Hay películas que, lejos de ser grandes estrenos o grandes novedades dentro del catálogo de una plataforma, siguen levantando expectación. En el caso de Netflix esto cobra especial importancia. El portal de streaming ofrece una segunda vida para los veteranos que quieren revisitar viejas emociones y una primera oportunidad para quienes nunca los vieron en su momento.
Y, de vez en cuando, entre estas incorporaciones se cuela una de esas obras que no solo definen un género, sino que merecen figurar en la lista de imprescindibles del séptimo arte. Este mes ha sido el turno de Contact, considerada por muchos como una de las cumbres de la ciencia ficción cinematográfica.
Olvida ‘Interstellar’ y ‘2001’: la joya de la ciencia ficción de los 90 con Jodie Foster ya está en Netflix
Estrenada en 1997, Contact es una película que respira ambición desde sus créditos iniciales. Su director, Robert Zemeckis, ya era una leyenda gracias a Regreso al futuro y Forrest Gump, y aquí se puso al frente de un proyecto basado en la novela homónima de Carl Sagan. El reparto es otro de sus grandes atractivos: Jodie Foster, por aquel entonces en la cima de su carrera tras El silencio de los corderos, encarna a la brillante y obstinada doctora Eleanor Arroway; mientras que Matthew McConaughey, mucho antes de su renacimiento actoral con True Detective e Interstellar, interpreta a Palmer Joss, un carismático teólogo que desafía las convicciones de la protagonista.
La historia arranca con Arroway trabajando en un proyecto de investigación para detectar ondas de radio procedentes del espacio exterior, una búsqueda incansable de señales que confirmen que no estamos solos en el universo. Su obsesión científica, marcada por la pérdida traumática de sus padres en la infancia, la conduce a un descubrimiento extraordinario: una transmisión de origen desconocido que contiene las instrucciones para construir una misteriosa máquina. A partir de ahí, la película se adentra en un viaje que combina ciencia, fe, política y la eterna pregunta sobre nuestro lugar en el cosmos.
Lejos de ser un mero espectáculo de efectos especiales, Contact se toma su tiempo para desarrollar a sus personajes y explorar temas como la soledad, la superación personal y el choque entre racionalidad y creencias. Su ritmo pausado y reflexivo le valió tanto elogios como críticas en su momento, pero el tiempo ha jugado a su favor. Entre sus reconocimientos figuran nominaciones al Óscar (mejor sonido), a los Globos de Oro (mejor actriz en drama) y a los Annie (mejores efectos especiales), además de un premio Saturn en 1997 para Foster como mejor actriz principal.
Hoy, disponible en Netflix, Contact vuelve a recordarnos que la ciencia ficción no siempre necesita batallas espaciales o explosiones para dejar huella: a veces basta con una buena historia, una dirección impecable y una pregunta tan antigua como la humanidad misma.















