35 años desde las primeras críticas
Desde sus mismos inicios, los videojuegos comerciales fueron el objetivo de voces airadas que clamaban lo inadecuado de sus contenidos. Según el libro "The Ultimate History of Video Games" en 1976, cuando Exidy Games lanzó el juego de conducción "Death Race" en el que el jugador debía golpear a unos esqueletos que escapaban del cementerio. Cuando lo lograban, aparecía una crucecita. Muchos locales se negaron a aceptar la máquina arcade y se levantó una agria polémica en algunas televisiones estadounidenses, aunque Exidy insistió en que se trataba de atropellar demonios y no personas.
Poco después, en 1981, Un adolescente de 15 años consiguió un récord mundial con "Defender", lo que le llevó a aparecer en la revista Time. El problema es que logró el récord en horario escolar. A raíz de este hecho, algunas poblaciones estadounidenses prohibieron a los menores jugar en horas lectivas o establecieron toques de queda para entrar en los recreativos, y en Filipinas se prohibieron los videojuegos y el gobierno de Ferdinand Marcos dio a los propietarios de recreativos dos semanas para destruir las máquinas.
Estas medidas se adoptaron hace décadas, pero no han desaparecido del todo con el paso del tiempo. Este mismo año 2011 el gobierno de Vietnam ha establecido un toque de queda para los juegos online desde las diez de la noche hasta las ocho de la mañana con la intención de evitar los efectos secundarios de un uso prolongado y sin descanso de este tipo de juegos entre los más jóvenes, aunque la prohibición también afecta a los adultos. Ya en junio del año pasado las autoridades vietnamitas decidieron el cierre los locales con acceso a internet que estaban a menos de 200 metros de centros escolares.
Volviendo a los orígenes de la controversia en torno a los videojuegos y la censura, en 1982 la empresa Mystique (perteneciente a Caballero Control Corporation, productora de cine porno) comercializó juegos de contenido sexual explícito para Atari 2600. Uno en particular, "Custer´s Revenge", en el que el jugador interpretaba al famoso general americano en su lucha para beneficiarse por la fuerza a una india, fue muy criticado por diversos grupos feministas y la comunidad india de Estados Unidos. Aunque la polémica sirvió para aumentar las ventas del juego, fue finalmente retirado del mercado.
En 1988 Jaleco decidió publicar en NES el juego de PC creado por Lucas Arts "Maniac Mansion", en el que un grupo de jóvenes que se adentra en una mansión en la que tienen secuestrada a la novia del protagonista. En la conversión a la consola de Nintendo se eliminaron algunos guiños eróticos al jugador (por ejemplo, desaparecieron las estatuas desnudas del escenario) y se cambiaron algunos diálogos.
Los juegos llegan al senado de EE.UU.
Con los 16 bits se recrudeció el afán censor contra los juegos de lucha, a raíz de la aparición de Mortal Kombat.
En 1993 el senador Joseph Lieberman llevó a los videojuegos al senado estadounidense, precisamente a raíz de la aparición de Mortal Kombat. Según el libro "The Ultimate History of Videogames", las principales distribuidoras se dieron cuenta de que afrontaban la situación sin tener un lobby que los representase. Las principales preocupaciones de los intervinientes se centraban en los personajes más realistas de los juegos como Mortal Kombat, Night Trap o Lethal Enforcer. El principal resultado fue la creación de la Interactive Digital Software Association (IDSA) como lobby de videojuegos, y la creación de un sistema de clasificación de videojuegos por edades, anunciado poco antes de que comenzasen las vistas.
A finales del siglo XX se reavivó la polémica sobre la violencia en los videojuegos a raíz de varias matanzas realizadas por adolescentes estadounidenses en un periodo relativamente corto de tiempo. La más famosa sucedió en el instituto Columbine, en 1999, cuando dos estudiantes mataron a 12 compañeros y un profesor, además de herir a otras 23 personas antes de morir. Varios de estos casos se asociaron al uso de videojuegos por parte de los asesinos. La revista NewsWeek llegó a afirmar que en el caso de Columbine los culpables estaban "obsesionados" con Doom y lo jugaban a diario. Lo cierto es que los autores de la masacre dejaron un vídeo en el que asociaban sus planes con este título: "Va a ser como el jodido Doom" llegaba a decir uno de ellos.
