Tal día como hoy, hace dos años, PlayStation 5 se puso a la venta en Estados Unidos y Japón, en Europa tuvimos que esperar un poquito más, hasta el 19 de noviembre. Un convulso lanzamiento que se produjo en plena pandemia de la COVID-19 y en mitad de una crisis de componentes que impidió que hubiese suficientes consolas disponibles para todos los interesados en hacerse con una. Si bien esto último todavía no se ha terminado de solucionar, la máquina de nueva generación de Sony nos ha dado muchas alegrías en este tiempo gracias a un catálogo de calidad y a unas prestaciones muy competentes, aunque también algún que otro disgusto.
Por ello, hoy queremos conmemorar el par de años de vida de PlayStation 5 con un reportaje especial en el que repasaremos las luces y sombras de la consola desde que llegó a las tiendas, haciendo balance de sus puntos fuertes y débiles para comprobar su estado actual. Así que, sin más preámbulos, comenzamos.
El catálogo
Vamos a empezar hablando de lo que realmente importa en una videoconsola: su catálogo. Y si algo positivo podemos decir de PlayStation 5 es que no nos van a faltar grandes juegos de todo tipo con los que disfrutar entre los lanzados en PlayStation 4 (retrocompatibilidad mediante), los intergeneracionales y los completamente exclusivos de la nueva consola. Un catálogo repleto de joyas al que además hay que sumarle los títulos propios de los estudios de PlayStation como God of War: Ragnarok, Demon’s Souls Remake, Returnal, Gran Turismo 7, Ratchet & Clank: Una Dimensión Aparte, Spider-Man: Miles Morales, Horizon: Forbidden West o The Last of Us Parte I, por mencionar tan solo unos pocos ejemplos de la calidad y variedad que podemos encontrar solo con los juegos producidos por la compañía. Además, el ritmo de lanzamientos está siendo relativamente estable, algo que se complementa genial con la ingente cantidad de obras de terceros que llegan al mercado.
Eso sí, todo esto tiene un lado negativo: la ausencia casi total de juegos exclusivamente de nueva generación. Aunque títulos como Horizon: Forbidden West o God of War: Ragnarok nos ofrecen unas experiencias audiovisuales increíbles que pueden presumir de ser de lo mejor que ha dado la industria hasta la fecha a nivel técnico, solo Ratchet & Clank: Una Dimensión Aparte aprovecha la consola al máximo de sus capacidades para sacarle partido a sus características y crear una experiencia que tanto en lo jugable como en lo visual no sería posible en una plataforma de la pasada generación.
Otros títulos como Returnal también hacen uso de tecnologías como la velocidad de carga del nuevo disco duro para crear un desarrollo de juego mucho más fluido y orgánico de lo que habría sido si se hubiese diseñado para PS4, pero en líneas generales, son casos muy excepcionales. La realidad es que llevamos dos años en la nueva generación y todavía no ha terminado de arrancar, ya que las compañías prefieren hacer obras intergeneracionales, con todas las limitaciones que ello implica, en vez de centrarse por completo en la nueva plataforma. O lo que es lo mismo, si tienes una PS4 puedes jugar a casi todo lo que hay disponible en PS5 y pocos exclusivos de PS5 transmiten la sensación de serlo.
Ahora bien, esto no quiere decir que la compra de una PS5 carezca de sentido, ni mucho menos, ya que si apostamos por ella nos aseguraremos de jugar a los juegos en las mejores condiciones posibles, lo que implica resoluciones mucho mayores, tiempos de carga prácticamente inexistentes y, en la inmensa mayoría de casos, poder disfrutar de modos de rendimiento que funcionan a 60 fps, un estándar que por fin llega a consolas como la norma y no como la excepción. Además, recientemente se añadió compatibilidad oficial con resoluciones de 1440p y con la tecnología de VRR, por no hablar de la enorme mejora en la velocidad de descargas que hay respecto a PS4 y en que la mayoría de juegos ocupan considerablemente menos espacio en el disco duro.
A esto hay que sumarle otro tipo de ventajas, como la retroalimentación háptica y los gatillos adaptativos del DualSense o el audio 3D, características que, aunque todavía no han sido explotadas del todo y pocos estudios están aprovechando, cada vez hay más producciones que utilizan con muchísimo acierto y de formas sorprendentes, tal y como demuestran juegos de este mismo año como Gran Turismo 7 o God of War: Ragnarok, dos de los mejores ejemplos de cómo el nuevo mando y la tecnología de sonido pueden ayudar a hacer de la experiencia de juego algo mucho más inmersivo y satisfactorio.
Lo que sí que está quedando muy desaprovechado son las tarjetas de actividad, una función de la interfaz de la consola que nos permite ir directamente a ciertos modos de juegos, comprobar las cosas que tenemos disponibles para hacer durante la partida, el tiempo estimado que podemos tardar en completar una misión, ayudas integradas para conseguir trofeos... Lamentablemente, no es algo a lo que se le saque mucho partido y que suele caer en desuso por lo poco que aporta.
Cuestión de precio
Cambiando un poco de tema, una de las cosas que más están doliendo de esta nueva generación ha sido la llegada de precios cada vez más elevados. No solo estamos hablando de que los juegos de lanzamiento han pasado a costar 80 euros cuando en PS4 el precio recomendado era de 70 euros, sino que, 2 años después de su estreno, la consola ha subido de precio en vez de bajar, pasando de los 500 a los 550, algo inaudito en la industria.
