La noche del domingo dejó en los cielos del sureste peninsular y Baleares una imagen espectacular y desconcertante: una gran bola de fuego surcando la atmósfera, seguida de una brillante estela que se desintegraba lentamente. Desde Málaga, Almería, Murcia, Alicante, Castellón e incluso las islas Baleares, decenas de testigos grabaron el fenómeno y lo compartieron en redes sociales, donde las primeras hipótesis apuntaban a un “meteorito”. Sin embargo, astrónomos y observadores coinciden ahora en que se trató de la reentrada de un objeto artificial: basura espacial procedente de un satélite aún no identificado.
El viernes sí hubo una bola de fuego procedente de Las Perseidas
La confusión se explica por la cercanía temporal con otro evento astronómico que sí tuvo origen natural. El viernes, la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (SWEMN) registró una brillante bola de fuego asociada a las Perseidas, causada por un fragmento del cometa 109P/Swift-Tuttle. Aquel meteoroide, que cruzó Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia, entró a 217.000 km/h y se volvió incandescente a 116 km de altitud sobre Jarafuel (Valencia), desintegrándose en una gran explosión a 86 km sobre Los Arejos (Murcia). Su luminosidad fue tal que se observó desde más de 600 kilómetros de distancia.
Pero las diferencias con el fenómeno del domingo son notables. En este último caso, no hubo detecciones en las redes de observación de meteoros como las que registraron el evento del viernes. Tampoco las características visuales coincidían: la estela del domingo era más prolongada, fragmentada y de brillo sostenido, algo típico en reentradas de restos orbitales, que viajan más despacio que un meteoro natural y se desintegran de forma progresiva.
Cuentas especializadas como Proyecto Mastral y observadores independientes alertaron de que lo visto era “la reentrada de un objeto espacial (satélite o basura aún sin identificar) visible desde Murcia, Granada y Torrevieja”. En estos casos, los restos proceden normalmente de etapas de cohetes, satélites en desuso o fragmentos generados por colisiones en órbita. Al penetrar en la atmósfera, el rozamiento a velocidades de entre 20.000 y 28.000 km/h provoca su incandescencia y fragmentación.
¿Qué acabo de ver pasar frente a la playa de Puerto de Mazarrón, en Murcia? ¿Han sido restos de un meteoro o viene Superman? 🚀 Una bola de fuego espectacular ☄️ pic.twitter.com/6zjyszYwBJ
— Víctor Juste (@victorjuste) August 10, 2025
Este tipo de fenómenos, aunque espectaculares, no son infrecuentes. La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que más de 36.000 piezas de basura espacial de más de 10 cm orbitan la Tierra, y cientos de ellas reentran cada año, la mayoría sobre océanos o zonas despobladas. Sin embargo, cuando lo hacen sobre áreas habitadas y en condiciones de visibilidad óptimas, se convierten en un auténtico espectáculo nocturno.