Estos eventos tuvieron el efecto de que volvió al senado estadounidense la cuestión de la violencia en los videojuegos. Doom y Postal centraron buena parte de la discusión, aunque también surgieron los títulos de algunas películas como Matrix o Baseball Diaries.
En los últimos años el nombre que se ha erigido como paladín contra los efectos nocivos de los videojuegos es el abogado Jack Thompson, famoso sobre todo por su cruzada contra Take Two y, en concreto, contra la serie Grand Theft Auto, algunos de cuyos títulos ha demandado. Thompson saltó a la lucha contra los videojuegos tras la matanza de Columbine y es uno de los principales detractores públicos del entretenimiento interactivo. Sus continuos ataques, no obstante, parecen haber amainado después de que Take Two decidiera que la mejor defensa es un buen ataque y demandase a Thompson para evitar nuevos ataques a sus productos.
Principales "pecados" de los videojuegos
Los detractores de los videojuegos, que piden que se modifiquen los contenidos o se prohíba la venta y difusión de algunos títulos, recurren a tres argumentos principales: la excesiva violencia que se presenta al jugador, un contenido sexual inadecuado para los niños o la exposición de ideas políticas inadmisibles para el país en cuestión.
Para sostener el primero de estos argumentos se suele recurrir a estudios científicos que buscan una vinculación entre videojuegos y violencia en el mundo real. Pero se trata casi siempre de estudios que combinan la violencia vista en televisión, cine y videojuegos, lo que amplía el objeto de estudio del entretenimiento interactivo a cualquier tipo de violencia visual. Esta "contaminación" impide saber los efectos reales de los videojuegos. Es lo sucedido con uno de los últimos estudios realizados últimamente, que llegó a la conclusión de que hay relación entre videojuegos y agresividad basándose en que la exposición repetida a actos violentos puede causar tolerancia hacia los mismos.
Otras líneas de investigación han establecido que los videojuegos violentos pueden servir para reducir el estrés postraumático entre los soldados que han participado en conflictos armados, e incluso que reducen el tiempo de toma de decisiones entre los jugadores porque los shooters les permiten interpretar más rápido la información que recibe el cerebro.
Dentro de las investigaciones centradas en videojuegos, un estudio llevado a cabo por el gobierno australiano encontró que no hay evidencias concluyentes de que exista relación entre los crímenes violentos y el uso de videojuegos.
Actualmente, además, hay otras ocasiones en que el mayor enemigo de los videojuegos es lo "políticamente correcto". Así, Resident Evil 5 fue acusado de racista ya que tienes que matar a personas negras (está ambientado en África) y Little Big Planet eliminó unos versos del Corán que aparecían en la versión inicial para evitar problemas con los musulmanes. El mismo motivo llevó a cambiar en The Legend of Zelda: Ocarina of Time unos cantos del Templo del Fuego con referencias musulmanas. Este título varió el emblema de la raza Gerudo, que contenía una media luna y una estrella (por su parecido a la bandera turca) y la sangre se volvió verde.
Una solución: El código PEGI
Ante las críticas del pasado que llevaron a tener que modificar algunos títulos o ver cómo se les impedía acceder a las estanterías en algunos países, la industria del videojuego decidió establecer unos códigos por edades similares a los de las películas. En Europa el más difundido es PEGI (Pan European Game Information), vigente en 16 países –entre ellos España-, que incluye el título en una categoría por edades y contiene advertencias sobre las características del videojuego (lenguaje soez, discriminación, drogas, miedo, contenido sexual, violencia, apuestas y compatibilidad para juego online). Hay sistemas similares en Japón (CERO), América (ESRB), USK (Alemania) y Australia y Nueva Zelanda (OFLC).
Con este tipo de clasificaciones se busca alejar a los menores de edad de contenidos violentos o sexuales que pudieran afectar a su correcto desarrollo intelectual, de forma que sólo las personas mayores de edad jueguen con títulos agresivos o con contenido sexual explícito. Aunque en España el código PEGI es bastante conocido (según encuestas de la patronal del videojuego), lo cierto es que quienes piden medidas contra los contenidos de los videojuegos siguen insistiendo en su efecto dañino sobre los menores. El mayor problema que presenta es que los menores suelen comprar videojuegos sin que los padres se fijen en el PEGI que tiene el título. Quizá la situación comience a cambiar ahora que los videojuegos empiezan a considerarse un entretenimiento adecuado para los adultos y no sólo para los niños.
