La startup de inteligencia artificial de Elon Musk, xAI, ha causado conmoción al publicar cientos de miles de conversaciones entre su chatbot Grok y los usuarios, muchas de ellas sin que estos lo supieran o hubieran dado su consentimiento. Grok permite a los usuarios compartir sus chats mediante un botón que genera una URL única, diseñada para enviar la conversación por correo, mensajes o redes sociales.
Lo que muchos desconocen es que esas URLs son accesibles para motores de búsqueda como Google, Bing o DuckDuckGo, lo que hace que cualquier conversación compartida pueda ser indexada y encontrada públicamente en la web. En la práctica, hacer clic en “compartir” convierte la conversación en pública sin advertencias ni descargos de responsabilidad. Se trata de otra polémica de una IA que ha levantado sospechas por su comportamiento racista pese a los ajustes internos y que hace unas semanas inundó internet de deepfakes de famosas como Taylor Swift.
La inteligencia artificial de Elon Musk expone cientos de miles de conversaciones y revela un serio peligro para la privacidad
Una revisión reciente mostró que Google ha indexado más de 370.000 conversaciones de Grok. Los contenidos van desde solicitudes triviales, como redactar tuits, hasta escenarios más complejos y preocupantes, como generar imágenes de ataques ficticios, intentar vulnerar carteras de criptomonedas o preguntas médicas y psicológicas que incluían datos personales y contraseñas. Incluso se pudieron localizar archivos subidos por los usuarios, como hojas de cálculo, documentos de texto e imágenes.
Algunas de estas conversaciones fueron iniciadas por periodistas, como Andrew Clifford, quien utilizaba Grok para resumir noticias y redactar contenidos en su web. Clifford aseguró que desconocía que sus chats acabarían en Google y señaló que, aunque le molestó, no había información sensible. Pero no todos los casos fueron tan inocuos: se encontraron chats que violaban las normas de xAI, incluyendo instrucciones para fabricar drogas como fentanilo, crear malware, construir bombas e incluso planes para asesinar a Musk. Todas estas conversaciones quedaron públicas mediante la función de compartir, indexadas por Google.
xAI no ha ofrecido comentarios sobre la situación. La empresa no es la única que ha enfrentado problemas similares: OpenAI retiró recientemente la opción de compartir en ChatGPT, informan desde Forbes, tras descubrir que los chats de usuarios aparecían en los resultados de búsqueda, pese a la configuración de privacidad.
Expertos en IA, como Nathan Lambert del Instituto Allen, se mostraron sorprendidos de que conversaciones profesionales compartidas con su equipo acabaran indexadas. Mientras tanto, profesionales de marketing y SEO han comenzado a aprovechar estas conversaciones públicas de Grok para mejorar la visibilidad de sus negocios en Google, mostrando cómo un fallo de privacidad puede convertirse en una oportunidad comercial.
El debate sobre la privacidad y la responsabilidad en la inteligencia artificial continúa, mientras xAI y Musk observan cómo Grok, su chatbot, que están intentando rentabilizar al máximo, se ha convertido en un escaparate inesperado de información sensible y potencialmente peligrosa.















