Predator: Badlands aterrizará en los cines de España en unos días para reavivar la llama de una de las sagas de ciencia ficción más icónicas del séptimo arte. Los yautja vuelven a la caza, pero esta vez la historia cambia las reglas del juego con un cambio en la licencia.
Dan Trachtenberg, el responsable de Predator: La presa, retoma el timón y se atreve con un giro arriesgado. El protagonista ya no es un humano acorralado, sino Dek (interpretado por Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un yautja con código propio que se convierte en el centro de la historia. El movimiento redefine la fórmula habitual de la franquicia, invirtiendo los papeles y dejando que el espectador mire el universo Predator desde el otro lado de la máscara. Y la crítica ha respondido de forma efusiva.
Predator: Badlands arrasa entre la crítica y se corona como la mejor de la saga
Trachtenberg no se detiene ahí. A través de Thia (Elle Fanning), una androide de la corporación Weyland-Yutani, el director vuelve a tender puentes con el universo Alien, recordando que ambos mitos comparten más que un ADN de ciencia ficción: un universo hostil, donde la supervivencia es una quimera. Ambos personajes acabarán atrapados en un planeta inhóspito, un auténtico infierno biológico donde cada sombra es una amenaza.
Con el estreno a la vuelta de la esquina, las primeras críticas ya han hablado. Predator: Badlands ha conquistado a la prensa especializada, alcanzando un 89 % de aprobación en Rotten Tomatoes tras más de setenta reseñas. Solo La presa (94 %) y Asesino de asesinos (95 %) la superan en el ranking de la saga.
Los elogios más repetidos apuntan a su cambio de enfoque, al arco emocional de sus protagonistas y a la brutal construcción del mundo, que no deja respiro ni esperanza. La crítica también destaca el músculo visual de la cinta, con secuencias de acción diseñadas con precisión quirúrgica y un uso de la cámara que saca partido de cada explosión y cada duelo cuerpo a cuerpo.
No todos los comentarios son favorables. Algunos analistas creen que la película despoja al yautja de su misticismo, al mostrar demasiado de su mundo interior, mientras que otros reprochan a Disney cierta dulcificación del tono, más cercana a la aventura que al terror original.
Sea como sea, Predator: Badlands parece haber devuelto el pulso a una saga que llevaba años buscando un nuevo rugido. Y este viernes 7 de noviembre, los espectadores podrán decidir si este cambio de perspectiva supone una evolución o una traición al legado del cazador supremo.