Juegos en el punto de mira
Los juegos de lucha y los FPS son los géneros que se han situado desde casi sus primeros títulos en el ojo del huracán. Hay estudios que han establecido sus propias limitaciones y lo mismo han hecho las empresas de hardware. En concreto, Nintendo tenía establecidas unas normas para poder publicar juegos en NES, Game Boy y Super NES que excluían a los juegos que incluían desnudos explícitos, lenguaje denigrante para cualquier sexo, violencia excesiva (incluyendo muertes demasiado gráficas y deportes de contacto con violencia que sobrepasase la real), que reflejasen estereotipos sexuales, nacionalistas, religiosos, étnicos o sexuales, fueran demasiado obscenos, promocionasen el consumo de cualquier droga o incluyesen contenido subliminal político.
Estos son algunos de los títulos más conocidos por la censura o prohibiciones que han sufrido antes de llegar al mercado:
Another World (1991). Contenía desnudos y sangre, lo que no gustó a Nintendo of America. Se sustituyó el color rojo de la sangre por el verde, en lo que es una modificación relativamente habitual en los juegos. También se redujo el número de píxeles que marcaban el trasero de unos personajes femeninos.
Bionic Commando (1988). Se llamaba inicialmente Top Secret: Hitler Revival. Se trataba de evitar que Hitler reviviese. Se cambiaron las esvásticas por águilas y el nombre del enemigo, que ya no fueron nazis.
Bully (2006). El simple anuncio de un juego con este título (que quiere decir "abusón" y hace referencia al acoso escolar) levantó tal revuelo en Europa que Take Two tuvo que replantearse el nombre en el viejo continente y, sobre todo, la estrategia de marketing. En Bully podías llegar a cometer acciones violentas y burlarte de los compañeros más retraídos, aunque la violencia tenía su castigo, sobre todo si era a chicas o niños más pequeños. Suavizar la historia y, sobre todo, cambiar el nombre por Canis Canem Edit permitió al juego llegar a las consolas.
Call of Duty. En Modern Warfare 2 (2009) el conflicto saltó con una misión en la que puedes participar en un ataque terrorista a un aeropuerto ruso y matar civiles. En algunos países Infinity Ward eliminó este nivel y en otros lo modificó. Con el último título que ha salido, Black Ops (2010) donde hubo polémica fue en Cuba, ya que hay una misión en la que el jugador debe eliminar a Fidel Castro.
Call of Juarez: the Cartel (2011). Apenas se anunció el juego (que saldrá en agosto) cuando ya levantó una dura polémica. Las autoridades mexicanas piden que se prohíba en ese país por su "falta de valores" para los niños. El problema parece residir en que está ambientado en nuestros días en las ciudades de Los Ángeles y Juárez y el gobierno mexicano no quiere que los niños crean que la muerte y la sangre reflejadas en el juego son normales.
Carmageddon. Tal vez el caso que más polémica despertó y más caló en la sociedad. Se trataba de un juego de conducción urbana en el que obtenías tiempo atravesando los checkpoints, recogiendo bonus, golpeando a los competidores y atropellando peatones. En el Reino Unido fue prohibido por esta última razón, por lo que en ese país y otros como Alemania los humanos se reemplazaron con zombis, ya que no era polémico atropellar muertos vivientes, aunque luego un parche permitía recuperar el contenido original.
Duke Nukem 3D (1996). En la versión para Nintendo 64 se sustituyó el bar de strip-tease por un Duke Burguer y se eliminó una librería porno.
Final Fight (1989). En la versión de Super Nintendo se cambiaron dos enemigas provocativas (Roxy y Poison) por dos punkis. En la versión de Mega-CD sí salieron las dos chicas, pero vestidas de forma más decorosa.
Grand Theft Auto. Cada capítulo de la serie ha estado en la diana de los censores. Algunos de sus títulos han sido prohibidos en ciertas prefecturas de Japón, en Corea del Sur y Tailandia. En la versión alemana de San Andreas había menos armas y se borraron algunas misiones para obtener una clasificación para jugadores de 16 años. También fue polémico el mod Hot Coffee, de GTA San Andreas, que permitía tener relaciones sexuales. El último juego de la serie, Grand Theft Auto 4 no se editó y obtuvo una clasificación para 18 años.
