Tras debutar en un Mundial en Qatar 2022, Arabia Saudí se prepara para dar un nuevo golpe en las megaconstrucciones de efecto en el fútbol global: acoger la Copa del Mundo de 2034. Y lo quiere hacer a lo grande. La última propuesta que ha salido a la luz rompe por completo con cualquier concepto tradicional de estadio: un campo de fútbol suspendido en lo alto de un rascacielos.
De ciencia ficción a realidad: el estadio de 46.000 espectadores suspendido en el cielo saudí
El proyecto, bautizado como NEOM Sky Stadium, apunta a situarse a 350 metros sobre el suelo y a albergar a 46.000 espectadores. Además, será un ejemplo de sostenibilidad, funcionando con energía solar y eólica, y su coste estimado rondaría los 1.000 millones de dólares, según Populous, el estudio que diseña la obra.
Si todo marcha según lo previsto, la construcción empezaría en 2026 y concluiría en 2032, justo a tiempo para recibir a las selecciones del Mundial 2034. Sin embargo, aún se encuentra en fase de estudio y no faltan las dudas sobre su viabilidad. Levantar un estadio así no solo supondría un desafío colosal para la ingeniería, sino que también dejaría patente, una vez más, la capacidad económica de Arabia Saudí.
Como era de esperar, la idea ha generado un aluvión de opiniones entre aficionados del fútbol. Muchos muestran entusiasmo, otros no tanto, y algunos incluso cuestionan cómo sería posible llenar un estadio de esas dimensiones en lo alto de un rascacielos. En la red social X, los comentarios van desde el humor hasta la incredulidad.
"No tiene ningún sentido. Cualquier instalación masiva de más de 50.000 personas necesita evacuar rápido en caso de emergencia. Y luego está cómo llegar allí arriba…", indicaba uno. Otros usuarios hacían énfasis en las emergencias. "Quiero ver el plan de evacuación antes de opinar", indicaba otro. "Como apliquen la ley de la botella y el balón se vaya fuera del estadio…", se lee entre otros mensajes más humorísticos.
El debate está abierto, y mientras algunos ven un proyecto futurista digno de ciencia ficción, otros lo consideran un reto demasiado ambicioso, incluso para un país acostumbrado a romper moldes. Arabia Saudí, eso sí, deja claro que no escatima esfuerzos para dejar su huella en la historia del fútbol mundial.
