El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, dio en septiembre el pistoletazo de salida a la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), la mayor planta hidroeléctrica del continente africano. Con ella, Etiopía busca impulsar su economía y cubrir la demanda energética de sus 135 millones de habitantes, de los cuales alrededor del 60 % carece de acceso a la electricidad. Además, el país proyecta exportar parte de esta energía a otros mercados regionales.
No obstante, la gigantesca infraestructura, ubicada en la región occidental de Benishangul-Gumuz, a apenas quince kilómetros de la frontera con Sudán, ha encendido la polémica. Egipto y Sudán consideran que la presa amenaza su seguridad hídrica y vulnera acuerdos históricos sobre el uso del Nilo, el río más largo de África.
135 millones de personas, 5.150 MW y un embalse gigantesco: así es la presa que cambia el Nilo
"La GERD no es solo un logro etíope, es un proyecto para toda África", proclamó Abiy Ahmed desde la base del principal muro de la presa durante la ceremonia inaugural. "Queremos mostrar al mundo de qué somos capaces". El primer ministro también se dirigió a los países vecinos: "No buscamos hacer daño, sino alcanzar una prosperidad compartida", afirmó, en un gesto hacia Egipto y Sudán, quienes han criticado el proyecto por avanzar de forma unilateral en fases como el llenado del embalse, pese a las garantías repetidas de Etiopía. Desde 2015, las negociaciones trilaterales no han logrado un acuerdo definitivo.
La ceremonia contó con la presencia de los presidentes de Kenia, Somalia, Yibuti y Sudán del Sur, así como del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, y la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, entre otros dignatarios. Abiy Ahmed aprovechó también para enviar un mensaje a los "adversarios lejanos y cercanos": "El compromiso sigue siendo la mejor opción".
La cuenca del Nilo, que abarca once países, se alimenta principalmente de dos afluentes: el Nilo Blanco, que nace en los Grandes Lagos, y el Nilo Azul, originado en el lago Tana de Etiopía. Es precisamente sobre este último que se erige la GERD, que aporta el 85 % del caudal del río. Inicialmente diseñada para generar 6000 megavatios y almacenar 74.000 millones de metros cúbicos en el lago artificial Nigat -“Amanecer” en amárico-, la capacidad final de la presa se ajustó a 5150 megavatios, equivalente a casi seis centrales nucleares.
Con 145 metros de altura y una superficie máxima de 1.874 km², mayor incluso que la ciudad de Londres, la GERD comenzó a construirse en 2011 durante el mandato del entonces primer ministro Meles Zenawi (1995-2012). Su coste total ronda los 5.000 millones de dólares (unos 4.300 millones de euros), financiados en gran medida mediante bonos del gobierno y aportaciones de los ciudadanos, según reporta EFE. La inauguración de la GERD no solo marca un hito en la historia energética de África, sino que también pone sobre la mesa la compleja diplomacia del Nilo, un río que sigue siendo fuente de riqueza y conflicto a partes iguales.