Guerrilla Wars (1998). Se llamaba Guevara originariamente, y con este nombre apareció en Japón. Trataba sobre la revolución cubana, con el Ché Guevara y Fidel Castro cumpliendo la misión de expulsar a Batista. Finalmente le cambiaron el nombre en el resto del mundo.
Left 4 Dead 2 (2009). Fue prohibido en Australia, lo que llevó a Valve a preparar una versión aligerada en la que no se desmembraba zombis ni se les prendía fuego.
Mafia II (2010). La eurodiputada y presidente de la Asociación de Víctimas de la Mafia en Italia, Sonia Alfano, pidió que se prohibiera el juego por considerar que "trivializa" el sufrimiento de varias generaciones de italianos. La respuesta de la productora Take 2 fue que el juego cuenta la historia del crimen organizado en América, un tema que ha sido tratado en películas como la serie El Padrino, al igual que en series de televisión y novelas. Además, en la versión japonesa no se muestran los desnudos femeninos que aparecen en las portadas de números antiguos de la revista Playboy que se pueden recoger en el juego. Mafia II también fue prohibido en Emiratos Árabes, sin que se sepa muy bien la razón.
Manhunt 2 (2007). Otro de los casos más sonados. Fue prohibido en algunos países como Reino Unido, Italia o Irlanda por la violencia sádica que contenía. Tal vez tuvo que ver en ese rechazo a las muertes del juego el hecho de que saliera (además de en PS2 y PSP) en Wii, una consola con juegos mucho menos violentos. En la mayoría de esos territorios se levantó la prohibición cuando el estudio editó el contenido para suavizarlo.
Mortal Kombat. Al pasarlo de las recreativas a consolas de 16 bits se realizaron cambios, sobre todo en lo referente al realismo gráfico (concebido para competir con Street Fighter, sus creadores optaron por los gráficos digitalizados en lugar de la animación tradicional) y los fatalities (los movimientos especiales para rematar al rival con animaciones brutales). Nintendo pidió a Midway una versión más suave para Super Nintendo y el sudor sustituyó a la sangre. La versión íntegra para Mega Drive no fue tan "retocada". En un principio parecía que no existía sangre, pero se podía activar con un pequeño truco. La versión para la consola de Sega se vendió mucho más que la de Nintendo.
La batalla de la serie contra la censura se ha extendido en el tiempo. Este marzo la Australian Classification Review Board ha rechazado la apelación de Warner Bros para publicar en Australia Mortal Kombat. En su alegación, la editora sostenía que hay un público adulto, pero el juego fue clasificado para mayores de 15 años, lo que supone que su venta es ilegal en nuestras antípodas.
No More Heroes (2008). Excepto en EE.UU. se modificó el contenido de forma que la sangre se sustituyó por una sustancia negra similar al polvo, no había desmembramientos y se redujo la violencia.
Postal 2 (2003). Fue prohibido en Australia, Nueva Zelanda y Suecia por considerar excesiva la violencia que muestra, ya que se puede arrojar elementos punzantes a los niños para herirles mientras el protagonista muestra una risa histérica.
Resident Evil 0 (2002). Otro de los casos más conocidos. La presentación pasó de ser en color a blanco y negro y se eliminaron frases que los censores consideraban demasiado explícitas, al igual que alguna escena.
Snatcher. Obra de Hideo Kojima (Metal Gear), aventura conversacional con ambientación cyberpunk y elementos de cine negro y ciencia ficción que apareció en 1988 y salió en años posteriores en otras plataformas. Modificada en sus distintas versiones. Se censuraron desnudos, sangre, decapitaciones… elementos destinados al público adulto al que se dirigía el juego inicialmente.
Street fighter. En concreto se censuró Super Street fighter II The New Challengers para la 16 bits de Nintendo. En la versión para Megadrive había sangre, pero en la de Super Nintendo no. En Street Fighter II Special Champion Edition se cambió la escena de la presentación en la que un blanco golpeaba a un negro por otra en la que el receptor de la paliza era otro blanco.
Streets of Rage 3 (1994). Se suprimió la presentación en la que el protagonista Axel Stone daba un puñetazo a la pantalla. Se sustituyó a un enemigo homosexual, en otros dos personajes femeninos se cambió la ropa y se vistió a las prostitutas. También se modificó parte del argumento.
