Los 15 mejores finales de los videojuegos

Repasamos algunos de los finales más memorables y sorprendentes de la historia de los videojuegos.
Los 15 mejores finales de los videojuegos
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Se suele decir que lo realmente importante en esta vida es disfrutar del viaje que todos hacemos, pero cuando te cuentan una historia, sea en el formato que sea, un buen final que esté a la altura de las expectativas que genere su desarrollo puede cambiar de forma considerable la impresión que una película, serie, libro, cómic o videojuego nos acabe dejando para la posterioridad.

Por ello, hoy en Vandal queremos rendir homenaje a aquellos finales de videojuegos que por un motivo u otro han acabado dejando su huella en la industria y en muchos jugadores. Nuestro objetivo aquí no es explicarlos (alguno de ellos necesitarían su propio reportaje para eso), sino recordarlos junto a vosotros, destacar aquellos motivos por los que nos gustaron tanto y hacer una selección más o menos variada y sin ningún orden concreto. Evidentemente, este es un artículo repleto de spoilers, así que os recomendamos cierta precaución al leerlo en el caso de que veáis juegos que tenéis pendientes y que no queréis destriparos.

Metal Gear Solid 3: Snake Eater

Empezamos nuestra lista por el que es, para muchos, el mejor juego que ha hecho nunca Hideo Kojima. Una obra maestra de principio a fin con una de las rectas finales más memorables que nos ha dejado nunca el medio. La batalla contra The Boss y toda la conversación que tenemos con ella, el duelo en el avión con Ocelot y la manera en la que la secuencia final se ocupa de hilarlo absolutamente todo con una dirección impecable acaban por dejarnos una conclusión que no solo explica muchísimas cosas de la saga y cierra brillantemente la trama del propio título sin dejar lagunas, sino que también nos hace partícipes de la forja de una de las mayores leyendas de los videojuegos y de los personajes más icónicos de la industria: Big Boss.

Terranigma

Super Nintendo fue una consola con un catálogo envidiable y repleto de auténticos juegazos que todavía a día de hoy seguimos rejugando de vez en cuando. Entre todos ellos hay un ARPG de Enix que siempre ha tenido un hueco muy especial en nuestro corazón por su original historia y desarrollo: Terranigma. Los motivos por los que nos gusta tanto son demasiados como para ser listados en un solo párrafo, pero todos los que lo hayáis jugado seguro que hay algo que no habéis olvidado: su conclusión. Antes de llegar a él se nos hacen una serie de inesperadas, sorprendentes y crueles revelaciones que ya nos permiten intuir que la aventura no va a acabar precisamente bien, llevándonos así hasta un final precioso y con muchísimo significado emocional para el jugador. No solo descubrimos la verdad sobre Ark, el protagonista, sino que también nos toca acompañarle en sus últimos momentos de vida y felicidad junto a sus seres queridos antes de desaparecer como parte de las consecuencias de haber derrotado a Dark Gaia y haber salvado el mundo. Un cúmulo de golpes directos al corazón con impactantes giros e infinidad de bellas metáforas sobre la vida y la muerte que nos dejó marcados para siempre.

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Red Dead Redemption

John Marston es un personaje que adoramos. Resulta inevitable jugar a Red Dead Redemption y no acabar encariñándose con él en su épico viaje de redención por el Salvaje Oeste, uno que supo terminar por todo lo alto y con el que seguro muchos os levantasteis de vuestro asiento y os pusisteis a aplaudir al televisor. Tras haber cumplido su parte del trato con las autoridades y haber dado caza a los miembros de su antigua banda, el exbandolero por fin se disponía a disfrutar de una vida tranquila y honrada cuidando de una granja junto a su familia, aunque todo acabó resultando ser un efímero sueño de libertad. Lamentablemente, el policía con el que había pactado acabó por traicionarle y tenderle una emboscada, desembocando en una increíble secuencia final en la que en solitario, salimos a enfrentarnos a un enorme grupo de pistoleros, llevándonos por delante a muchos de ellos antes de acabar abatidos a tiros. Lo mejor de todo es que la cosa no acaba aquí y en vez de dejarnos con la rabia contenida por la impotencia de no haber podido hacer nada más para salvarle, el juego nos da el control de Jack, su hijo, para que desafiemos varios años después al traidor y vengar la muerte de Marston en un icónico duelo final. Un epílogo que, al igual que el resto del juego, es puro western de los buenos.

