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Fallout: 25 años de posguerra nuclear

La guerra nunca cambia, pero la saga Fallout sí, permitiéndonos explorar distintas partes de un EE.UU. arrasado por bombas nucleares, en una fórmula que funciona un cuarto de siglo después.

La guerra… La guerra nunca cambia y aun en 2022, la sombra de una guerra nuclear sigue cerniéndose sobre el mundo. La guerra fría y el telón de acero parecen conceptos ya muy antiguos, casi vintage, sin embargo, parece que el espíritu de los dos bloques aún no ha desaparecido y viejas heridas hacen sangrar nuevas guerras, tal y como estamos viviendo ahora. Quizá, de forma casi inoportuna y para nada consciente, la saga Fallout, aquella que nos hizo sentirnos como en casa en una posguerra nuclear, cumple 25 años.

Sí, han pasado ya 25 años, un cuarto de siglo desde 1997, el año que vio nacer las historias del Yermo. Si te enganchaste a este universo posapocalíptico en estas fechas, enhorabuena, cumplís ya las bodas de plata. Ese el caso de la redactora que firma estas líneas, mi relación más larga hasta la fecha. Incluso de forma habitual sigo visitando Fallout 76, su título multijugador, que por cierto regalan este mes si eres suscriptor de Prime. Esta saga también cuenta con otros célebres fans involuntarios como nuestro actual presidente, Pedro Sánchez, que cuando se cumplieron 75 años de la bomba de Hiroshima compartió en su Twitter una imagen de Fallout 4.

Fallout tiene la suerte de ser una de esas sagas como Mass Effect, Silent Hill, The Witcher, Bioshock y algunos otros, que han creado su propio y vasto universo. Cuenta con una historia cronológica, distintos eventos que van marcando las diferentes entregas e incluso su propia fauna y flora. Cada título ha ido moldeando aún más este Yermo con sus propias normas, aunque con claras inspiraciones.

La más directa es la saga Wasteland, desarrollado por Interplay, cuyo primer título data de 1988, aunque en el cine Mad Max 2 sería la grandísima inspiración para la mayoría de ficción que consideramos posapocalíptica. Incluso en series como Estación Once, cuya trama transcurre en lo que queda de mundo tras una gran y virulenta pandemia de gripe, o The Walking Dead, siempre aparece algún personaje ataviado con una chaqueta de cuero customizada al más puro estilo ‘Mad’ Max Rockatansky. Primera lección de superviviente posapocalíptico, fusiona una chaqueta de motero con unas hombreras de fútbol americano, después, inicia una gran amistad con un compañero peludo (un perro a poder ser). La recortada y el rifle de plasma son opcionales.

Bethesda vs Interplay

La saga Fallout, en la vida real, también ha enfrentado a dos bloques en un litigio que ha durado años, pero que por fortuna no ha acabado con el lanzamiento de bombas nucleares.

Los problemas empezaron cuando Interplay -bajo la dirección de Feargus Urquhart (fundador de Obsidian Entertainment)-, padres de Wasteland y los primeros Fallout, sacaron Fallout Trilogy, un pack compuesto por Fallout, Fallout 2 y Fallout Tactics, sin haber compartido con Bethesda todo el material previamente (diseño, campañas publicitarias, etc.) para su revisión y aprobación. Además de firmar contratos de distribución con Steam o GameTap, incumpliendo otra de las cláusulas del contrato existente entre dicha compañía y Bethesda.

Según Bethesda, el problema es que esta reedición podía confundir a los usuarios, ya que esta es (y era en aquel entonces ya) dueña de los derechos de Fallout, que compró por seis millones de dólares en 2007. El interés de Interplay estaba en una cláusula que especificaba como cumpliendo ciertas condiciones, tendrían derecho a recuperar la marca para hacer un MMO de Fallout, siempre que no incluyera personajes o ambientaciones sacadas de la serie de juegos.

Glamour en tiempos de ruina

Fallout cuenta con varios aspectos que lo hacen especial y provocan curiosidad en aquellos que nunca han jugado. Un futuro posapocalíptico es sucio, si encima el terreno es árido tendrá polvo, habrá cosas oxidadas y rotas, ruinas; sin embargo, en este universo toda esta parte de miseria está barnizada por el glamour y la estética de los años cincuenta. Creando una ambientación embriagadora y muy característica.

