No era un desfile cualquiera. Este miércoles, Pekín se convirtió en el escenario de un mensaje inequívoco: China no solo se muestra como una potencia global, sino como una fuerza imparable. Durante más de una hora y media, el Ejército Popular de Liberación exhibió un arsenal de última generación capaz de redefinir el equilibrio mundial. Lo hizo ante la mirada de líderes como Xi Jinping, Vladímir Putin y Kim Jong-un, un trío que refuerza la idea de un nuevo eje de poder frente a Estados Unidos y Europa.
Unas 10.000 tropas marcharon por el asfalto, acompañadas por cientos de sistemas de armamento pesado, entre los que destacaban misiles balísticos inéditos, armas láser y drones submarinos de dimensiones colosales. Xi, flanqueado por 26 líderes internacionales, entre ellos representantes de Cuba, Irán, Vietnam y Myanmar, pronunció un discurso cargado de firmeza: “China nunca se deja intimidar y siempre avanza con paso firme”. Hizo énfasis en “una nueva era” para su país y llamó a la población de 1.424 millones a mantener la unidad y avanzar con determinación en el camino del socialismo con características chinas.
China sacude el tablero militar global con armas inéditas y la alianza de Putin y Kim
La conmemoración coincidió con el 80º aniversario del fin de la invasión japonesa y de la Segunda Guerra Mundial. Para la narrativa oficial, Pekín salvó a la civilización tras un “enorme sacrificio”. Xi recordó que “la historia advierte que la humanidad crece y se derrumba junta”, mientras pasaba revista a sus soldados en la Plaza de Tiananmén.
El momento más simbólico llegó con la histórica foto de Xi, Putin y Kim juntos, sellando su cercanía con un apretón de manos. La exhibición de músculo militar se mezcló con un potente mensaje político: la unidad de estos tres líderes sancionados por Occidente se convierte en un desafío directo al orden mundial vigente.
El desfile dejó claro que el EPL ha alcanzado un nivel de sofisticación sin precedentes. Misiles intercontinentales DF-61 y DF-5C, el DF-26D “Guam Killer”, sistemas láser LY-1, drones submarinos gigantes y vehículos autónomos forman parte de un arsenal diseñado no solo para la defensa, sino para proyectar poder global. Con hipersónicos, inteligencia artificial y tecnología autónoma, Pekín demuestra que su objetivo es superar, en algunos campos, a Estados Unidos, consolidando su posición como protagonista indiscutible en la geopolítica del siglo XXI.
Además, la puesta en escena no se limitó al armamento. Formaciones aéreas de aviones de quinta generación surcaron el cielo, mientras miles de palomas se elevaban sobre Tiananmén y pancartas proclamaban que “la justicia, la paz y el pueblo prevalecerán”. Cada detalle, desde la precisión de las tropas hasta la coordinación tecnológica, refuerza la narrativa de China como una nación que combina disciplina histórica con innovación militar sin parangón, enviando un mensaje claro: Pekín ya no solo observa el tablero global, lo redefine.















