Tras triunfar en taquilla con más de 747 millones de dólares recaudados en todo el mundo, Wicked continúa generando beneficios millonarios... fuera de las salas. La adaptación del célebre musical de Broadway, dirigida por Jon M. Chu y protagonizada por Cynthia Erivo y Ariana Grande, ha sumado nada menos que 100 millones de dólares adicionales gracias a su lanzamiento en formato premium video on demand (PVOD).
Una cifra que ha reavivado, una vez más, el debate sobre el futuro de las ventanas de exclusividad en el cine tradicional. Durante la CinemaCon de Las Vegas, Peter Levinsohn, presidente de Distribución Global de NBCUniversal Entertainment, defendió que los excelentes resultados de Wicked en plataformas digitales no deben verse como una amenaza para la experiencia cinematográfica.
Wicked arrasa... también desde el sofá
Al contrario: “Cuanto antes recuperamos inversión, más películas podemos hacer”, argumentó, subrayando que reducir las ventanas de exclusividad puede acelerar los beneficios sin romper el modelo tradicional... siempre que se sepa calibrar bien.
El caso de Wicked representa una excepción afortunada: gran éxito en taquilla, excelente acogida crítica y una base de fans sólida. Pero no todas las producciones logran semejante equilibrio. Ejemplo de lo contrario fue Horizon: An American Saga, dirigida por Kevin Costner. Aunque tuvo un buen desempeño en VOD, su paso por los cines fue tan discreto que ni siquiera se publicaron cifras oficiales.

Cine, plataformas y un hechizo rentable
La clave, como coinciden los analistas, está en no aplicar una regla única para todas las películas. Lo que sí parece claro es que el comportamiento del público ha cambiado. La pandemia aceleró una tendencia que ya se venía gestando: la preferencia por consumir cine desde casa, en sus propios tiempos y condiciones.
Sin embargo, eventos cinematográficos como Wicked, Oppenheimer o Dune siguen demostrando que la experiencia de sala sigue viva, aunque conviva con otras formas de acceso.