En la actualidad hay una corriente de idealización de la vida rural, sencilla y apacible, además de una sensación muy fuerte de que tiempos pasados fueron mejores. Los 50 aunque más bien los años 80, si hacemos el símil con la sociedad actual, se nos antojan como épocas de bonanzas en el que apenas había desempleo, la competitividad estaba reservada para artistas de cine y políticos, tener una casa y una familia se daba por hecho e Internet no andaba dando la lata, marcando tiempos de vida y de trabajo tan acelerados que a veces son imposibles de seguir.

No es casualidad que las generaciones actuales, desde Gen x hasta Gen z, pasando por Millennial, se sientan atraídas por ficciones de este tipo e incluso encuentren cierto confort eligiendo estos mundos como destino. Para muchos jugadores, Fallout es más hopepunk que grimdark, aunque de forma natural no pertenezca a ninguno de esos géneros realmente. Una posguerra nuclear en la que el héroe es anónimo y se convierte en una oda a la resiliencia y la recuperación de un mundo no globalizado, aunque aún capitalista, como aventuraron autores como Philip K. Dick y JG Ballard en los 60.

Los anuncios del American Way of Life’, las Pin-ups, las consignas patrióticas y las chapas de Nuka-Cola como moneda, mantienen una falsa fachada capitalista arcaica que en realidad es una máscara de lo que verdaderamente se cuece en la realidad. A pesar de esta propaganda, tanto el jugador como los supervivientes que pueblan el Yermo son libres de elegir facción, ideología y modo de vida. Puedes ceder al caos y elegir una vida criminal, dedicarte al menudeo de forma nómada de ciudad en ciudad, pasar tus días tranquilo en una granja, vivir de cantar en un club como cualquier diva nocturna, tener un puesto de comida rápida junto a un robot en el centro de una ciudad o incluso ser un ermitaño; el mundo se antoja de más libre elección que la realidad actual.

Incluso les hay que deciden vivir ajenos a lo nuclear, a la miseria y la posguerra, se engalanan con sus mejores trajes prebombas, ajados pero limpios; preparan una tarta de manzana (eso sí, de postre un RadAway), un poco de carmín rojo, mucha laca y a fingir que no viven en un maldito apocalipsis nuclear. Todos los días salen artículos sobre la dificultad de acceder a la vivienda, a un trabajo fijo y con un salario digno, de mantener unos hijos (uno de los motivos por los que la natalidad está por los suelos), de, al fin y al cabo, mantenerse por cuenta propia.

La incertidumbre envuelve cualquier decisión vital actualmente, no hay opciones correctas o incorrectas y todas parecen llevar a un futuro negro e incierto. En tiempos convulsos con sociedades tocadas por la bancarrota, la ciencia ficción parece un refugio para la mente, algo que además de estar analizado por distintos autores, ha sido expuesto por personalidades del mundo del cine como Nicolas Cage.

El actor, en una entrevista en 2009 para EL PAÍS, un año después de que comenzara la gran crisis financiera, explicaba que la ciencia-ficción apela al público en tiempos de crisis. "Se hacen muy buenas cuando todo lo que vemos son tensiones entre países, calentamiento global, crisis económica. En medio de todo esto, el cine es la mejor vía de escape, la mejor fuente de sorpresas. Y la vida necesita sorpresas.", señalaba Cage.

Quizá por eso una posguerra nuclear en la que poder forjar una vida y un camino de cero, sin corsés burocráticos o morales y sin mercados dictando nuestro acceso a bienes básicos, se presenta más tranquilizadora que la vida actual, a pesar de sus múltiples peros, como la propia supervivencia frente a bestias radiadas y maleantes.

El brillo verde nuclear de la esperanza

Fallout presenta una línea temporal alternativa a partir de un punto conocido hasta los años 40. En esta distopía, EEUU, para combatir la creciente influencia del comunismo, divide el país en 13 mancomunidades, mientras surgen avances tecnológicos como los robots y las armas de energía nuclear y se descuida el desarrollo de las supercomputadoras con la que contamos en ‘nuestra’ línea temporal, además de la electrónica miniaturizada. Conviven transistores y energía nuclear de libre acceso.

