Jack Ryan nos sorprendió hace unas semanas con un espectacular avance para su tercera temporada en el que se nos proponía un cambio de paradigma dentro de la historia del agente de la CIA surgido de la imaginación de Tom Clancy. Interpretado por John Krasinski, Ryan dejaba de ser un modélico peón al servicio de la ley y el gobierno para vivir perseguido por aquellos a los que juró proteger, operando en las sombras. Desde el estreno de la segunda temporada, Prime Video, hogar de la saga, ha estrenado la excelente Reacher, un éxito del género thriller que arrasó en audiencias y supuso un soplo de aire fresco. Jack Ryan de Tom Clancy llega ahora con nuevos episodios un tanto descafeinados que no han logrando convencernos del todo y que evidencia una falta de arrojo preocupante. ¿Qué ha pasado? Os lo contamos en Vandal en una crítica sin spoilers antes de su estreno el miércoles 21 de diciembre.
La temporada 3 de Jack Ryan se queda en tierra de nadie y pincha en su regreso a Prime Video
La tercera temporada iba a ser el gran preludio para la cuarta y última tanda de episodios de la serie de Amazon, con un Ryan crepuscular y operando al margen de la ley. El irreprochable agente de la CIA, de métodos un poco ortodoxos pero con gran sentido del deber como bandera, siempre hizo oídos sordos a aquellos que le advirtieron que la agencia para la que trabajaba tenía un historial de hechos turbios e historias muy oscuras en sus operaciones y actos, abogando por el bien mayor. En la tercera temporada, Ryan iba a encontrarse traicionado por la organización a la que juró proteger y servir, y eso desde un punto de vista dramático, habría funcionado genial. Pero la serie de Prime Video no ha sabido sacarle el partido necesario.
Jack Ryan, como serie de acción y suspense intenta sacarle partido a un protagonista perseguido y a la fuga, que se ve inmiscuido en una peligrosa carrera contra el tiempo. No obstante, y tras los sucesos de temporadas anteriores, Jack se ha visto implicado en una complicada y enrevesada conspiración por error e, incapaz de demostrar su inocencia, se convierte en un fugitivo a la deriva, aceptando encargos y trabajando por su cuenta. Buscado tanto por la CIA como por una organización internacional de delincuentes que él mismo ha descubierto, Jack se ve obligado a pasar a la clandestinidad, atravesando Europa y tratando de mantenerse con vida, mientras evita un conflicto mundial masivo que podría acabar con la civilización de la noche a la mañana. Pese a que estos ingredientes podrían encajar en una propuesta de género, como ya han demostrado grandes series recientes como La lista final con Chris Pratt, nada cuaja y las tramas acaban careciendo de la suficiente tensión como para mantenerse interesantes para el espectador.
En un thriller de esta categoría, si se falla en la trama o en las amenazas que aquejan al protagonista, todo se empieza a desmoronar. Y Jack Ryan, en su tercera temporada, no sabe manejar sus credenciales iniciales, cayendo todo en una serie de lugares comunes que no suponen una amenaza real creíble, presentándonos una serie de giros de guion previsibles y telegrafiados de manera torpe.
Sí, es una producción que bebe de los convencionalismos del género y de la propia literatura y contexto del universo de tecno suspense bélico de Tom Clancy, pero hay un punto en el que la torsión conceptual es tal que es imposible que nos podamos tomar en serio la fuga de Ryan y sus correrías por Europa. Quizás ese es el principal problema de esta tanda de episodios. Al igual que su protagonista en esta atribulada temporada, la serie no sabe hacia qué dirección correr.
A veces, y como nos demostró Reacher, menos es más. Jack Ryan no necesita ser Ethan Hunt y su alocado Tom Cruise haciendo acrobacias imposibles. No necesita ni siquiera ser Jason Bourne. Debe ser Jack Ryan, el de la primera temporada y parte de la segunda, aquel personaje que ha sido llevado varias veces al cine y que había encontrado en Krasinski un valor seguro. Pese a las persecuciones, las misiones al límite en mitad de la noche o los bien rodados tiroteos, Jack Ryan nos parece una serie que ha tomado el piloto automático y que no sabe qué o quién quiere ser en un panorama atiborrado de producciones de acción y suspense demasiado similares. El show de Amazon se desvive por parecer interesante al espectador, aunque eso acabe jugando en su contra.
Jack Ryan, pese a contar con el sobrado Krasinski, Wendel Pierce, Michael Kelly o Nina Hoss -que acaba de aparecer en TÁR y dejando constancia de sus bondades como actriz-, no logra tampoco elevar el listón en eso de las actuaciones, con unos personajes que parecen estar demasiado limitados por las vicisitudes de una trama que, como os hemos dicho, dice poco. La tercera temporada del show de Prime Video, uno de sus éxitos más notables en el catálogo, parece tan perdida como su personaje protagonista. Es cierto que puede llegar a entretener y guarda algún que otro momento brillante, pero deseábamos habernos encontrado con mucho más tras una larga espera.
Hemos visto la tercera temporada de Jack Ryan al completo gracias al acceso anticipado ofrecido por Marco Agency y Amazon. La serie se estrenará el miércoles 21 de diciembre.