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Crítica sin spoilers: Vengadores: Infinity War

Analizamos, sin spoilers, la aventura definitiva del universo de Marvel.
Crítica sin spoilers: Vengadores: Infinity War
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Hay experiencias que marcan y te forjan por completo como persona. El primer amor, la primera vez que entras en un cine o el primer libro que lees por gusto y no por mera obligación escolar. Algo así podría aplicarse al hecho de comprar el primer cómic. Si bien a día de hoy es casi una misión imposible -a no ser que se entre en una de esas pocas librerías o tiendas especializadas supervivientes al avance de las grandes cadenas-, la sensación que produce tener entre manos un cómic de grapa es única. Casi telúrica. Mística, como diría el sabio Doctor Extraño. Inmiscuirse en las páginas de un número de una serie, seguirlo con religiosidad mes tras mes, y disfrutar al ver cómo se desarrolla y concluye, es un placer del que no hay que privarse a poco que se sea lector. Os recomendamos que hagáis la prueba; escoged un héroe -o un grupo de ellos- e intentad acompañarlos el mayor tiempo posible.

Es el evento definitivo de las adaptaciones del cómic a la gran pantalla

Algo así nos ha pasado a todos los espectadores que hemos seguido con ahínco los pasos que ha ido dando Marvel a lo largo de los años en su particular universo cinematográfico. 10 años después del estreno de Iron Man, piedra fundacional de la obra que llega hoy a los cines de todo el mundo bajo la forma de Vengadores: Infinity War, el imperio de Marvel y Disney no conoce parangón alguno en el mundo del cine. Infinity War es el destino final de un proyecto ambicioso, de un largo trayecto impensable e impracticable años atrás. Es un esfuerzo titánico que no está al alcance de todos en Hollywood, como bien pueden atestiguar desde las maltrechas trincheras de Warner Bros. y DC, los cuales han intentado repetir la jugada con sus propias licencias y han salido malparados. No hablamos de un simple blockbuster más: estamos ante el evento definitivo de las adaptaciones del cómic a la gran pantalla.

Cuando los mundos y los héroes chocan

Cuando en 2008 Marvel dio vida a Iron Man y prometió un cuidado y control exquisito en sus producciones cinematográficas, muchos no creían en el proyecto. Sí, se adaptarían y se contarían las aventuras de los principales héroes de la Casa de las Ideas, como Thor o Capitán América, y se buscaría dar cohesión a sus historias a través de una serie de etapas o fases, que desembocarían en las eventuales películas de Los Vengadores, el grupo de héroes más poderoso de la Tierra. Aquella idea, parida y supervisada por la figura de Kevin Feige -presidente y máximo responsable de Marvel Studios desde 2007-, funcionó. La gente aceptó esa propuesta, la compró y la enarboló con tanto ahínco, que la gran mayoría de sus producciones han sido verdaderos taquillazos, batiendo récord tras récord. Desde Iron Man 3 a Black Panther, el estreno de un film de cualquiera de estos personajes supone un auténtico titán monetario en los cines de todo el mundo.

Vengadores Infinity War

Vengadores: Infinity War es el crossover más grande hasta la fecha por parte de Marvel, y no hablamos de una simple colección de héroes que desfilan por la pantalla por el mero hecho de hinchar cartel. Lo habríamos entendido, pues no es fácil ni plato de buen gusto para un director lidiar con una veintena de héroes y villanos. Los hermanos Russo, artífices de dos de las mejores películas de acción de los últimos años -Soldado de Invierno y Civil War-, han conseguido dar con la fórmula perfecta para conseguir que todos y cada uno de estos personajes encuentren su propio lugar en la narrativa, y que ésta no se resienta bajo ningún concepto. Ninguno de los variados y heterogéneos perfiles implicados en las atribuladas y masivas secuencias del film está desdibujado, fuera de contexto o de lugar, y acaban encajándose como pequeñas piezas de un puzle mucho mayor.

La obra de los Russo es básicamente una enorme bomba de relojería. Está condensada, pensada hasta el más mínimo detalle, y ensamblada con una precisión milimétrica. No deja ni un segundo de descanso al espectador, pero al mismo tiempo sabe dosificarse de manera inteligente, intentando reservar fuerzas y espacio para todos y cada uno de los implicados en las distintas tramas que orbitan alrededor de las amenazas y ambiciones genocidas de Thanos, el gran conquistador de mundos y villano absoluto de la película. ¿Puede llegar a cansar o hastiar en algún momento de su metraje? Quizás. Pero si bien esta película es una obra independiente, hay que pensar que se trata del broche de oro a un periplo mucho mayor. Del clímax comiquero que celebra diez años de tortas, combates y amenazas de diversa índole.

Si las películas de Marvel son afluentes y caudalosos ríos, Vengadores: Infinity War es el océano en el que todas esas corrientes desembocan

Vengadores Infinity War

¿Cómo consigues implicar y dar coherencia a personajes y caracteres tan distintos entre ellos? Como si fueran dos orfebres de reputada trayectoria, ambos directores consiguen entrelazar tramas distantes, tanto en la Tierra como en el espacio más distante, que se funden y separan según requieren los propios designios de la estructura interna del film y la película. No hay nada que esté al azar o se encuentre fuera de sitio. Si todas las cintas de Marvel previas son afluentes o pequeños ríos que se han ido mezclando hasta conseguir un caudal de agua considerable, Vengadores: Infinity War es el océano en el que todas esas corrientes desembocan.