Shadow of the Colossus

Shadow of the Colossus es una de las mayores obras maestras que se han hecho jamás. Da igual cuando leas esto, ya que se trata de una maravilla única en su especie completamente ajena al paso del tiempo que nos sigue emocionando a día de hoy como la primera vez (y no van pocas rejugadas precisamente). Su premisa es sencilla: un dios nos dice que si queremos resucitar a nuestra amada debemos acabar con los 16 colosos que pueblan sus tierras. Desde el primer momento sabemos que hay algo raro y que lo que estamos haciendo está mal. A fin de cuentas, estamos atacando a unas criaturas inocentes por motivos puramente egoístas, algo que el juego se ocupa de recordarnos de muchas maneras, como la manera en la que estos seres agonizan y se retuercen de dolor cuando clavamos nuestra espada en sus puntos débiles, dejándonos claro que nos estamos manchando las manos de sangre y convirtiéndonos en unos asesinos desalmados. Todo esto acaba desembocando en un increíble final en el que descubrimos que esa divinidad que nos estaba ayudando es en realidad una entidad malvada que había sido aprisionada en el pasado, siendo los propios colosos el sello de su cautiverio. Por si no fuese suficiente, nuestro héroe acaba convirtiéndose en su receptáculo, aunque al final nuestra amada revive y el mal es contenido, renaciendo como un bebé con cuernos, una inesperada conclusión con muchísimo significado para cualquier jugador que haya jugado a ICO.

The Last of Us

No se puede hablar de mejores finales de videojuegos sin mencionar a The Last of Us, uno de los mejores de todos los que hemos seleccionado. A fin de cuentas, hablamos de un juego que nos hace condenar a la humanidad con nuestras propias manos. El mundo puede salvarse, sí, pero Ellie debe morir para que los médicos puedan crear la cura contra el cordyceps, algo que tras todo un año de viaje juntos Joel no va a permitir, derivando en una durísima secuencia en la que nuestro protagonista arrasa con todo para salvarla, algo que debemos hacer nosotros mismos como jugadores. Por si no fuese suficiente, en el epílogo descubrimos que Joel miente a Ellie para protegerla, a pesar de que a ella parece no terminar de cuadrarle la explicación de por qué sigue viva y no hay cura. Y todo ello concluyendo en un fantástico diálogo final que concluye de forma tan abrupta y cruda como lo es el resto del juego. Es, sin duda alguna, un final que invita a la reflexión y al que seguimos dándole muchas vueltas a día de hoy: ¿Es Joel el héroe o el villano de la historia? ¿Vale la vida de toda la humanidad más que la de una sola niña o la de alguien a quien queremos? ¿Qué habríamos hecho nosotros si nos hubiésemos visto en esa situación? Una conclusión simplemente magistral, valiente, arriesgada y que se sale de los cánones habituales para sorprendernos y tocarnos.

Bioshock Infinite

Otro final que nos dejó con la boca completamente abierta lo tuvimos en BioShock Infinite, un juego que a nivel narrativo es de lo mejor que ha dado nunca la industria y que sabe terminar por todo lo alto con un auténtico festín para los amantes de la ciencia ficción en el que descubrimos la auténtica verdad que esconden nuestros protagonistas, llevándonos a romper una historia cíclica que no ha parado de repetirse en infinidad de realidades alternativas, algo que acaba saldándose con la muerte de Booker en el origen de todo, antes de que se pudiese convertir en Comstock, el villano de la función, y fundar Columbia. Explicar todo esto con detalle nos llevaría un artículo entero, pero si hay algo que nos gustó de este epílogo no fue solo lo sorprendente y original que era en su planteamiento y en la manera en la que estaba escrito, sino que también se atrevía a definir lo que es la saga BioShock como conjunto, hilando su historia con la del primer juego y concluyendo con unos contenidos descargables que terminaron de dar sentido a toda la serie. Siempre hay un faro, siempre hay una ciudad, siempre hay un hombre.

Spec Ops: The Line

Dicen que las apariencias engañan y esto es justo lo que ocurrió con Spec Ops: The Line. En un primer vistazo, parece un simple juego de acción en tercera persona más que no destaca precisamente por su jugabilidad, pero una vez nos sumergimos en él y avanzamos en su historia descubrimos uno de los guiones más sorprendentes, inesperados, mejor montados e impactantes que nos ha regalado el medio. Sí, hay varios finales posibles (todos geniales), pero es en esa revelación llegando a su conclusión cuando terminas de darte cuenta de que estás controlando a un soldado que ha perdido por completo la cordura por los traumas que le ha dejado la guerra, lo que le ha llevado a imaginar cosas, cometer actos atroces e incluso a asesinar a muchos de sus compatriotas sin ni siquiera ser consciente de ello. Esto acaba derivando en cuatro epílogos distintos genialmente escritos que nos acaban implicando por completo como jugadores y que, independientemente del que veamos, saben poner la guinda final a una de las mejores y más crudas historias que nos han dejado los videojuegos.