La disminución de los recursos energéticos a mediados de la década de 2000 provoca el colapso de varios países y las naciones pelean por los recursos que quedan, lo que provoca una guerra de 11 años con China por las reservas de petróleo crudo en Alaska. Un territorio que EEUU recupera en 2077, año en el que las hostilidades entre los dos grandes bloques terminan por explosionar en el culmen de la Gran Guerra, un intercambio nuclear de dos horas que hizo arder el mundo y empujó a la humanidad de nuevo a una Edad Oscura.

La población superviviente queda marcada por la radiación y la falta de recursos. Dependiendo de la ciudad, los supervivientes mantienen su humanidad intacta o sin embargo son marcados para siempre por cicatrices nucleares, que pueden llevar a transformarles en necrófagos. La saga mantiene en varias de sus entregas un conflicto entre los humanos radiados, desfigurados pero que aún son capaces de hablar y vivir en sociedad, y el resto de seres humanos. Una alegoría a los nuevos retos ‘raciales’ a los que se enfrenta la nueva sociedad.

Nuevas sociedades como California, Nevada, Massachusetts y Virginia Occidental se abren camino como alternativa a vivir bajo la amenaza de bandidos, reyertas entre facciones o fauna hostil. Estas zonas son capaces de desarrollar infraestructuras, rutas comerciales y una jerarquía social que llega a parecerse a un pequeño y limitado estado de bienestar, en el que cada ciudadano contribuye a la sociedad, por lo que es recompensado con otros servicios que pueda necesitar. Mientras, bajo tierra, voluntarios y clase pudiente vivió al margen de todo esto, en su propia burbuja, creyéndose a salvo de la radiación y del Yermo.

Orden cronológico

Cada entrega de Fallout va dando saltos hacia adelante o hacia atrás en el tiempo, para ir contando diferentes historias dentro de este mundo radioactivo. Por lo que si quieres hacer una maratón o eres nuevo en este universo nuclear, que no nucelar, a continuación tendrás una lista de los juegos ordenados desde el más cerca de la Gran Guerra, es decir, el primero cronológicamente hablando, con detalles como las plataformas disponibles y el tiempo que te llevará finalizar la historia.

Fallout 76 (2018) ‘2102’

Esta lista comienza con la última entrega de Bethesda, la que es multijugador (que tienes gratis con Amazon Prime hasta el 1 de noviembre de 2022), disponible en Xbox, PlayStation y PC. Finalizar la historia principal puede llevarte unas 35 horas, aunque hay que tener en cuenta que ahora existe más contenido que cuando se lanzó, misiones de la Hermandad del Acero, Enclave y otras facciones, además de The Pitt, que sería una precuela de la ciudad de Pittsburgh que se vio en el DLC de Fallout 3.

Este juego cuenta con varias actualizaciones que además de añadir contenido, incluyen nuevas formas de juego como Nuclear Winter, que fue un Battle Royale. La próxima será en diciembre de este año con el nombre de Nuka-World on Tour, que incluirá los personajes de Botellín y Chapita.

Este título se desarrolla en 2102, 25 años después de la gran guerra nuclear que devastó el mundo. Efectivamente ese gran y catastrófico evento ocurrió en octubre de 2077, una alternativa aún más chunga al mundo controlado por grandes corporaciones de Cyberpunk 2077. En este mundo serás un superviviente (con una apariencia y unas habilidades personalizadas) recién salido del refugio nuclear 76. Afortunado o desafortunado, según se mire, ya que has sobrevivido a un infierno nuclear (eso es bueno), pero te tienes que partir la cara con todo tipo de bichos radiados, necrófagos, calcinados, wendigos, supermutantes y otras personas tan desesperadas como tú (eso es malo).