Amor por la adaptación: personajes de papel, carne y hueso

Uno de los principales factores para tener éxito en el mundo de las adaptaciones del cómic, y no es nada fácil, es saber qué se está adaptando. Puede parecer una cuestión obvia, pero nada más lejos de la realidad. Conocer la obra original, interpretarla y llevarla a una audiencia masiva no es algo tan sencillo como muchos creen. El proceso de escritura y planificación de cada guion de las sucesivas películas de Marvel no ha sido un hecho individual o aislado. Cada una de ellas ha nacido, se ha filmado y se ha presentado como una pequeña gran parte de un todo. Justo al igual que en los cómics. Cuando un espectador va a ver una película de Marvel, sepa antes mucho o poco, haya leído más o menos cómics, acaba recibiendo un retrato fiel, veraz y bastante completo. Puedes entrar en una sala de cine sin saber demasiado quién es Star-Lord, pero sales completamente enamorado de él.

Vengadores Infinity War

Esto se debe a un exquisito y férreo control en la supervisión de Marvel por el material original. Si controlas los guiones y las decisiones artísticas que se toman en las adaptaciones de tus licencias y propiedades intelectuales, triunfas. O al menos, consigues meterte en el bolsillo a los millones de fanáticos que adoran tus cómics y se afanan en las puertas de las distintas ferias y convenciones disfrazados de mutantes y derivados. No hay más.

Vengadores: Infinity War es un film para todos los públicos, pero deliciosamente cincelado para los fans

Vengadores: Infinity War se presenta ante nosotros como un producto de consumo para todos los públicos, pero deliciosamente cincelado para los fans. Es un contenedor de guiños, homenajes y referencias, tanto a los tebeos de la editorial como a las propias películas anteriores o incluso a los memes surgidos a raíz de ellas. Tras años de convivencia metafórica, tanto el espectador más avezado y veterano como el espectador más neófito conoce de una forma u otra a los protagonistas de estas historias, y como tal, Infinity War da por sentado que así es. No hay tiempo para demasiadas presentaciones: si estás aquí es porque sabes y conoces quienes son, sus motivaciones, sus trasfondos y los hechos previos.

Vengadores Infinity War

Los hermanos Russo picotean de aquí y allá, confeccionando una historia final sobre las Gemas del Infinito que va mucho más lejos de lo que podríamos considerar una simple adaptación de un cómic en concreto. Sí, hay mimbres de la La Saga de Thanos de los setenta, y mucho de la estructura de La búsqueda de Thanos o de la conocidísima El Guantalete del Infinito, pero se ha querido ofrecer una visión en particular que sea capaz de encajar con la propia estructura y presentación del universo cinematográfico. Si bien podemos encontrar homenajes a la Orden Oscura o a la figura escrita y parida por el propio Jim Starlin, Infinity War encuentra su propia visión e identidad.

Vengadores Infinity War

Es un verdadero lujo observar cómo luce en pantalla un film de esta índole, con un reparto tan extenso y tan lleno de caras conocidas. La fusión de algunos actores y actrices con sus homólogos de viñetas es ya un hecho comprobado, y pese a que en esta película es complicado desarrollar más o aportar más capas a unas figuras ya expandidas y ensambladas a lo largo de casi una veintena de producciones previas, todos tienen su hueco y consiguen expandir sus propias trayectorias. Actores como Chris Pratt, Chris Evans, Chadwick Boseman, Robert Downey Jr, Benedict Cumberbatch, Mark Ruffalo o Tom Holland, son las caras indivisibles de sus respectivos personajes de cómic. Sin entrar en detalles de ningún tipo, cabe destacar el papel y la capital importancia de actrices como Zoe Saldana, Karen Gillan o Elizabeth Olsen.

Vengadores Infinity War

La química existente entre el reparto debido a sus rencillas, amores y conatos previos, encaja como un guante y funciona como contrapunto a la amenaza del Titán interpretado por Josh Brolin. El actor consigue insuflar de vida a un villano que podría haber sido un malo de opereta más, aportándole carisma, cierto trasfondo y un par de líneas de diálogo memorables. No estamos ante un caso Ultron. Thanos impone, tiene un plan y unas motivaciones, y eso se agradece. Sin embargo, un pequeño reproche: es una pena que se haya tenido que explicar todo esto ahora, casi a la prisa, por no haberlo hecho en forma de pequeñas migajas y secuencias en las decenas de cintas previas. Siguiendo con los nombres propios, nos ha parecido un acierto volver a disfrutar de Alan Silvestri, repite conduciendo la partitura -que vuelve una vez más por los derroteros épicos de las primeras producciones y melodías de Marvel, una senda que jamás se tuvo que abandonar-.

El principio del fin

Vengadores Infinity War

Infinity War supone una ambrosía filmica casi perfecta para los aficionados a los cómics. Es como el comienzo del gran evento en grapa que todo el mundo espera. Es el principio del fin; la conclusión a un ambicioso e inabarcable universo cinematográfico que generó muchas reticencias en su día ante la hipotética imposibilidad de trasladar las ideas y personajes de Stan Lee, Jack Kirby, Joe Simon, Steve Englehart o Larry Lieber. Marvel y Disney han cuajado una sinfonía casi perfecta, llena de colores, tonalidades y matices, orquestada con tanta pasión y mimo, que es imposible resistirse. Vengadores: Infinity War es un auténtico Museo del Prado de la viñeta a celebrar y disfrutar con la misma pasión con la que devorábamos las páginas de aquel cómic que nos marcó en su día.

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