Super Castlevania IV (1991). Los principales cambios fueron cruces eliminadas de las tumbas, goteras de sangre en las que esta fue sustituida por agua, y estatuas clásicas desnudas que se vistieron. Algo similar sucedió en otro juego de la serie, Castlevania III.
Wolfenstein 3D. La versión para NES sustituía los perros de ataque por ratas y eliminaba la sangre de la pantalla. El juego fue prohibido en Alemania por incluir la esvástica, pero como la distribución inicial fue a través de internet (fue uno de los primeros juegos en tener distribución digital) pudo evitar dicha prohibición.
El último juego que se ha situado en el punto de mira ha sido Bulletstorm, el nuevo título de Epic y People Can Fly, atacado por Fox News. Según dijo la psicóloga y escritora Carol Lieberman en la conservadora cadena de televisión, "el incremento de violaciones se puede atribuir en gran parte a experimentar escenas sexuales en los videojuegos". Para Lieberman, el juego vincula "violencia y feísmo gráfico con actos sexuales explícitos".
En ocasiones no se trata tanto del tema del juego como de pequeños detalles; en Sunset Riders o Final Fantasy IV se alargó el traje de algunos personajes femeninos. La censura ha llegado en algunos casos a extremos como modificar el logo que aparecerá en la carátula de Dead Island en el que aparecía un zombi colgado de un árbol (debido a una restricción del ESRB), de forma que el zombi estará de pie bajo el árbol, o añadiendo varios dedos en la mano de zombi en Left 4 Dead 2 que aparecía en la portada.
Países con legislación especial
En Alemania el juego que recibe la calificación +18 no se puede comercializar. Han prohibido Doom, Doom 2, Command & Conquer, Manhunt, Dead Rising o Gears of War. Recientemente se ha censurado Bulletstorm, eliminando las físicas ragdoll, la sangre y salpicaduras o desmembraciones. Splatterhouse ni siquiera se pudo vender al no pasar el corte de la clasificación por edades. Es habitual que en la versión alemana se elimine la sangre, como en Call of Duty, o se tiña de verde. Lo mismo sucede con los símbolos nazis; el que se viera una esvástica fue motivo de retirada de Wolfenstein. Sigue un sistema independiente que no es PEGI, sino USK (Unterhaltungssoftware Selbstkontrolle, que significa Autocontrol en el Software de Entretenimiento).
Aquellos juegos con contenido violento que puede afectar al desarrollo de los jóvenes pasan a un índice de medios clasificados como no recomendables para niños y jóvenes del Departamento de Medios Perjudiciales a los jóvenes (BPjM), lo que supone que no tienen una clasificación por edades y pueden venderse sólo en tiendas especiales o en internet en grupos restringidos a adultos.
Según la USK, se pueden vetar aquellos juegos cuyo contenido está prohibido por el Código Criminal Aleman (StGB) como violencia excesiva, racismo, uso de símbolos anticonstitucionales, pornografía o belicismo. Estos sí pueden prohibirse, incluso para adultos.
En Australia se prohíbe el alquiler, venta o exhibición de juegos clasificados como RC (Refused Classification, lo que ocurre cuando se consideran para mayores de 18 años). La máxima calificación para un juego es MA15+. La falta de una clasificación de juegos para adultos supone de hecho la prohibición de algunos títulos. Aunque estaba previsto que 2010 acabase con este asunto resuelto con un cambio en la legislación, la autorización para clasificar juegos para mayores de 18 años se pospuso. La última noticia es que el cambio en la legislación está previsto para este verano, y se ampliará la clasificación a los juegos para mayores de 18 años.
Además de estos dos países, hay otros en los que los videojuegos se topan con problemas: Venezuela ha proclamado una ley contra los videojuegos que contengan cualquier tipo de violencia contra seres humanos, con independencia de la clasificación por edades, y en Suiza otra legislación permite prohibir la venta de videojuegos que requieran "la realización de violencia cruel contra humanos o criaturas de aspecto humanoide para ganar".
En China los casos de prohibición han obedecido más a motivos políticos (es el caso de Command & Conquer Generals por la visión que ofrece del ejército chino o Football Manager 2005 por reconocer el Tibet como país independiente).
En otros países la censura no se debe tanto a cuestiones políticas o violentas como a aspectos religiosos o sexuales. Así, Mass Effect se prohibió en Singapur por incluir la posibilidad de relaciones lésbicas.