Hace apenas unos días apenas podríamos sospechar la avalancha de dispositivos pensados para jugar que se nos venían encima. Si alguien piensa que no tenemos donde elegir, recordamos que ya contamos con tres plataformas "principales" de sobremesa –además del PC–, cortesía de Nintendo, Sony y Microsoft; dos portátiles, de Sony y Nintendo; y multitud de tabletas protagonizadas por Apple con su iOS y Google con su Android. Desde luego, no nos parecen pocas, pero ahora la variedad se multiplica. Adaptadores para dispositivos móviles, consolas basadas en Android, y las dos sorpresas de lo poquísimo que va de año: Project Shield, de Nvidia y la llamada por ahora Steambox o Bigfoot, de Valve.
Es cierto que se han presentados otras consolas o dispositivos pensados para desempeñar el papel de las consolas y los ordenadores actuales, pero no podemos evitar destacar las que nos llegan de compañías con la importancia de Nvidia y Valve en el sector. Recordamos que la compañía especializada en las unidades de procesamiento gráfico ha apostado por una consola Android portátil, mientras que Valve prefiere quedarse en casa y con Linux. Valve se ganó su popularidad gracias a juegos como Half-Life, y ha conseguido inyectar un potentísimo chorro de vida al juego en Windows, OSX, y ahora Linux gracias a su plataforma de distribución digita, Steam. ¿Será éste proyecto de Valve el nuevo renacer del PC?
Calentando motores: Un glosario
Ha sido tanta la información y tantas las consolas que hemos recibido en estos días que es normal que los nombres empiecen a bailar en nuestra cabeza. Para ello, y a modo de introducción, hemos hecho un pequeño glosario en el que recogemos qué es cada uno de esos nombres relacionados con la consola de Valve, y que nos permitirán obtener una visión general del texto mucho más clara.
–‘Steambox’ o ‘Steam Box’: Concepto de consola o miniordenador abierto concebido por Valve, pensado para jugar, basado en Steam y compatible con todos sus juegos.
–Piston: Steambox fabricada por Xi3; financiada y apoyada por Valve.
–Bigfoot: Nombre en clave de la ‘Steambox’ de Valve.
Entonces, ¿cuál es la consola de Valve? ¿Piston, Steambox, Bigfoot?
Para empezar, es difícil responder a esa pregunta, ya que técnicamente Valve aún no tiene –o al menos no ha revelado– su consola propia. Gabe Newell, director de la compañía, ya había confirmado que sacarían su propio hardware, por lo que cuando las primeras imágenes de ‘Piston’, ese miniordenador cúbico que todos hemos visto, aparecieron en internet, muchas personas dieron por hecho que esta noticia ya se había materializado. Pero no es del todo así. Piston es, como decimos, un miniordenador que intentó financiarse en Kickstarter hace algún tiempo sin éxito, y que la propia Valve financió para que encajase en el modelo de negocio con el que buscan hacerse un hueco en nuestros salones, la Steambox.
Piston es actualmente un prototipo fabricado por Xi3, cuya única relación con Valve es la que habéis leído tan sólo unas líneas más arriba: estar financiada y apoyada por la compañía. Técnicamente, Xi3 ha indicado que es similar a un ordenador X7A de la compañía, cuyo precio ronda los 1.000 dólares. Con su estructura modular, permite ampliación de RAM e incluso CPU. El prototipo ofrece a una conexión HDMI, dos conexiones Display Port, cuatro puertos USB 2.0 (incluyendo uno dedicado para un teclado), cuatro puertos USB 3.0, conexión ethernet, cuatro puertos eSATA y salida de audio analógica y digital.
Ésta consola cuenta con la particularidad de poder convertirse en la primera Steambox comercializada, ya que, si bien por el momento no tiene fecha, Xi3 la ubica entre los meses de abril y junio de este año. La compañía fabricante no ha querido revelar aún sus especificaciones técnicas finales, pero las que mostraron en su página de Kickstarter permitirían una calidad gráfica similar a la de PlayStation 3 y Xbox 360. De igual modo, su precio no ha sido hecho público, aunque basándose de igual manera en Kickstarter, se habla de dos modelos (de distintas especificaciones) que llegarían por debajo de los 500 y los 1.000 dólares, respectivamente.
El modelo de consola de Valve
De las palabras de Newell podemos extraer que las ‘Steambox’ o ‘Steam Box’ serán el modelo de miniordenadores abiertos que cualquier compañía podrá fabricar para ofrecer, principalmente, juego y en el salón a través de Steam. Estas consolas serán compatibles con todos los juegos disponibles para Steam, si bien en principio podríamos instalarle cualquier título desarrollado para el sistema operativo que la Steambox en concreto incluya. La única Steambox conocida hasta el momento es Piston, si bien en el CES –la feria de ocio electrónico que se celebran estos días en Las Vegas– se están presentando otros prototipos a puerta cerrada, estando éstos desarrollados por otras compañías y, suponemos, por la propia Valve.