Estamos viviendo una época de gran inflación en la que los costes de vida son cada vez mayores sin que ello venga acompañado de un incremento de los salarios, haciendo que el acceso a la nueva generación de PlayStation y sus títulos sea cada vez más costoso para el usuario. Además, algunas políticas de Sony como la necesidad de pagar un extra de 10 euros para poder actualizar todos los juegos de sus estudios que salgan a partir de ahora de su versión de PlayStation 4 a la de PlayStation 5, cuando la competencia lo permite sin coste alguno, no terminan de ayudar. Al menos, ahora el sistema para transferir partidas de PS4 a PS5 en los títulos actuales es infinitamente más cómodo que el que trajeron consigo las primeras producciones de la máquina.
Otro problema con los precios viene derivado de la escasez de unidades de la consola que llegan a las tiendas. No solo sigue siendo toda una odisea hacerse con una PlayStation 5 a día de hoy, sino que es prácticamente imposible hacerse con ella sin tener que pagar un sobreprecio en productos que muy probablemente no nos interesan.
Aprovechando que llegan pocas unidades y que se venden como pan caliente, las tiendas han pasado a comercializar la consola con una serie de abusivos packs que incluyen juegos, mandos, accesorios y tarjetas de PSN que no en pocos casos han llegado a alcanzar los 800 euros, obligándonos a hacer un desembolso mayúsculo cuando, quizás, lo único que nos interesa es la consola como tal.
Otra queja que también podríamos encajar aquí es la poca calidad de la que hacen gala los mandos, con unos gatillos que tienden a aflojarse y unos sticks propensos a sufrir drift, entre otros posibles defectos. En cuestión de dos años, quien firma estas líneas ya ha sufrido estos problemas con dos mandos distintos y si bien siempre podemos optar por hacer uso de la garantía (lo que puede conllevar en que nos quedemos unos días sin él y no podamos jugar a menos que decidamos comprar otro), viendo la velocidad a la que se rompen nos hace temer que lo más probable es que vayamos a tener que hacer un desembolso adicional en mandos antes de que acabe el ciclo de vida la consola si Sony no pone remedio a esta situación.
El nuevo PS Plus
Por último, queremos destacar la llegada de las dos nuevas modalidades de PlayStation Plus: Extra y Premium. Aunque también podemos disfrutar de ellas, en PS5 la suscripción Extra resulta especialmente apetitosa, ya que nos permite acceder a un enorme catálogo de juegos entre los que se incluyen multitud de versiones para PS5 de títulos muy importantes, como Assassin’s Creed Valhalla o Ghost of Tsushima, al mismo tiempo que nos da acceso a algunos exclusivos de la nueva consola como Demon’s Souls Remake o Returnal, por lo que el servicio gana enteros si disponemos de esta consola de nueva generación.
La parte negativa la tendríamos en la modalidad Premium. Sí, nos permite, por fin, disfrutar de clásicos de PS1, PS2, PS3 y PSP, pero el emulador de PS1 y PSP deja muchísimo que desear, los juegos de PS3 solo pueden jugarse en streaming y los de PS2 son las versiones lanzadas para PS4 de los mismos, lo que trae consigo algunos problemas de compatibilidad en ciertos títulos. Y todo ello por no hablar del desangelado catálogo disponible que hay de todas estas consolas a excepción de PS3, algo que PlayStation debería mejorar con urgencia.
Conclusiones
Estos dos años con PlayStation 5 han elevado, sin duda, la calidad de nuestra experiencia de juego. Hemos dicho adiós a los tiempos de carga, nos hemos acostumbrado a jugar prácticamente todo a 60 fps en consola, el DualSense y el audio 3D parece que, poco a poco, empiezan a despegar, y, por supuesto, hemos disfrutado mucho de un gran catálogo y de las mejores versiones de los exclusivos de Sony, los cuales siguen llegando a un ritmo más que decente.
Seguimos echando mucho de menos más juegos como Ratchet & Clank: Una Dimensión Aparte, juegos diseñados desde su misma base para sacar partido a las posibilidades de la consola y crear nuevas experiencias que no serían posible en plataformas anteriores, pero la industria sigue todavía resistiéndose a abandonar la pasada generación y el salto definitivo sigue sin llegar.
Es algo perfectamente comprensible desde un punto de vista empresarial: hay escasez de unidades de PS5 y PS4 tiene más de 117 millones de consolas instaladas en los hogares de todo el mundo. Y el elevado coste de los desarrollos, al final, obliga a minimizar riesgos para intentar llegar al mayor público posible y recuperar la inversión, lo que no quita que siga siendo algo decepcionante para el consumidor llevar dos años en una nueva generación de consolas y acabar jugando a juegos intergeneracionales.
La parte más oscura llega con los precios. Una consola cada vez más cara que se vende acompañada de packs abusivos, mandos de poca calidad que tienden a sufrir problemas, juegos que han subido su precio de lanzamiento y actualizaciones de pago para quienes quieran disfrutar de las versiones de PS5 de los juegos de PS4 que ya tienen. Y considerando que las nuevas gafas PS VR 2 van a costar más que la misma consola (unos 600 euros), no tiene pinta de que la cosa vaya a cambiar en un futuro próximo. Sí, PS5 nos ofrece una experiencia de juego excelente y una vez la pruebas ya no hay vuelta atrás, pero a cambio de un gran coste. Si ese coste os merece la pena o no, ya es algo que cada cual debe valorar por sí mismo. Lo que tenemos claro es que si decidís hacer el desembolso, podéis dar por hecho que diversión y buenos juegos no os van a faltar.
PS5 cumple dos años a la venta. ¿Cómo valoras la trayectoria de la actual consola de Sony?
— Vandal (@VandalOnline) November 12, 2022