucho ojo, ya que hay un buen número de sorpresas que no os queremos arruinar, pero que os llevarán a derramar alguna que otra lagrimilla de nostalgia.
Puro anime interactivo
En su apartado gráfico nos encontramos con un título con claroscuros. Por un lado, el cel shading que se ha utilizado nos ha gustado mucho, los modelados son más que correctos y las animaciones y efectos durante los combates son fantásticos, por no hablar de las secuencias de vídeo para los momentos más importantes que son una auténtica pasada y de lo mejor que hemos visto nunca. Si hay algo que este juego sabe poner en pantalla es espectáculo, plasmando a la perfección lo que esperaríamos ver en un producto basado en esta serie.
Sin embargo, hay muchas secuencias en las que el nivel baja considerablemente en todos los sentidos, incluyendo modelados y animaciones, las pantallas de carga son demasiado numerosas y ciertos efectos resultan, como mínimo, decepcionantes, como todo lo que implica la destrucción de los escenarios. ¿Habéis abierto la tierra con un devastador Kame Hame Ha a ras del suelo? No pasa nada, antes de que finalice la animación veréis cómo los destrozos se regeneran mágicamente.
Evidentemente, tampoco esperéis roturas de ropa ni daños en tiempo real, y mucho menos sangre, ya que no veréis derramarse ni una sola gota, siguiendo así la tendencia que vimos en Dragon Ball Super de reducir al mínimo la violencia de la serie. Sobre esta censura, nos ha llamado mucho la atención el baremo tan extraño que han tenido los desarrolladores para decidir qué muestran y qué no, ya que no admiten sangre, pero luego parece que no hay problema en enseñar a Freezer partido por la mitad (aunque con la cámara estratégicamente colocada para que no se vea demasiado) o a Goku con un agujero abierto en el pecho. Dependiendo de la escena hay recortes o no, algo que llega a lo absurdo con un Gohan que tras haberse transformado en Ozaru y volver a la normalidad mantiene sus pantalones intactos, por no hablar del cambio que se ha hecho en una escena clave para que cierto perrito no se lleve un disparo y la única víctima sea Mr. Satan.
Finalmente, cabe decir que la banda sonora incluye una decena de temas sacados directamente del anime a los que se les han hecho algunos retoques, lo que ayuda a mantener la autenticidad de la experiencia. El resto de composiciones son completamente nuevas, aunque siguen muy de cerca el estilo musical de la serie y se adaptan muy bien a lo que ocurre en pantalla. Los efectos son de calidad y completamente reconocibles, y el doblaje japonés es intachable y cuenta con todos los actores habituales para los personajes.
Por supuesto, los textos están traducidos al español, aunque la traducción que se ha realizado deja muchísimo que desear y no sigue unas líneas claras. Tan pronto nos encontramos un nombre en japonés que nos topamos con otro traducido de forma literal del inglés, y tampoco faltan los que están sacados del doblaje español original, lo que provoca una alarmante falta de coherencia interna. Kaio-sama aquí es Kaito, pero enseña a Goku el Kaioken, y Vegeta no hace el Final Flash, hace el Destello Final, por no hablar de Ten Shin Han y su Tri-rayo. No se ha respetado ni el nombre del monte en el que vive Goku.
Y ojo, que ya no es una queja referida solo a los nombres propios y a las técnicas (lo que provoca que muchas veces aprendamos una y no sepamos ni cuál es por culpa de cómo se han traducido), sino que también la extendemos en las expresiones y en la forma en la que los personajes hablan, con perlas como Goku repitiendo constantemente cosas como "la he liado", algo que no se corresponde con su forma de hablar. Y sí, cada vez que alguien nombra a Goku, Gohan o Goten le pone siempre el Son delante, independientemente de que en el manga y en el anime nunca se hayan referido a ellos con el apellido por la confianza que tienen (y si prestáis algo de oído veréis que en el doblaje del juego tampoco). Es una pena la falta de unidad que hay entre las traducciones de los diferentes productos de Dragon Ball en España, pero sin duda, los videojuegos llevan desde hace años siendo los que peor lo están haciendo y esta es otra clara muestra del poco respeto y mimo que se pone en la localización de la obra de Toriyama.
Conclusiones
Dragon Ball Z: Kakarot es uno de los juegos de este legendario manga que más hemos disfrutado. No solo plasma a la perfección su historia y nos hace vivirla como nunca antes, sino que también tiene un encanto muy único que hace de él una experiencia muy especial y totalmente recomendable para cualquier fan que busque un nuevo enfoque para este tipo de adaptaciones. Dista mucho de ser perfecto y tiene ciertos problemillas que le impiden alcanzar la grandeza, pero eso no evita que sea una aventura espectacular, que siempre divierte y que se juega con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
Si, al igual que nosotros, eráis de los que cada tarde esperaban con ansias que comenzara el siguiente episodio del anime, de los que comentaban con sus amigos y compañeros cada capítulo, de lo que intentaban convertirse en Super Saiyan, de los que practicaban la postura del Kame Hame Ha y la danza de la fusión, y de los que levantaban las manos para darle su energía a Goku cuando pedía ayuda para cargar la Genki Dama, aquí tenéis una nueva cita con nuestro héroe favorito que no os podéis perder.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado Bandai Namco.