Final Fantasy X

Si os somos sinceros, tenemos que confesar que nos ha costado un poco decidirnos por el final de un único Final Fantasy, ya que se trata de una saga que sabe concluir sus historias de una manera fantástica y casi siempre memorable. Sin embargo, nos hemos acabado decantando por su décima entrega numerada, uno de los más bellos, tristes y mejor llevados que hemos visto nunca en un videojuego y que lo tiene prácticamente todo: desde la emotiva despedida de Tidus antes de dejar de existir hasta el conmovedor discurso de Yuna y su enigmática escena postcréditos. Un "finalazo" prácticamente perfecto que no necesitaba secuela de ningún tipo y cuya segunda parte acabó por banalizar, aunque en nuestro corazoncito siempre nos quedarán las poderosas sensaciones que nos transmitió la primera vez que lo vimos.

Monkey Island 2: LeChuck's Revenge

Sabemos que la inclusión de este final va a generar polémica, pero es sin duda uno que queríamos tener en nuestra lista por lo icónico y desconcertante que es, dejándonos con una conclusión que podríamos considerar como una de las mayores "troleadas" de la historia de la industria. Tanto es así que estamos convencidos de que a día de hoy ninguna desarrolladora se atrevería a hacer algo parecido. No en vano, hablamos de un juego en el que tras vivir infinidad de aventuras y derrotar por fin al malvado LeChuck descubrimos que en realidad el villano lleva una máscara y debajo de ella se oculta... Chuckie, el hermano de Guybrush, quien asegura que nos perseguía porque nuestros padres querían que nos buscara. Por si esto no fuese lo suficientemente raro, al salir de la sala en la que tiene lugar la batalla final descubrimos que estamos en un parque de atracciones de toda la vida y que Guybrush y LeChuck son dos niños que estaban disfrutando de sus actividades antes de que su familia los encontrase. Finalmente, se van todos juntos a continuar su visita, pero no sin que veamos un último plano en el que podemos apreciar como a Chuckie le brillan los ojos y entorna una sonrisa malvada hacia la cámara. ¿Qué significa todo esto? No tenemos ni idea, pero lo que nos reímos con él y la cara de estupefacción que se nos quedó al verlo es algo que no vamos a olvidar jamás. Una pena que nunca vayamos a saber cómo habría continuado esta locura tras la marcha de Ron Gilbert de la saga y que The Curse of Monkey Island fuera por otros derroteros, dejándonos para siempre con un final que es todo un misterio.

Castlevania: Lords of Shadow

Puede que el reinicio de Castlevania que llevó a cabo MercurySteam con Lords of Shadow no fuese plato del gusto de todos, algo comprensible si tenemos en cuenta que de Castlevania le quedó el nombre, algunas referencias y poco más, aunque en Vandal siempre hemos defendido que se trata de una aventura de acción muy apañada y disfrutable. Pero si hay algo que nos encantó de Castlevania: Lords of Shadow y cómo construye toda su narrativa en torno a la caída en las tinieblas de Gabriel Belmont, un guerrero sagrado que llega a enfrentarse al mismísimo Satán para recuperar a su amada y devolver la paz al mundo. Sin embargo, sus esperanzas acaban por desvanecerse justo al final, cuando comprende que no existe ningún poder que pueda traerla de vuelta al mundo de los mortales. Sintiéndose traicionado y abandonado por Dios y el mundo en general, el título avanza muchísimos años en el futuro tras los créditos hasta llegar a nuestros días actuales, momento en el que nos revelan que Gabriel sigue vivo. Y lo más sorprendente de todo: se ha convertido en el mismísimo Drácula que lleva siglos aterrorizando a la humanidad. Una fantástica historia de orígenes para uno de los personajes más icónicos de la cultura actual y todo un golpe de efecto con el que terminar por todo lo alto un buen juego. Lástima que no podamos decir lo mismo de las secuelas.