El objetivo, reconstruir Estados Unidos, pero sin un bebé nonato como apoyo emocional, aunque no tendrás que cargar paquetes, aunque sí un montón de cosas inservibles en el inventario, como en cualquier RPG. A pesar de las críticas sobre este título, como la poca cantidad de usuarios simultáneos en cada mundo o que al principio no había ni un solo NPC en el juego; en la actualidad es un título bastante más interesante, que gana mucho si se juega con amigos, ya que está plagado de eventos diseñados con ese humor tan de Fallout y muchas cosas que recuerdan a las entregas anteriores.

En Fallout 76 podrás andar, pegar tiros con el sistema V.A.T.S. (aunque algo diferente al de las entregas anteriores), ponerte una servoarmadura cada vez más 40k, beber agua (a poder ser no radiactiva), comer (mutarachas, tochomoscas, la fauna de siempre), ser amable (o no) con otros usuarios, explorar Appalachia, cantar Take Me Home, Country Roads como Carles Puigdemont o hacer una base reshulona cuyo aspecto puede ir de la casa de Lenny en Los Simpsons a un chalet cincuentero con su isla en la cocina y todo.

Fallout 1 (1997) ‘2161’

La segunda entrega cronológica sería el primer Fallout, el de Interplay, disponible en MS-DOS, Microsoft Windows, Mac OS, OS X. Su historia te llevará unas 16 horas y si te da algo de pereza la perspectiva isométrica, un grupo de fans autodenominados está recreando este juego pero en primera persona como en Doom, que incluso incluye la cara del superviviente en la zona inferior.

De hecho, la comunidad modder de Fallout es enorme y lleva creando mods y expansiones impresionantes desde hace años, expandiendo así los juegos casi hasta el infinito. Incluso la propia Bethesda creó The Creation Kit, pensado para esta misma comunidad. La propia compañía también organiza concursos, galardones como modder del mes e incluso ha reconocido tener en cuenta creaciones hechas por los usuarios de cara a desarrollar nuevos títulos.

La primera entrega de la saga, segunda cronológicamente hablando, transcurre 59 años después de Fallout 76. Si conoces algo de la saga, sabrás que casi cada refugio nuclear se abrió en una fecha distinta Eso los más afortunados, ya que muchos otros acabaron colapsados al convertirse en un señor de las moscas, mientras que otros terminaron radiados, inundados o cosas peores.

Los del 76 salieron hace 59 años y esta vez toca el turno a los del Búnker o Vault 13 y tú encarnas a uno de ellos. Tendrás que recorrer un infierno radioactivo en busca de un chip de agua que sirve para potabilizar y reciclar el agua del refugio, que está estropeado (lo más terrorífico es imaginar qué beben mientras recorres el yermo). En este título el protagonista ya porta un Pip-Boy en la muñeca, pero no será hasta entregas posteriores cuando se vea su interfaz y podremos hacer uso de la misma.

No hay muchas localizaciones en este título más que Shady Sands, pero sí bastante fauna y tipejos con los que tendrás que lidiar. Cabe destacar que este título ganó el premio Juego de rol del año de GameSpot en el mismo año en que se lanzó Final Fantasy VII, palabras mayores.

Fallout Tactics: Brotherhood Of Steel (2001) ‘2197-2198’

Fallout Tactics: Brotherhood Of Steel, tercero cronológicamente, es un juego de rol táctico, a lo XCOM, que transcurre entre 2197-2198. Salió en 2001, está disponible para PC y te llevará en torno a 25 horas. Han pasado ya 95 años del primer Fallout (el de Puigdemont) y el Yermo todavía está lejos de contar con las pintorescas facciones de otros títulos de la saga. La posguerra sigue siendo muy dura y la Hermandad del Acero se ha propuesto que América vuelva a ser grande. Esta comparativa no la digo yo, desde Fallout 4 es común ver hilos y debates en los que se tacha a esta facción de fascista.

En varios juegos en los que aparece, la Hermandad del Acero deja varias consignas que nos acercan un poco a su ideología como Better than red (mejor que los rojos). De hecho han pasado muchos años de la gran guerra y ellos siguen con la paranoia de la amenaza comunista (que en Fallout es más China que Rusa). También están militarizados y son nacionalistas, que sería lo que más comparte con el fascismo, aunque como muchas moralejas de Fallout, es el propio jugador el que decide qué opinión tiene de cada facción y a cuál es más afín. Aunque en este título empiezas siendo ‘polilla’ (como se conoce a los alumnos de quinto curso del colegio donde se prepara a futuros Guardias Civiles) de la Hermandad del Acero; al principio del camino que los llevará a convertirse en una superpotencia tecnológica y militar.

