Disney es una de las corporaciones más omnipresentes en nuestras vidas. La empresa de entretenimiento, responsable de parques temáticos y productos audiovisuales de todo tipo, ha ido ampliando su rango de influencia tras la adquisición de sagas como Star Wars, estudios de animación como Pixar o licencias tan jugosas como la de los superhéroes de Marvel. Este último movimiento quizás haya sido el más inteligente en años, pues le ha reportado beneficios suficientes como para crear la saga más exitosa del mundo del cine. Pero ahora quieren ir a más. Con el éxito de Loki en Disney+, la compañía está barajando, a través de su equipo jurídico, garantizarse los derechos comerciales del dios nórdico, controlando las formas de representación de esta figura mitológica y obteniendo beneficios económicos a través de ella. Sí, como estáis leyendo.
Disney quiere comprar los derechos de un dios
Suena a una auténtica monstruosidad, una locura, pero el equipo jurídico de Disney no descansa. La empresa es muy celosa de sus propiedades y marcas comerciales, y no tolera infracciones. En el pasado, ha atacado ferozmente a locales, artistas o particulares que empleaban diseños o figuras como la de Mickey Mouse para sus negocios, obras o creaciones propias, a veces lanzando multimillonarias amenazas y aterradoras cartas de cese y desistimiento. Es una práctica habitual, pero en los últimos años se han vuelto más agresivos conforme han ido expandiendo su negocio a otras ramas y con personajes de todo tipo.
Lo hacen con Star Wars, lo hacen con las cintas clásicas de animación y ahora quieren ir a por Loki y sus representaciones. Hay que destacar que, aunque Loki es un personaje de Marvel, también es una célebre deidad nórdica presente en innumerables obras religiosas y folklóricas. Ha estado con el ser humano mucho antes de que irrumpiese la era cristiana en las distantes regiones del norte, pero parece que ahora quieren controlar sus derivaciones comerciales y dejarlo atado en el jardín de los intocables de la corporación de Walt Disney.
Como nos explican en Cinemanía, entre muchos otros casos de éxito, han conseguido retirar de la web de artesanía Redbubble una camiseta con un grabado del dios tomado de un manuscrito islandés del siglo XVIII. En The Daily Dot explican que han sido los propietarios del portal los que han accedido a eliminarla de su catálogo como medida preventiva de cara a evitar conflictos legales con Disney, un hecho que los ha llevado a borrar otras camisetas y productos relacionados con la deidad, que han ido subiendo poco a poco de nuevo a las pocas horas una vez han sido revisadas para evitar relación con el villano encarnado por Tom Hiddleston. No es un caso aislado, ya que la ofensiva de la Casa del Ratón ha barrido con cientos de fanarts, obras y manualidades varias, muchas sin ánimo de lucro o incluso con intenciones comerciales muy modestas o benéficas.
El futuro pinta mal: un galimatías de propiedades
No es algo nuevo. En 2019, Disney ya comenzó con estos trámites legales para patentar y poseer el nombre de Loki, algo que consiguió a medias con la denominación comercial Marvel Loki. Esto le otorga plenos poderes jurídicos en muchos ámbitos, permitiéndole a la empresa atacar con sus abogados a cualquier usuarios que decida emplear la imagen del personaje para fines comerciales sin el permiso explícito de sus creadores. Ahora habría dado pie a la siguiente fase de su plan, atacando a todos los creadores de contenidos que hayan hecho algo relacionado con Loki, incluso cuando esté íntimamente ligado a la tradición o el folclore y no al villano del tebeo. El caso que nos atañe es más complejo de lo que parece, pues hablamos de una deidad de la religión nórdica, un elemento espiritual al que muchos creyentes aún le profesan respeto y admiración en algunas regiones del planeta. Podría decirse que es algo de dominio público.
En cualquier caso, hablamos de Disney. En 1998, la compañía consiguió una victoria enorme en los tribunales, cuando logró sacar adelante una reforma de la ley sobre marcas registradas en Estados Unidos para evitar que la imagen del ratón Mickey pasara a ser de dominio público. La ley, conocida como la "ley de protección de Mickey Mouse", cambió las reglas del juego, y desde entonces se ha convertido en el pretexto perfecto de la corporación para intentar sacar tajada de numerosos aspectos de la vida cotidiana para convertirlas en marcas comerciales. Por ejemplo, durante el estreno de Coco de Pixar, intentó patentar toda la imaginería relacionada con el Día de Muertos de México, intentando asegurarse el monopolio económico sobre las máscaras con forma de esqueleto o determinadas ofrendas florales. Cuando se estrenó El rey león, el live action de Jon Favreau que reimagina el film de animación de los años noventa, trató de registrar con fines comerciales la expresión hakuna matata, una frase popular del swahili que usan los más de 90 millones de hablantes de este idioma.
Se desconoce en qué acabará este caso, pero no tiene buena pinta. Stan Lee y Jack Kirby, dos de las más influyentes mentes creativas del Siglo XX, publicaron los cómics de Thor en 1962 gracias a que el dios del trueno y todos sus relativos mitológicos están libres de derechos como personajes de dominio público. Que la empresa que ahora posee este legado quiera cambiar las reglas del juego parece una treta digna del mismísimo Loki.