Halo Reach

Halo Reach es, para quien suscribe estas líneas, la mejor entrega de esta legendaria saga de Microsoft, una que consiguió ponernos los pelos de punta con todas y cada una de las misiones de su campaña mientras nos narraban la historia de la caída de Reach desde el punto de vista de los Spartan que formaban el Noble Team. Al ser precuela, ya sabíamos que la cosa no iba a acabar nada bien, pero aun así Bungie supo despedirse de su saga estrella de una manera impecable, épica y muy emotiva, plasmando a la perfección el drama de una guerra como esta en la que la victoria requiere duros sacrificios. Un final que nos hizo estremecernos y luchar hasta nuestras últimas fuerzas en una espectacular e inolvidable secuencia tras conseguir completar con éxito nuestra misión y convertirnos en leyenda, pues un auténtico Spartan nunca muere, solo desaparece en combate.

Silent Hill 2

Cuando hablamos de Silent Hill 2 lo hacemos de unos de los mejores survival horror de la historia. Una auténtica maravilla en todos los sentidos posibles e imaginables que ha dejado una profunda huella en el medio por infinidad de motivos. Uno de ellos es, por supuesto, su historia, increíblemente compleja y profunda. En ella viajamos hasta Silent Hill acompañando a James Sunderland, quien visita el terrorífico pueblo tras recibir una carta de su difunta esposa, una aventura que nos llevará a descubrir la verdad que la mente de James siempre se ha negado a aceptar: su mujer no murió por una enfermedad, murió porque él mismo la asesinó con sus propias manos usando una almohada, lo que también nos lleva a entender que los Pyramid Head son en realidad los verdugos que, en lo más profundo de su ser, siempre ha buscado para que le castiguen por sus pecados. Tras esta devastadora revelación, el título tiene varias conclusiones distintas, aunque creemos que este giro es el eje central de todos ellos y forma una parte inherente de los mismos, motivo más que suficiente para incluirlo en esta lista. Y si no os convence esta explicación, siempre podemos recurrir al final del perro para justificar que aparezca aquí.

Super Metroid

Puede que de todos los finales que hemos escogido, el de Super Metroid sea el más simple, pero también es uno de los más poderosos e impactantes, especialmente si tenemos en cuenta la época en la que se estrenó. Tras habernos tirado dos juegos enteros liquidando metroides hasta llevarlos prácticamente a la extinción, Samus emprende una nueva misión para detener otra vez a los malvados piratas espaciales, quienes están volviendo a hacer de las suyas. Sin embargo, esta vez Samus no es lo suficientemente poderosa como para hacer frente a una renacida Mother Brain, lo que desemboca en una última batalla en la que acabamos derrotados. Para nuestra sorpresa, justo cuando parece que vamos a morir, aparece la cría de metroid que salvamos al final de la segunda entrega para protegernos y dar su vida por nosotros, impregnándonos con su último aliento de su esencia y energía para fortalecer a nuestra cazarrecompensas y permitirnos rematar a la líder de los piratas espaciales. Como sabréis, estos hechos tienen un gran impacto y una lectura mucho más profunda, pues nos muestran a los metroides como algo completamente distinto. Hasta ese instante solo eran criaturas descerebradas que buscaban alimentarse de cualquier forma de vida y que debíamos eliminar por el bien de la galaxia, pero, irónicamente, fue uno de esos series quien al final nos acabó salvando la vida. Y todo ello por el amor que desprendía hacia quien consideraba su madre. Sion duda, uno de esos finales que demuestran que sin necesidad de palabras ni diálogos de ningún tipo, un videojuego puede transmitirnos muchísimas cosas, llegarnos al corazón y permanecer para siempre en nuestra memoria.

NieR

Cuando jugamos a un videojuego no somos meros espectadores pasivos: somos también los protagonistas, y cuando las cosas se hacen bien y un estudio sabe sacarle partido a las posibilidades únicas que ofrece el lenguaje de este medio es cuando se produce la magia. Yoko Taro es un auténtico experto en esto y una gran muestra de ello la tenemos en el último final de NieR, cuando descubrimos que para salvar a cierto personaje tenemos que sacrificarnos y desaparecer para siempre de la existencia. Sin embargo, para ver este desenlace el juego nos pide a nosotros, como jugadores, que sacrifiquemos algo también: nuestros archivos de guardado. Si tenemos en cuenta que para llegar a este punto hemos tenido que pasarnos el título un mínimo de dos veces y alcanzar de nuevo la última batalla por tercera vez, resulta fácil hacerse a la idea de la cantidad de tiempo, horas y esfuerzo que nos están pidiendo que sacrifiquemos. Evidentemente, en la historia NieR tiene que desaparecer, y si no hay partida guardada, nuestro personaje dejará de existir, poniéndonos así entre la espada y la pared para que tomemos una decisión que no solo afecta al guion, sino también a nosotros mismos. Una maravillosa locura que solo a un genio como Yoko Taro se le habría podido ocurrir y que forma ya parte viva de la historia del medio. Todo un ejemplo del poder y potencial que tienen los videojuegos para implicarnos y sumergirnos en sus universos.

