Cada cuatro años se para el mundo, para celebrarse un Mundial de fútbol. Cómo sabemos, cada país que consigue llegar a esta etapa, sabe que hay detrás suyo un país entero, al que representan, una enorme afición que espera con ilusión que sus futbolistas consigan llegar lo más lejos posible y den lo máximo en cada partido.
Hace veinte años, se celebró en Estados Unidos, cuna del baloncesto y del béisbol, algo que sin duda muchos miraban con cierto recelo y con no menos ansiedad por que empezase.
Allí se dieron cita los recordados Klinsmann, Roberto Baggio, Romario, Bebeto y Maradona, y lo que en un principio comenzó con escepticismo, por jugarse en un país sin tradición futbolística, rápidamente se tornó en uno de los mejores mundiales que se recuerdan a nivel de asistencia y seguimiento para la época.
Fue entonces cuando US Gold compró la licencia oficial para engalanar su videojuego, algo que a la postre suscitó la idea de que un juego con la licencia oficial podía ganar enteros, o no, de cara a los usuarios ¿qué sucedió?
El videojuego de mediados de los noventa fue lanzado apenas unas semanas antes de que echara a correr el balón en aquel mundial, y se dio especial importancia a la cantidad de opciones para configurar los partidos, antes que poner especial atención a sus apartados gráfico y sonoro, por lo que el resultado, para muchos, resultó algo tibio.
World Cup USA 94 usó las selecciones que quedaron encuadradas en la etapa final de clasificación, y lo que ayudó también, fue la cantidad de opciones, como las de usar selecciones no clasificadas, para aumentar las ventas en aquellos países en los que también fue lanzado, ya que el videojuego estaba traducido a una buena cantidad de idiomas, a la par que estaba claramente orientado a "gustar" a la mayor cantidad de clientes finales posibles.
Fue lanzado para ordenadores, Mega Drive, Mega CD, Master System, Game Gear, Amiga, Super Nintendo y Game Boy, consiguiendo que en la prensa, entre ellas la española, tuviera una buena acogida, la cual lo comparó a la saga Sensible Soccer, por sus gráficos y sencillez de manejo.
La idea de World Cup USA 94 era clara: ser un juego sencillo, accesible y adictivo, poniendo en la mano del jugador una gran cantidad de opciones de configuración para hacer esta copa del mundo una experiencia divertida. Los gráficos estaban por encima de la saga mencionada, pero sin llegar al nivel del primer FIFA, lanzado un año antes.
Poseía una vista cenital en la que se podían diferenciar las camisetas oficiales, pero no usaron los nombres reales de los jugadores, algo bastante desconcertante y uno de los puntos en los que nos preguntábamos donde estaba la licencia oficial, aparte de usar los nombres de las selecciones y mostrar a la mascota oficial por sus menús.
La jugabilidad sí era un apartado en el que se notaba un esmero por hacer el juego sencillo y profundo, ya que la semejanza con Sensible Soccer no era fortuita, y aunque se podían coger los mandos y jugar un primer partido con bastante soltura, la curva de aprendizaje hacía que al ir dominando mejor cada uno de los aspectos jugables, "la cosa" se iba poniendo interesante, y los partidos tenían otro color.
Las melodías simbólicas de los menús dejaban paso a unos efectos de sonido discretos, pero que cumplían, y las diferentes versiones mostraron un gran interés por cada sistema en el que fue lanzado, ya que a las meritorias versiones de Master System y Game Boy, contrastan las geniales versiones de Amiga, PC, Mega Drive, Mega CD y Super Nintendo, donde se hicieron con la corona de las mejores versiones, y donde se lograron unas grandes ventas, demostrando que el poder de una licencia oficial tenía por aquellos entonces.
Pero, ¿fue el mejor juego de fútbol de la época? A pesar de que los gustos varían mucho, por aquellos noventa existía una gran cantidad de opciones diferentes, desde arcades confesos hasta los primeros simuladores con ganas de agradar.
No queremos decir que World Cup USA fuera malo, ya que no lo fue, pero sí que tenía un aroma "arcaico" que muchos notaron y no agradó del todo. En aquel año, al igual que la excelente Copa del mundo que se disputó, Brasil acabó alzando la renovada copa dorada ante Italia, en una excelente final en la que Roberto Baggio dilapidó, para desgracia de su equipo, las opciones de llevársela.
Los brasileños alzaron una Copa del mundo diseñada, irónicamente, por un italiano ¿Rememoramos aquel Mundial de hace veinte años?