Quizás sea un poco atrevido para algunos catalogar a Golden Axe como una leyenda, pero lo cierto es que fue uno de los juegos que fue lanzado en el momento justo, y dio justo en el clavo. En los ochenta los arcades de cada compañía estaban en constante evolución. Sega tenía entre manos un hardware lo suficientemente potente como para poder asombrar con juegos en los que los gráficos nos llevaron a mundos fantásticos, como el del título de hoy.
El juego, bajo los circuitos del legendario System 16, gozó de una popularidad inusitada, tanta, que en algunos medios fue considerado el mejor juego del año en el que vio la luz, en 1989. En aquellos años a finales de los ochenta, los videojuegos seguían una corriente en la que los arcades eran y el máximo exponente gráfico, mientras que las consolas y los microordenadores de la época batallaban entre sí con una potencia que cada vez estaba más cerca de los propios arcades.
El lanzamiento de Mega Drive hizo que varios juegos de los arcades salieran en esta con bastante proximidad a la idea original, pero como sabemos muchos de los que jugaron a Golden Axe en el arcade original saben que en sus casas, esperaban otras consolas diferentes a esta. El sabor de jugar en un arcade, como muchos supimos, era diferente. Saber que podíamos contar con un compañero desconocido y tenerlo al lado en una aventura como la que Golden Axe nos dio, son algunas de las experiencias que se fueron con los años dorados de los arcades, ¿recuerdas el juego de Sega?
El hacha dorada
El videojuego de Sega nos sumergió en una época medieval, donde la espada y la recolección de pócimas y demás ítems nos mostraron un juego, que aunque fuera lineal, no necesitó más que esto para asombrar a medio mundo, sobre todo, por lo espectacular de las magias en su más alto nivel. Fue un beat'em up de ambientado en el medievo, pero con unos tintes mágicos que hicieron de esta aventura una épica epopeya en la que estábamos inmersos con tan sólo una moneda.
Los gráficos mostraban unos escenarios ricos en detalles para la época, y los tres personajes disponibles, Ax Battler, Tyris Flare y Gilius Thunderhead fueron un musculoso humano, al estilo Conan el bárbaro, una valiente amazona y un simpático enano respectivamente, que juntos blandieron sus respectivas armas para derrotar al malvado Death Adder.
Los personajes estaban representados por unos sprites de buen tamaño, que si bien las animaciones no estaban a la altura, esto fue algo que no importó demasiado, sobre todo porque para algunos pudieran parecer algo toscas hoy, pero en 1989 la tónica no era todavía poner acento en ellas, y en este juego fueron lo suficientemente buenas como para resultar en un juego sobresaliente a nivel técnico.
Los controles nos dejaban un buen elenco de movimientos, ya que podíamos atacar a nuestros enemigos con nuestra arma, correr para atacar, saltar -aunque con un salto algo rudo- y lanzar nuestras magias contra los enemigos que teníamos en la pantalla.
Además de esto encontrábamos diversos monstruos disponibles en los que podíamos subirnos y atacar desde ellos, sin duda uno de los aspectos más recordados del juego, donde los dragones se convirtieron en enemigos o amigos, dependiendo de quien estuviera a lomos de él.
Los hechizos disponibles iban subiendo de nivel a medida que recolectábamos pócimas, y recordado por todos son los pequeños gnomos que pululaban de vez en cuando por la pantalla y a cada golpe se hacían más y más esquivos.
Lo que sin duda muchos recuerdan del mítico juego son las magias. Con cada pócima subiríamos el nivel de daño, pero también el de espectacularidad, ya que cada personaje mostraba su magia al lanzar al aire las pócimas que hasta entonces habíamos recogido.
Un derroche de imaginación y buen hacer, donde llegaba a su clímax con la aparición del mítico dragón, que arrasaba todo lo que encontraba en la pantalla con un tamaño descomunal.
Pero no sólo nos encontramos con un juego sobresaliente a nivel técnico, ya que las músicas, desde la memorable fanfarria del título demostraron que los compositores de Sega estaban inspirados. Una banda sonora que nos recodaba que estábamos ante algo épico y nos ayudaba a meternos en la piel de cada uno de los guerreros.
El juego fue rápidamente convertido a las consolas de Sega en primer lugar, con conversiones de mérito en las plataformas que visitó, y ha sido largamente recordado en diferentes recopilatorios debido, sobre todo, a lo que significó para la industria. Golden Axe fue un arcade que como decíamos al principio dio justo en el clavo, al meternos en un mundo fantástico que muchos hoy todavía echamos de menos.
Si tenéis la oportunidad de volver a jugarlo, recordad que, aunque haya envejecido "regular" para algunos, sigue siendo un título realmente divertido, y que fue el comenzar de una etapa dorada donde este tipo de juegos siguió divirtiendo durante muchos años a generaciones enteras. ¡Larga vida a Golden Axe!