Fallout 2 (1998) ‘2241’

Fallout 2, lanzado en 1998 y disponible para Mac OS X, Microsoft Windows, te llevará unas 31 horas. Transcurre 139 años después de Fallout 76 y funciona como secuela narrativa de Fallout 1, ya que el protagonista es un descendiente del personaje principal de esa primera entrega de 1997, que lidera Arroyo, un pueblo de la superficie fundado por aquel superviviente del Búnker o Vault 13. La narrativa de este juego es importante para comprender y empaparse bien del universo Fallout, ya que aquí se empiezan a ver los primeros atisbos de desarrollo de este nuevo Estados Unidos.

En esta ocasión, el jugador obtiene el Kit de creación del Jardín del Edén con el que ayudará al pueblo de Arroyo a convertirse en una ciudad importante como parte de la República de Nueva California, que se terminará siendo una de las facciones más grandes y significativas de toda la serie. Esta entrega no reinventa nada y mantiene un ritmo, jugabilidad y estética similar al primero, aunque con mecánicas refinadas.

Fallout 3 (2008) ‘2277’

En 2008 Bethesda estrenó su primer Fallout, disponible en Microsoft Windows, PlayStation 3, Xbox 360 y que te llevará unas 23 horas, si no te entretienes en exceso con secundarias y paseando por Yermo Capital. Transcurre 200 años después de la gran bomba y es el primer título en 3D. En esta ocasión, la acción salta al lado opuesto del país, desde Nueva California hasta los restos de Washington DC, presentando una nueva y gran ubicación que explorar.

La posguerra empieza a dar algo de cuartelillo a los habitantes del Yermo y se empieza a sentir algo de nueva civilización en América. El título incluye mecánicas muy memorables que van desde el comienzo del juego, en el que siendo un bebé nacido dentro de un búnker nos empezaremos a familiarizar con el sistema de atributos S.P.E.C.I.A.L.. Allí también celebraremos un cumpleaños en el que tendremos un primer encontronazo con un matón, haremos un examen para calificar nuestras habilidades y viviremos congelados en los años 50 dentro del búnker 101 hasta la adultez.

Lo particular de este búnker es que nació como un experimento de supervivencia indefinida, sin fecha para salir al exterior y repoblar América, por lo que al estar en el exterior se experimenta una desubicación casi despersonalización cuando se interactúa con otros habitantes (NPC). Entre los monumentos que podrás visitar están la Casa Blanca, el Monumento a Jefferson, el Monumento a Lincoln, el Cementerio Nacional de Arlington y el Monumento a Washington. También pasarás por localizaciones memorables como Megatón o la Torre Tenpenny.

Lo interesante de este título es que algunos de sus DLC como Operation: Anchorage permiten extender la historia cronológicamente mucho más que cualquier otra entrega. Fallout 3 vino acompañado de algunas polémicas que le causó problemas en países como Australia, por el uso de la morfina; la India por las referencias culturales y religiosas; y Japón, porque básicamente en un momento del juego has de decidir si estallas una bomba nuclear que borrará del mapa una ciudad entera. En este juego también aparece por primera vez la figura del acompañante, hasta ocho para escoger, entre los que figuran Jericho de Megatón, varios supermutantes, el perro Albóndiga, una paladín, un robot Sr. Agallas e incluso un necrófago.

Fallout: New Vegas (2010) ‘2281’

Fallout: Nuevas Vegas es otro de los títulos al que más cariño guardan los fans. Desarrollado por Obsidian, creadores de The Outer Worlds, está disponible para Microsoft Windows, PlayStation 3, Xbox 360 desde 2010 y su historia te llevará unas 28 horas. Para todos aquellos que pensaron en lo genial que sería pasear por el strip de Las Vegas, al más puro estilo rockabilly apocalíptico, mientras paseaban por un Washington devastado, Fallout: New Vegas fue la respuesta a sus plegarias.

