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PS5 y Xbox Series X/S: Todo lo bueno y lo malo de su primer año

Repasamos todo lo positivo y negativo que nos han dejado Xbox Series X/S y PS5 en su primer año de vida.

Aunque parezca que fue ayer cuando muchos dimos el salto a la nueva generación de consolas, lo cierto es que ya ha pasado todo un año desde que Xbox Series X/S y PlayStation 5 llegaron al mercado, tiempo en el que hemos visto como nuestra experiencia de juego ha mejorado notablemente en algunas áreas, pero que también nos ha dejado varias decepciones. Por eso, hoy en Vandal hemos decidido hacer retrospectiva y analizar todo lo bueno y lo malo del primer año de vida de estas nuevas plataformas.

Lo bueno

Adiós a los tiempos de carga

Este es el típico detalle al que nos hemos acostumbrado tan rápido que quizá no llegamos a apreciar tanto como deberíamos, pero que teníamos que destacar sí o sí: la casi completa eliminación de los tiempos de carga.

Pasar de la generación anterior, cuyas cargas podían ser desesperantemente largas y oscilar entre los 50 segundos y los dos minutos en ciertos casos (o incluso más si se trataba de la primera carga que teníamos que hacer para acceder al juego), a unas plataformas en las que raro es el título que llega a los 5 segundos de espera es una auténtica pasada que nos está permitiendo aprovechar muchísimo mejor nuestro tiempo de ocio para que siempre estemos jugando y la diversión nunca se vea interrumpida ni siquiera cuando caemos derrotados.

Descargas e instalaciones más rápidas

Otra de las grandes mejoras que han traído consigo las nuevas consolas la tenemos en el enorme incremento que han recibido en la velocidad de descarga e instalación de los juegos. Se acabó eso de esperar horas a que se descarguen los numerosos GB de esos títulos (y sus parches) que acabamos de comprar o añadir a la cola con nuestra suscripción a Game Pass, aligerando un proceso que no solo nos ahorra tiempo para que podamos empezar a jugar antes, sino que también nos permite gestionar mejor nuestro espacio de almacenamiento, ya que desinstalar un juego no nos dolerá tanto al poderlo reinstalar en apenas 15 minutos cuando queramos volver a jugarlo.

Todos los juegos a 60 fps, por primera vez en la historia de las consolas

Si bien esto para los usuarios de PC es lo más normal del mundo desde tiempos inmemoriales, la llegada de PS5 y Xbox Series X/S ha traído consigo una importantísima mejora para los jugadores de consola: poder disfrutar sus juegos a 60 imágenes por segundo. Prácticamente todos los títulos que se lanzan con estos sistemas en mente ofrecen un Modo Rendimiento para permitirnos jugar a 60 fps, algo que como muchos sabréis, eleva el disfrute de los juegos exponencialmente (más fluidez, mayor capacidad de respuesta y reacción, etcétera) y que en pasadas generaciones era la excepción, no la norma. ¿Quieres jugar títulos tan punteros en lo técnico como Ratchet & Clank: Una Dimensión Aparte o Forza Horizon 5 a 60 fotogramas por segundo? Puedes hacerlo y es un auténtico gustazo. Es más, los hay que incluso nos permiten jugar a 120 fps como Halo Infinite.

Parches y actualizaciones gratuitas de juegos de PS4 y Xbox One a PS5 y Xbox Series X/S

A poco que hagáis memoria recordaréis cómo fueron los primeros años de PS4 y Xbox One: una marabunta de remasterizaciones de títulos de la anterior generación que ya teníamos y por los que nos intentaron cobrar nuevamente para disfrutar de sus "versiones mejoradas". Por suerte, ese enfoque ha cambiado casi por completo con PS5 y Xbox Series X/S y ahora hay multitud de títulos de PS4 y Xbox One que nos ofrecen una actualización gratuita para poder acceder sin ningún tipo de coste adicional a sus ediciones de nueva generación. Eso sí, hay un "pero" aquí, pero de eso ya hablaremos al llegar a "lo malo".

La estandarización de la retrocompatibilidad

También relacionado con la anterior tenemos que aplaudir que se esté estandarizando la retrocompatibilidad en las nuevas máquinas, algo que se había ido perdiendo hasta que Microsoft decidió recuperarla con Xbox One, lo que ha llevado a PlayStation a añadir retrocompatibilidad con PS4 en PS5. Aquí hay que aplaudir, sobre todo, lo que hace Xbox Series X/S, ofreciéndonos la posibilidad no solo de disfrutar de todo el catálogo de Xbox One, sino también de gran parte del de Xbox 360 y Xbox. Y no solo eso, sino con versiones mejoradas con mayor resolución, HDR automático e incluso mejor framerate, algo que en muchos casos podríamos describir como auténticas remasterizaciones gratuitas. Una pasada.

El Quick Resume de Xbox Series X/S

Una función exclusiva de Xbox Series X/S que también nos ha cambiado la vida a mejor la tenemos en el Quick Resume. Gracias a ella podemos dejar suspendidos varios juegos y alternar entre ellos para, posteriormente, retomarlos en el mismo instante en el que los dejamos, algo que nos ha venido genial cuando estábamos con varios juegos a la vez, probando novedades del Game Pass o cuando alguien nos invitaba a jugar online a algún otro título.