Las Steambox, a priori, compartirán una serie de características comunes: han de ser abiertas –es decir, el usuario podrá modificar sus componentes e incluso su sistema operativo–; han de estar basadas en Steam –recurrirán así a la tienda digital de Valve para adquirir juegos y aplicaciones, y a su interfaz Big Picture, adaptada para el uso con un mando tradicional–; y estar listas para jugar –por lo que el comprador podrá comenzar a disfrutar del catálogo de Steam tras conectar por primera vez la consola al televisor, sin necesidad de realizar otros procesos distintos a los de una consola actual–.
Por esto, la consola de Valve será una Steambox, pero tendrá, en principio, un nombre comercial distinto, si bien internamente ha sido bautizada como ‘Bigfoot’. Éste será el hardware fabricado, desarrollado y vendido por Valve, y que puede o no parecerse estéticamente o coincidir en especificaciones técnicas con Piston u otras Steambox.
Lo que podemos esperar de Bigfoot
Lo primero que podemos esperar de la Steambox "oficial" de Valve es que cambie su nombre. Después, estamos seguros de que preparará alguna que otra sorpresa, pero primero, vayamos a lo básico. La consola o el miniordenador de Valve, como el consumidor prefiera llamarlo, permitirá hacer en esencia lo que cualquier otro ordenador permite en la actualidad, con la particularidad de que está enfocado a los juegos. Valve ha anunciado que su Steambox correrá el sistema operativo Linux, para el que recientemente han publicado su tienda digital, Steam, pero que permitirá a los usuarios –y en principio, a los demás fabricantes de Steambox– instalar Windows si así lo desean, al igual que ampliar las especificaciones de la máquina añadiendo, por ejemplo, más memoria RAM. Sobre su consola en sí, Valve ha prometido más información pronto, y nos asegura que su fecha de salida podría irse hasta el 2014.
Valve también busca innovar con el control, y ya ha anunciado que apostarán por un mando biométrico. Este mando permitirá "leer" el cuerpo humano, desde nuestras huellas dactilares hasta nuestros ojos, o incluso nuestras pulsaciones. Aparte de comodidades como permitir iniciar nuestra propia sesión de usuario simplemente cogiendo el mando, abre una nueva puerta a la imaginación de los desarrolladores. Esta misma mañana, el propio Newell afirmaba que "La biométrica en cambio es, en esencia, añadir más comunicación entre el juego y la persona que lo juega, sobre todo de formas en las que el jugador no es necesariamente consciente", y que tienen "muchas ideas". Por el momento sabemos que hay tres prototipos de mandos diferentes en marcha, y que se experimenta con pantallas, distintos sensores, o la posibilidad de cambiar los sticks para ajustarlos a las distintas experiencias de juego.
El futuro de Steambox
Aunque crear un "concepto" para que otras compañías se suban a él puede parecer extraño, Valve puede tener sin duda uno de los proyectos más interesantes del futuro de los videojuegos. Un concepto similar al visto con la clásica MSX, que cuenta con un elemento diferenciador, Steam. Que el nuevo modelo de negocio gire en torno a su tienda digital sólo podría significar una cosa si éste se extiende y se implanta en nuestros hogares: un mayor éxito para Valve. La posibilidad de que cada Steambox sea fabricada por una compañía abre también la competitividad, en la que cada una puede ajustar el precio, las especificaciones o incluso añadir su toque distintivo.
Valve jugaría así con una cierta ventaja, ya que, por ejemplo, podría incluir misiones exclusivas para su mando de control biométrico en un supuesto Half-life 3, dotando a su propia Steambox de una exclusividad parcial que las separe de las de otras compañías. También, sin pensar mucho, se nos ocurre descuentos exclusivos de Steam para los usuarios que adquieran la por ahora llamada Bigfoot, u otras ventajas para los que decidan apostar por la consola "original". Esto es aplicable a cada compañía y son, obviamente, suposiciones, pero que dejan entrever todo lo que este concepto podría dar de sí.
En una época en la que el mundo de los videojuegos está cambiando, en la que todos los dispositivos luchan por convertirse en "el único", Steambox cuenta con muchas posibilidades para causar un auténtico revuelo en el mercado. Valve ya no sólo recoge juegos en su tienda, sino que también tiene sitio para las aplicaciones. La sencillez de su funcionamiento, la interfaz de Steam Big Picture, y compatibilidad de estos miniordenadores con servicios de vídeo como Netflix –y por qué no, una posible evolución de Steam en la que podría albergar música, películas o revistas– hacen que el proyecto de Valve se pueda convertir en una de las consolas/centros multimedia que más veamos en los salones de los próximos años. O meses.
