En una era marcada por el estrés, la vida acelerada y los alimentos ultraprocesados, la historia de Marcelino Abad Tolentino —conocido como “Mashico”— es un verdadero testimonio de resistencia, salud natural y longevidad. Según los registros oficiales del programa social Pensión 65 del Estado peruano, Marcelino acaba de cumplir 125 años, lo que lo convierte, con documentación en mano, en el hombre más longevo del planeta.
Marcelino Abad, el hombre que desafía al tiempo
Nacido en 1900 en Cochachinche, un rincón remoto de Huánuco, en el corazón de los Andes peruanos, Marcelino es ya una leyenda viviente. No solo es su edad lo que sorprende, sino también su vitalidad. Acompañado por una sonrisa serena y una mirada tranquila, celebró su aniversario rodeado de quienes lo cuidan en la casa hogar "Mis abuelitos", un centro de atención para adultos mayores en Huánuco.
Su historia ha captado la atención del mundo, no solo por la cifra récord, sino por el secreto que guarda detrás de tantos años vividos: una alimentación estrictamente natural, sin procesados, basada en frutas y verduras cultivadas con sus propias manos.
Su caso no es nuevo para las autoridades peruanas. De hecho, durante la pandemia de COVID-19, Marcelino fue noticia por recibir la vacuna en su propio domicilio, ubicado en una zona de difícil acceso. La brigada sanitaria tuvo que caminar durante horas por senderos montañosos para inmunizar a este anciano de otro siglo.
Longevidad andina, lección ancestral
Su historia de vida se ha seguido con atención desde entonces, hasta llegar a su actual reconocimiento como el hombre más viejo registrado oficialmente. Ahora, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social de Perú (Midis) trabaja para presentar su caso ante el Guinness World Records, con el objetivo de que Mashico reciba también el reconocimiento internacional como la persona viva más longeva.

Aunque existen registros de personas con edades similares, pocos han contado con una documentación tan clara y oficial como la de este agricultor andino.
Marcelino representa no solo un récord, sino una inspiración. En un mundo donde se busca alargar la vida a través de la biotecnología y la farmacología, su ejemplo sugiere que la clave podría estar mucho más cerca de la tierra: en los cultivos naturales, el contacto con la naturaleza y una vida simple, pero profunda.