La época en la que los microordenadores dominaban y acaparaban muchos hogares es hablar de tiempos lejanos. En los años ochenta, con un panorama en consolas con NES y Master System, había una gran diferencia de precio entre hacer videojuegos en cartucho o en cinta, por no hablar de los royalties que había que pagar a las dueñas de las consolas, Nintendo y SEGA.
Poco o nada importaba que un juego tardase en cargar una eternidad entre chirridos y pitidos, ya que, por una ínfima parte de lo que costaba un cartucho de consola, podíamos disfrutar en nuestro ordenador de un título o género de moda. Incluso nos llevábamos a casa, junto a nuestra revista favorita, una cinta repleta de software para nuestro querido ordenador.
Aquella época fue para muchos de nosotros un oasis de videojuegos míticos, y que como ya hemos comentado alguna vez, hizo que el "made in Spain" fuera un sello con el que nos conocía Europa entera. Pero aquella época dorada, larga y muy disfrutada, fue llegando a su fin, y mientras se apagaban los 8 bits y evolucionaba la industria, en octubre de 1987 fue lanzado Commodore Amiga 500, la revolución de los ordenadores multimedia.
¿En el momento indicado?
Para muchos esta es la versión más exitosa y recordada, con una estructura de 16/32 bits con un sistema operativo totalmente multitarea, que se vendía como un ordenador de oficina en casa, capaz de hacer cualquier tarea imaginable y además, con un hardware capaz de mover unos videojuegos asombrosos. Existen multitud de grandes ejemplos de videojuegos que salieron diseñados para su arquitectura, como Shadow Of The Beast, que demostraba que Commodore Amiga 500 era un maquinón, como se vendía en los anuncios.
Mega Lo Mania era uno de esos títulos pensados desde cero para salir en este sistema, ya que es un juego de estrategia en tiempo real que también salió versionado para consolas como Mega Drive y Super Nintendo, que adaptaron el control como pudieron al mando. Pero lo cierto es que jugar a un juego de este tipo con el ratón era un evidente punto a favor. De hecho, tan sólo basta con ver unas partidas en unos y otros sistemas para ver la diferencia, siendo un género que nunca ha terminado de cuajar en consolas.
Un juego de estrategia en tiempo real con vista cenital y que nos transporte a lo largo y ancho de 28 islas las cuales debíamos conquistar, estando repartidas en nueve épocas en las que se repasa la historia de la humanidad. Debemos asumir uno de los cuatro colores que representan al líder del ejército que estamos controlando, y construir y asentarnos con buenos recursos para reclutar gente y destruir a los diferentes enemigos que hay en cada isla.
El juego -a pesar de sus evidentes carencias a día de hoy- termina enganchando, ya que los diferentes entornos y situaciones hacen que sea divertido manejar a nuestras tropas, a pesar de que gráficamente es discreto -recordemos que Warcraft salió tres años después-, y que el sistema de juego no está pulido al 100%, ya que en muchas ocasiones ganamos sin saber realmente el porqué, y morimos casi de la misma manera, viendo cómo nuestros enemigos sacan tropas hasta debajo de las piedras para arrasar con nosotros.
Muchas islas tienen el tamaño justo como para que quepamos sólo nosotros y otro pueblo al que debemos destruir, pero hay otras que dejan mucho terreno para que nosotros o nuestros enemigos las ocupen. Aunque a día de hoy puede parecer bastante limitado, consiguió atrapar y enganchar a una buena cantidad de jugadores que lo recuerdan con cariño.
La música, discreta y en ocasiones algo lenta en su ritmo, es la único a destacar como negativo, ya que los efectos de sonido, a pesar de no tener una calidad de diez, sí que ambientan de manera perfecta las diferentes situaciones y épocas que visitamos a lo largo de este difícil título.
Mega Lo Mania fue uno de los primeros juegos de estrategia real, y como tal en un género en construcción, llegó en una época en la que el boom de los juegos de este tipo empezaría con Warcraft de Blizard, pero que a pesar de ello, fue portado a diferentes sistemas aparte de Amiga 500 como Atari ST, Sharp X68000, Mega Drive y Super Nintendo.
Las conversiones demostraron que fue un título de éxito, quizás algo limitado en su concepción, pero que para tratarse de un juego de principio de los noventa, Mega Lo Mania fue un grande que muchos disfrutaron, despertando su pasión por la estrategia.
