Esta semana queremos declarar nuestro amor absoluto hacia una recreativa que aguantó como una jabata, durante años, en muchos bares y pubs de barrio, y en más de un salón recreativo, escoltada por placas más recientes y potentes a nivel técnico. Hablamos de Snow Bros, el clásico de Toaplan que, al igual que Pang o el Tetris de Atari, se convirtió en un auténtico fenómeno ajeno al paso del tiempo. ¿Quién no ha jugado a la "recre de los muñecos de nieve"?
La desaparecida Toaplan pasó a la historia por sus maravillosos shooters (Tiger Heli, Slap Fight, Hellfire, Zero Wing, Truxton), pero a lo largo de sus diez años de vida también flirtearon con el género de plataformas, pariendo placas tan notables como Wardner o este Snow Bros, cuya mecánica recordaba poderosamente a otro icono recreativo: Bubble Bobble.
La mecánica de Snow Bros tenía muchos puntos en común con el clásico de Taito. La pareja de dragoncetes atrapaba a sus enemigos dentro de pompas, mientras que Nick y Tom los inmovilizaban a base de bolas de nieve, hasta convertirlos en grandes esferas de agua congelada que podíamos empujar por el escenario, aplastando todo lo que pillaba a su paso. Ambos juegos compartían la misma estructura de niveles: solo había que eliminar a todos los enemigos de cada pantalla para saltar, por arte de magia, al siguiente nivel.
Snow Bros estaba dividido en 50 fases, con cinco jefazos que aparecían cada diez pantallas. La dificultad iba aumentando no solo por la aparición de nuevos enemigos (con habilidades cada vez más letales), sino por el propio diseño de los escenarios. En algunos era necesario saltar sobre las bolas de nieve (en lugar de empujarlas), para alcanzar las plataformas superiores.
Además, tampoco podíamos dormirnos en los laureles. Si no empujábamos a tiempo las bolas de nieve los enemigos acababan emergiendo de ellas y para colmo, un misterioso personaje (con cabeza de calabaza) hacía su aparición si tardábamos demasiado en despachar una pantalla.
La mecánica de Snow Bros, tan adictiva como sencilla de aprender, convirtió a la recreativa en un clásico de los bares desde su irrupción en 1990 hasta finales de la década, resistiendo de manera numantina incluso al reinado de los polígonos. Para jugar al último KOF te ibas a los recreativos, pero… ¿Quién podía resistirse a echar una partidita al venerable Snow Bros junto a un colega, dejando la cerveza en lo alto del mueble?
A pesar de su enorme popularidad, Snow Bros no tuvo demasiadas adaptaciones a sistemas domésticos. Capcom se hizo con los derechos para portar la máquina de Toaplan a NES (1991) y Game Boy (1991 en Japón y 1992 en Occidente) rebautizándola como Snow Brothers, mientras que la portentosa conversión a Mega Drive (obra de la propia Toaplan), jamás salió de Japón (donde se puso a la venta en mayo de 1993). Esta versión, que añadía 20 niveles extra protagonizados por las princesas Puripuri y Puchipuchi, alcanza hoy en día precios de infarto, aunque es sencillo conseguir repros (bastante logradas) en AliExpress y similares.
¿Y los ordenadores domésticos? Bueno, esa historia tiene miga. Ocean se hizo con los derechos para adaptar Snow Bros, con vistas a lanzar el juego en 1991, y de hecho llegó a aparecer en la portada de la prestigiosa Computer and Video Games, pero por motivos que desconocemos, jamás llegaron a ver la luz las anunciadas conversiones para ZX Spectrum, C64, Amstrad GX4000, Atari ST y Amiga.
La versión Amiga, obra de los titanes de Ocean Francia (autores, entre otras joyas, de los hermosos Ivanhoe y Mr. Nutz), se creía perdida (como el resto), pero el master original del juego acabó viendo la luz y se filtró a la Red en 2006. Aquí podéis echarle un vistazo…
La leyenda de Snow Bros podría haber acabado aquí, pero en 1994 Toaplan aún tuvo tiempo de de ejecutar su canto del cisne con el lanzamiento en los salones recreativos de Otenki Paradise/Snow Bros 2: With New Elves, una delirante secuela de Snow Bros que conservaba la mecánica del original, aunque con bastantes novedades (por ejemplo, uno de las niveles tenía scroll vertical).
Haciendo suyo el castizo dicho de "para lo que me queda en el convento…", Toaplan creó una recreativa maravillosamente delirante, que incorporaba tres nuevos personajes y una mecánica cooperativa para cuatro jugadores. A Nick, el muñeco de nieve de la placa original, se le unían en esta ocasión Bobby, Roy y Richard.
Nick conservaba la habilidad para lanzar nieve, pero los tres nuevos fichajes desplegaban poderes relacionados con la meteorología. Bobby dominaba los truenos, Richard el viento y el ataque de Roy, el niño de la lluvia, recordaba sospechosamente a Parasol Stars, que a su vez era una de las secuelas de Bubble Bobble. Toaplan seguía "homenajeando" a Taito, incluso antes de desaparecer ese mismo 1994.
La bancarrota de Toaplan no puso punto final a la leyenda de Snow Bros. La licencia acabó en manos de una compañía llamada Syrmex, que en 2002 lanzó una tercera recreativa: Snow Brothers 3: Magical Adventure. Una placa bastante birriosa que convirtió a unos irreconocibles Nick y Tom en futbolistas. En lugar de arrojar nieve convertían a sus enemigos en balones de fútbol.
Los derechos de Snow Bros fueron posteriormente adquiridos por la coreana ISAC Entertainment, que se ha dedicado en los últimos años a lanzar ports de la recreativa original para dispositivos iOS y Android.
Los coreanos también comercializaron Snow Bros Runner y Snow Bros Jump. Triste final para una máquina inolvidable.
¿Recordáis vuestra primera partida con Snow Bros? ¿Llegasteis a jugar con la secuela en los recreativos? ¿Cuánto estaríais dispuestos a pagar por el cartucho de Mega Drive? Como siempre, estamos deseando leer vuestros comentarios y anécdotas…