Un apunte respecto a las ediciones coleccionistas de la época, cuyo precio era menor en comparación a las actuales, incluían en Fallout 3 las famosas tarteras metálicas (con las que podías hacer explosivos, en la ficción, llenándolas de metralla) y un cabezón (uno de los personajes más característico de Fallout). Mientras que en la edición coleccionista de Fallout: New Vegas se incorporaban fichas de los casinos del juego, una baraja de póker temática y una recreación de la ficha de platino Lucky 38 del juego. Esta última representa el objeto que tiene que llevar el protagonista, un mensajero sin memoria al que dieron por muerto, a un personaje en concreto.

El título incluye juegos de azar como el Blackjack o la Ruleta, incluso cuenta con un pequeño impedimento para aquellos usuarios que recurran a aquello de grabar antes de apostar, por si las cartas vienen mal dadas, obligándoles a esperar un tiempo prudencial para poder volver a cargar partida. En New Vegas, la República de Nueva California es ahora un gobierno federal en pleno funcionamiento, con un territorio que abarca casi la totalidad de la costa oeste de los Estados Unidos hasta Nevada. Aunque es una zona en guerra en la que facciones como la Legión de César (ataviados con los ropajes romanos), se disputan parte del territorio.

Antes de pasar a otra de las entregas, Los Reyes de New Vegas se merecen una mención de honor. Esta facción banda/tribu, está compuesta por personajes ataviados con polos de rayas y tupé rockabilly en tributo a un misterioso Rey al que rinden culto, que no es ni más ni menos que Elvis Presley. De hecho, viven en un edificio que albergaba una escuela de imitadores de Elvis antes de la Gran Guerra. También se merecen un hueco algunos compañeros como Craig Boone, el francotirador con una mochila llena de traumas; el necrófago Raúl Tejada; una escriba de la Hermandad del Acero, un miembro de la secta de Los Seguidores del Apocalipsis, una supermutante enamorada de la moda juvenil o incluso un perro cibernético que comparte nombre con el perro policía alemán más famosos de la ficción, Rex.

Fallout 4 (2015) ‘2287’

Fallout 4 sería la última entrega, cronológicamente hablando, la más alejada del final de la Gran Guerra en 2077. Salió en 2015 para Microsoft Windows, PlayStation 4, Xbox One y te llevará unas 27 horas, si no te entretienes mucho. Este es otro de los títulos más memorables de la saga, con un comienzo que data justo del día en el que el mundo decide aniquilarse así mismo. El secreto para poder vivir el fin del mundo en 2077 y continuar la aventura en el año 2287 es la criogenización, una suerte de tecnología que al igual que le ocurre a Fry en la serie Futurama, permitirá al jugador conocer las maravillas, o más bien el descorazonador panorama, de un mundo devastado que se debate entre fingir que nada a ocurrido, dejar reinar el caos o aprovechar las cenizas para hacer germinar una nueva América.

Esta entrega tiene lugar 10 años después de Fallout 3 y solo unos años después de Fallout: New Vegas. El protagonista, en esta ocasión, explorará la región conocida como ‘La Commonwealth’, que son los restos de Boston y parte de la región más amplia de Nueva Inglaterra. Sigue la estela de las dos entregas anteriores, pero incluyendo nuevas mecánicas y limando el sistema de apuntado V.A.T.S., que le da un toque más rolero y táctico a esta saga a caballo entre el RPG y el shooter.

En esta entrega también se pulen algunos sistemas vistos en los títulos anterior y se incluye el sistema de construcción y mantenimiento de distintas localizaciones o bases, en las que habrá colonos consiguiendo recursos para el jugador. Se nota que Bethesda, al igual que hace con otros juegos como los The Elder Scrolls, le pone verdadero mimo a las conversaciones, contando en esta ocasión con más de 111.000 líneas de diálogo, una pesadilla para los traductores y localizadores, pero una gozada para los más aficionados al rol.