Silencio absoluto

Otra de las alegrías que nos han dado estas nuevas consolas es lo muchísimo que han reducido el ruido respecto a sus predecesoras, hasta el punto de ser prácticamente inaudibles a menos que tengan que hacer alguna lectura en los discos de juego que tengamos en formato físico. Un silencio que nos permite disfrutar plenamente del sonido de nuestros juegos sin ningún tipo de ruido de fondo, algo que siempre es de agradecer. Lo único negativo que podríamos decir aquí es que una de las tiradas de PS5 salió defectuosa y con problemas de ruido eléctrico o coil whine (lo que sí produce un ruido bastante molesto), pero que por suerte no es algo generalizado.

Lo malo

Las dificultades para hacerse con las nuevas consolas por culpa de la falta de stock

Aunque no sea algo que afecte a la experiencia con la nueva generación una vez la tienes en tu casa, no podíamos dejar de mencionar los quebraderos de cabeza que están sufriendo muchos jugadores para poder dar el salto a PS5 y Xbox Series X/S, ya que ninguna de ellas está siendo capaz de satisfacer la alta demanda que hay, obligando a los interesados en comprarlas a estar atentos a grupos de Telegram y a apuntarse a interminables listas de espera con el objetivo de tener una oportunidad de adquirirla. Lo peor es que esta escasez de unidades parece que va para largo y que la situación se va a extender a lo largo de todo 2022, lo que es una auténtica pena.

La ausencia de juegos exclusivos

Con un stock tan escaso, el número de nuevas consolas instaladas en los hogares de todo el mundo es todavía muy pequeño, motivo por el que resulta completamente normal que las compañías todavía no hayan apostado del todo por hacer juegos exclusivos para las consolas de nueva generación, pero no deja de ser muy decepcionante comprobar que en todo un año apenas hemos recibido títulos que justifiquen la compra de estas plataformas por no poderse jugar en PS4 o Xbox One. Obras como Ratchet & Clank: Una dimensión aparte, Demon's Souls, Astro's Playroom o Returnal son la excepción, lo que no quita que esperásemos muchos más lanzamientos exclusivos que realmente nos hicieran sentir que hemos dado el salto a la nueva generación.

Mandos de baja calidad

Otra de las decepciones que nos hemos llevado con las nuevas consolas la tenemos en la baja calidad de sus mandos. No son pocos los casos que han surgido a lo largo del último año de usuarios que han tenido que descambiar o comprar mandos nuevos porque los suyos han sufrido problemas de drift, por no hablar de la cantidad de gatillos R2 del DualSense que han dejado de funcionar como deberían, dos problemas que hemos padecido en nuestras propias carnes. ¿Obsolescencia programada o simplemente materiales de mala calidad? Sea de un modo u otro, esperemos que esto se vaya solucionando para que aguanten durante mucho más tiempo y sean capaces de soportar largas sesiones de uso.

El desaprovechamiento del DualSense y el sonido 3D en PS5

Siguiendo con los mandos, no podemos esconder la decepción que nos estamos llevando con lo mucho que se están desaprovechando las capacidades exclusivas del DualSense, como su retroalimentación háptica o sus gatillos adaptativos, pues los juegos que realmente les sacan partido y hacen algo memorable con ellas se pueden contar con los dedos de una mano. Es una pena que una tecnología que ya nos ha demostrado con algunos títulos que puede ser tan sorprendente y revolucionaria se esté quedando en una simple anécdota, algo que, por desgracia, también podemos aplicar a lo que está ocurriendo con el sonido 3D de la consola.

Aumento del precio de los juegos

Con la llegada de las nuevas consolas también ha llegado algo no tan agradable: el aumento de los precios en los juegos de nueva generación. Si bien esto no es algo aplicable a todos ellos, sí que hay compañías como Sony, EA, Activision o 2K Games que han subido el precio de lanzamiento de sus títulos estrella hasta los 80 euros, 10 más de lo que venía siendo habitual. Sin duda, una suma muy dolorosa para la mayoría de bolsillos que hace algo más inaccesibles estos productos en una época en la que la pandemia del COVID-19 ha hecho estragos en la economía mundial.

Actualizaciones de pago en juegos de PS4 que ya tenemos para adquirir sus versiones de PS5

Si en las cosas positivas de este primer año destacamos la cantidad de títulos de PS4 y Xbox One que nos ofrecen actualizaciones gratuitas a sus versiones de PS5 y Xbox Series X/S, ahora nos vemos en la obligación de señalar negativamente la política de PlayStation de cobrar un suplemento extra para actualizar juegos como Ghost of Tsushima a su equivalente de nueva generación. Aunque este parecía ser un caso excepcional, la compañía ha confirmado que Horizon: Forbidden West será el último de sus juegos que traiga consigo una mejora gratuita, una decisión con la que no terminamos de comulgar, especialmente cuando su competencia directa sigue ofreciendo todo tipo de facilidades para dar el salto de generación sin tener que pagar ningún extra por disfrutar de las mejores versiones de los juegos que ya tenemos.

La imposibilidad de jugar juegos de PS1, PS2 y PS3 en PS5

Finalmente, no podemos dejar de darle otro tirón de orejas a Sony por las dificultades que nos pone para acceder a su legendario legado. Ya pasó con PS4, pero nos resulta inexplicable que ahora que vuelven a apostar por la retrocompatibilidad con PS5 no tengamos ninguna forma de poder jugar en ella a títulos de PS1, PS2 o PS3, obligándonos a hacernos con una PS3, PSP o una PS Vita para disfrutar de muchos clasicazos. De hecho, una gran cantidad de ellos están disponibles para adquirir en formato digital a través de PlayStation Store, aunque no son compatibles con la nueva máquina de PlayStation, algo que esperamos que cambie en algún momento para facilitar la preservación del videojuego y darnos la oportunidad de revivir o descubrir por primera vez glorias pasadas.

Redactor