Cómo la lucha contra la piratería definió la alabada retrocompatibilidad de Xbox

La lucha contra los piratas que hackearon por completo la consola original de Microsoft sentó las bases que hoy nos permiten jugar a nuestros juegos mejor que nunca.
Cómo la lucha contra la piratería definió la alabada retrocompatibilidad de Xbox
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La piratería y la emulación siempre han ido de la mano. A pesar de que mucha gente usa emuladores para disfrutar de copias legales de sus juegos, otros muchos los usan para jugar a copias piratas, y negarlo es absurdo. Pero la emulación es mucho más. Es una herramienta que nos permite preservar nuestras historia, poder acceder a mil y un juegos de manera legal en plataformas totalmente diferentes a las que se lanzaron, y si una compañía está impulsando esta conservación, esta accesibilidad, es Microsoft.

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Microsoft ha dejado el listón altísimo en lo que a retrocompatibilidad se refiere, y sigue elevándolo con mejoras como el reciente FPS Boost, que duplica la tasa de imágenes por segundo. Lo curioso es que la decisión que, a posteriori, sirvió de base para crear esta magnífica retrocompatibilidad tiene su origen en la lucha contra la piratería.

Los emuladores, antaño temidos por las desarrolladas, son ahora parte integral de muchos proyectos. ‘Capcom Arcade Stadium’ incluye abiertamente MAME en los créditos.
Los emuladores, antaño temidos por las desarrolladas, son ahora parte integral de muchos proyectos. ‘Capcom Arcade Stadium’ incluye abiertamente MAME en los créditos.

Xbox: una consola desnuda

La Xbox original era una consola potentísima que compartía cierta similitud con la arquitectura de los ordenadores; más que el resto de competidores, desde luego. Los hackers no tardaron en meterle mano y «desnudarla», despojándola de todas las protecciones que permitían hacer con ella cualquier cosa, desde ejecutar emuladores a convertirla en un centro multimedia.

Esto, en concreto, no es necesariamente malo, pero esto también abre las puertas a la piratería. La piratería, como decía aquel mítico mensaje de PlayStation, daña a los consumidores, así como a los desarrolladores, editoras y vendedores legítimos, y es totalmente lógico que Microsoft aprendiese la lección de cara a su nueva consola.

Cuando comenzó el desarrollo para crear la sucesora de Xbox, Microsoft se propuso crear una consola «impirateable», y una de las técnicas que empleó para conseguirlo fue el llamado «hipervisor». Nuestro objetivo hoy es simplemente contaros la historia sin entrar en demasiado detalle técnico para que cualquiera pueda entenderlo. Tenéis mil y un artículos disponibles en Internet para leer cómo funciona un hipervisor en profundidad, pero nosotros vamos a intentar daros una percepción general de este sistema.

La Xbox original era una máquina muy potente, y los ‘hackers’ no tardaron en desmantelar su seguridad y hacer de todo con ella.
La Xbox original era una máquina muy potente, y los ‘hackers’ no tardaron en desmantelar su seguridad y hacer de todo con ella.

Xbox 360: creando una armadura

La CPU de Xbox 360 está basada en la arquitectura conocida como PowerPC, que se presta a la virtualización. El mencionado hipervisor, también llamado «monitor de máquina virtual», es una capa de software para realizar una virtualización de hardware que permite utilizar, al mismo tiempo, diferentes sistemas operativos en una misma computadora. Seguro que habéis visto programas similares para poder ejecutar una versión antigua de Windows sin tener que desinstalar la que tenéis, o para ejecutar Linux u otros sistemas operativos virtualizados en Windows. Pues algo parecido.

El hipervisor puede hacer creer al sistema operativo que está funcionando en un determinado hardware; puede hacer creer que un programa (o un juego) se comunica directamente con el sistema operativo y el hardware sin que haya otro sistema operativo de por medio. En Xbox 360, el hipervisor era la «base» con acceso completo a la consola que lo controlaba todo, por decirlo de alguna manera. El sistema operativo de la consola funcionaba, por su parte, con acceso limitado controlado por el hipervisor, funcionando como una especie de «barrera» para que nadie pudiese tocar el sistema operativo sin permiso de Microsoft.