En cuanto al yermo, un poco más de lo mismo, tochomoscas, mutarachas, sanguinarios, ratatopos, saqueadores medio tiñosos, supermutantes algunos con pelucas y vestidos bastante pintones, y necrófagos, algunos capaces de dialogar y vestirse cada mañana y otros totalmente descerebrados que tratarán de echarte el guante. Las armas pueden personalizarse combinando incluso elementos de otras armas (algo que comparte con Fallout 76), al igual que la servoarmadura, con varios tipos como T-41, T-45 y X-41.

Para la creación de asentamientos, armas o mejoras, se podrán reciclar objetos encontrados por el mapa, lo que alimenta más ese espíritu Diógenes digital que posee a todo jugador de un RPG con inventario. Llegará un momento en el que dejarás de cargar con ceniceros rotos, banderas rajadas, pasteles podridos o trozos de un teléfono fijo, prometido. Este título, además, por primera vez consigue llevar el Pip-Boy al mundo real con su edición coleccionista.

Pip-Boy 3000 Mark IV no solo es un trozo de plástico escala 1:1 que podrás llevar en tu muñeca, también es funcional siempre y cuando coloques un teléfono móvil dentro, con una app especial instalada. Permitiendo así que, con un golpe de muñeca, puedas accionar el Pip-Boy del juego y desde tu muñeca manejes el inventario en tiempo real el inventario. Además de otros accesos como las distintas misiones y la radio de Diamond City (cuyo locutor no le llega a la suela de los zapatos a Three Dog de Radio Galaxia en Fallout 3).

América sigue reconstruyéndose, contando con servicios de primer mundo como prensa escrita, gracias a la NPC Piper Wright, que tiene de empleada a su hermana pequeña (en Fallout no hay servicios sociales); o alcaldías nada tradicionales como la de John Hancock, alcalde necrófago de Goodneighbor, que podrá convertirse en compañero e incluso en una opción romántica. Mientras, el protagonista tendrá que atravesar este nuevo territorio buscando a su hijo, arrebatado de las manos de su cónyuge, con el que compartía cápsula de criogenización.

La gama de compañeros de este título es la más grande hasta la fecha (si no contamos Fallout 76 en el que los compañeros pueden ser tus colegas de la vida real), añadiendo además más dimensión a esta característica, incluyendo intereses románticos que serán alimentados o apaciguados con comportamientos como abrir cajas fuertes, optar por el diálogo antes que la violencia o consumir drogas. Entre los más memorables están la periodista Piper, el detective sintético Nick Valentine, el alcalde necrófago Hancock, la drogadicta Cait, el paladín Danse, el perro albóndiga (suponemos que no se trata del mismo animal del tres, aunque ojalá sea un perro inmortal), un automatrón o el pesado de Preston Garvey, un miembro de los Minutemen que nada tiene que con los de Alan Moore. Mención especial al supermutante Strong que no para de hablar jamás, repitiéndote hasta la saciedad que está buscando leche de gentileza humana.

Al igual que la tercera entrega, cuenta con DLC que expanden la historia y añaden nuevas mecánicas al juego como Automatron, Wasteland Workshop, Far Harbor, Contraptions Workshop, Vault-Tec Workshop y Nuka-World; un parque de atracciones que se ha convertido en una ciudad sin ley. Un contraste enorme entre atracciones para niños con Botellín y Chapita como protagonistas, y saqueadores con sed de sangre que no tendrán ningún miramiento a la hora de volar la cabeza al prójimo.

Lo que sabemos sobre Fallout 5

Todd Howard, productor ejecutivo en Bethesda Game Studios y director creativo de Starfield, reiteró su intención de hacer un Fallout 5 y confirma que llegará tras The Elder Scrolls VI, sucesor de Skyrim, en una entrevista con IGN. "Sí, The Elder Scrolls VI está en preproducción, y ya sabes, vamos a estar haciendo Fallout 5 después de eso, así que nuestra planificación va a estar bastante completa de ahora en adelante por un tiempo". Howard deja entrever que también están trabajando en otros juegos: "También tenemos algunos otros proyectos a los que echamos un vistazo ocasionalmente".

Aún queda mucho Yermo que explorar, tampoco estaría mal visitar otros países y ver cómo les ha ido aquello de reestablecer el orden y la civilización. Menos mal que aún nos quedan más cabezones o vault boy que coleccionar, Nuka-Cola que beber y colonos que ayudar.