En el tablero geopolítico actual, donde el control de los mares se ha convertido en un elemento crítico de seguridad, la Unión Europea afila sus herramientas estratégicas bajo el Plan de Acción Europeo de Defensa (PEAD). La hoja de ruta comunitaria pivota sobre tres ejes: el Fondo Europeo de Defensa (FED), el impulso a la inversión en las cadenas de suministro militar y la consolidación de un mercado único para la industria armamentística, como ya hemos visto en los cielos.
En ese contexto, emerge una pieza que promete cambiar las reglas del juego: el ARROW, un Buque de Guerra Autónomo de Reconocimiento Rápido concebido para actuar como centinela de las aguas europeas.
Así es “la bestia marina” europea: un centinela incansable de 8 millones y 740 km de alcance
La historia del ARROW comienza poco después de la invasión rusa de Ucrania, cuando Bruselas decidió invertir casi ocho millones de euros en el desarrollo de un sistema marítimo no tripulado capaz de patrullar rutas clave ante la creciente amenaza de drones navales y otras unidades hostiles no tripuladas. Entre los socios del consorcio —dotado con 7,5 millones— figuran dos representantes españoles: D3 Applied Technologies y Maxwell Applied Tech, de Televés, junto a ocho pymes y dos centros de investigación repartidos por ocho Estados miembro o países asociados.
La coordinación del proyecto recae en la francesa SEAir Solutions, cuyo director ejecutivo, Richard Forest, no escatima ambición: "Podría convertirse en un punto de inflexión para las armadas europeas. Más velocidad, más alcance, mayor estabilidad y un sigilo sin precedentes", resume. Su arma secreta reside en una tecnología que hasta hace poco parecía reservada a prototipos futuristas: hidroalas retráctiles que permiten que la nave se eleve y prácticamente flote sobre el agua, reduciendo drásticamente el ruido y la resistencia.
Con este diseño, herencia del predecesor Transflytor, el ARROW podrá alcanzar velocidades de hasta 45 nudos, cubrir 400 millas náuticas sin repostar y recortar el consumo de combustible en un 50%. El objetivo no es menor: entregar en 2028 el USV más avanzado de su categoría, un cazador silencioso capaz de realizar misiones de inteligencia y reconocimiento en un entorno donde el sigilo puede marcar la diferencia entre el éxito y el desastre.
En palabras de Forest, el ARROW no es solo un barco; es un mensaje claro: Europa está dispuesta a vigilar sus fronteras marítimas con tecnología que redefine la guerra en alta mar.