God of War (2018)

Resulta curioso que una saga que empezó con un espartano muy cabreado que se dedicaba a despedazar todo lo que se le pusiera por delante nos haya dejado en su última entrega con una de las experiencias narrativas más deliciosas y satisfactorias de la generación. El viaje de Kratos por el mundo de la mitología nórdica ha supuesto un necesario y espectacular revulsivo para la serie que ha acabado por darle nueva vida y mucha frescura en todos los sentidos, dejándonos de paso con un sorprendente y maravilloso final que da sentido a toda la aventura, cuando descubrimos que Atreus, el hijo del antiguo dios griego, es en realidad Loki y que su destino es acabar con la vida de su padre, algo de lo que únicamente llega a ser consciente Kratos. Puede no parecerlo, pero el juego está plagado de infinidad de detalles que apuntan a esto, pequeñas pistas ocultas aquí y allá de las que no nos damos cuenta, pero que cobran sentido y toman forma una vez tenemos esta revelación. Tanto es así que si os atrevéis a jugarlo por segunda vez, veréis esta odisea con unos ojos muy distintos, encajando multitud de piezas que antes ni siquiera sabíamos que estaban ahí. Una auténtica pasada que además deja el terreno maravillosamente preparado para God of War: Ragnarok, una prometedora secuela de la que estamos deseando saber más.

Menciones de honor

Como podréis intuir, si quisiéramos listar todos aquellos finales que nos gustaron en este reportaje se nos extendería demasiado, así que vamos a hacer un pequeño y rápido resumen para nombrar aquellos que también queríamos incluir y que por un motivo u otro se nos han quedado fuera, como bien podría ser la dramática conclusión de la primera temporada de The Walking Dead - The Telltale Series. Otro que no se queda atrás es el de Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón, cerrando de forma magnífica una de las mejores sagas de Naughty Dog. Tampoco nos olvidamos de Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo con su sorprendente y bella revelación final, ni de Batman: Arkham City, donde nos dieron un durísimo golpe de impacto a los fans del personaje que no podíamos imaginarnos.

Los 15 mejores finales de los videojuegos

Otro juego que supo cerrar su saga por todo lo alto (o al menos su trilogía original) fue Phoenix Wright: Ace Attorney - Trials and Tribulations, cuyo último caso y el final del mismo supo poner punto y final de manera magistral a una historia que se había extendido a lo largo de tres juegos. Por otra parte, si pensamos en finales que nos rompieron el corazón, no podemos dejar de mencionar a El Profesor Layton y el futuro perdido, y probablemente muchos también tengáis recuerdos llenos de tristeza con el inesperado giro final que tuvo Klonoa: Door to Phantomile. Y ojo con la última revelación de Silent Hill: Shattered Memories, simplemente espectacular y todo un ejercicio narrativo de primer nivel.

Los finales de las dos entregas de Portal también son de los que se quedan en la memoria y si hablásemos de Final Fantasy tendríamos que mencionar varias, aunque nosotros nos quedamos especialmente con 6, 7, 9 y Crisis Core. Algo parecido nos pasa con The Legend of Zelda y los epílogos de Ocarina of Time, Twilight Princess, Wind Waker, Link's Awakening y Skyward Sword. ¿Y qué nos decís de la descomunal proeza que hizo 13 Sentinels: Aegis Rim al concluir de manera tan satisfactoria y sólida un juego con una de las narrativas más espectaculares y enrevesadas de toda la historia del medio?

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Continuando con juegos más o menos recientes sabemos que a muchos también os gustó la forma en la que concluyen Death Stranding y The Last of Us Parte II, y si siguiésemos enumerando títulos no íbamos a terminar nunca. Estamos convencidos de que nos estamos dejando en el tintero muchos en los que ahora mismo no somos capaces de caer, así que os invitamos a que nos dejéis en los comentarios cuáles han sido los finales que más huella os han dejado para que todos ellos tengan su merecida mención.

Carlos Leiva
Redactor
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