Un ejemplo de cómo pueden funcionar los hipervisores.
Un ejemplo de cómo pueden funcionar los hipervisores.

Así, el sistema operativo de Xbox 360 creía que se conectaba directamente al hardware de la consola, pero en realidad el hipervisor era el que lo hacía. Esto permitía, por ejemplo, ejecutar otro sistema operativo de manera paralela para emular la Xbox original sin que el de Xbox 360 se enterase. De igual modo, un sistema operativo podría manipularse desde el hipervisor de manera imperceptible para aquel.

Al final, Microsoft cometió un error un tanto inesperado: blindó tanto el software que se descuidó un poco el hardware. El lector de DVD era un lector normal y corriente, cuyo firmware estaba sin cifrar, dejándolo abierto a todo tipo de hackeos y, consecuentemente, piratería. Pero el hipervisor acabaría siendo una pieza fundamental en el futuro de Xbox.

Microsoft quería una consola ‘impirateable’, pero cometió el error de usar un lector de DVD con un firmware sin cifrar.
Microsoft quería una consola ‘impirateable’, pero cometió el error de usar un lector de DVD con un firmware sin cifrar.

Xbox One y Series X|S: un futuro todo en uno

El nombre de Xbox One venía a resumir la propuesta de la consola: todo en uno. Televisión, juegos, televisión, aplicaciones, televisión y también televisión. Pero Microsoft también se guardaba un as en la manga: todas las consolas en una. La nueva máquina partía de la base de su predecesora, y construía sus sistemas operativos sobre una versión muy modificada del hipervisor Hyper-V, con un sistema operativo base y dos particiones, una para los juegos y otra para las aplicaciones y el sistema operativo que vemos (basado primero en Windows 8 y luego en Windows 10). Es un tanto complicado, e incluso no sería correcto decir que usa una máquina virtual como tal, pero lo importante es que también usa una especie de hipervisor.

Gracias a este acercamiento, las consolas Xbox pueden tener sistemas operativos independientes que no se comuniquen directamente con el hardware, pudiendo engañarlos para sigan pensando que funcionan en la consola original. Y lo que es más importante, pueden engañar al sistema operativo para que introducir cambios y mejoras sin que se enteren. Esto es algo perceptible en el «Quick Resume». Si ponemos la consola en reposo, juegos como Mass Effect: Andromeda o Star Wars: Jedi Fallen Order se reinician, mientras que con el «Quick Resume» continúan desde donde lo dejamos. No saben que la consola ha estado reposo o incluso que se ha apagado.

La emulación de Xbox 360 es bastante más compleja, y hay cierto hardware integrado en las consolas posteriores –tanto en One como, imaginamos, en Series X|S– para facilitar su funcionamiento, además de un fantástico trabajo de emulación. Pero sean de una máquina u otra, los juegos ni se enteran de que están en otra consola, y Microsoft puede implementar aumentos de resolución, aumentar el filtro anisotrópico y mejorar la distancia de dibujado de las texturas o incluso duplicar la tasa de imágenes por segundo sin tener que tocar el código del juego. Todo ello, manteniendo los logros, partidas en la nube e incluso el multijugador a través de internet con las consolas originales.

¿Tendríamos la misma retrocompatibilidad hoy en día si Microsoft no hubiese apostado por crear esta «burbuja» para proteger el sistema operativo de su Xbox 360? El hipervisor es una medida de seguridad bastante común, también presente en PlayStation 3, y esto demuestra claramente que simplemente por usar un hipervisor no se puede hacer magia. Es obvio que Microsoft ya trabaja con la retrocompatibilidad y la, digamos, «antecompatibilidad» en mente, teniendo en cuenta todos estos factores para diseñar sus consolas con el catálogo pasado y futuro en mente. De un modo u otro, fuese un afortunado accidente o unos cuidadísimos planes de futuro, lo que comenzó como una medida antipiratería es algo que ha ayudado a que la compatibilidad de Xbox esté hoy donde está: a la cabeza de la industria en consolas.

Juan Rubio
Colaborador
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