El actor Clark Gable, conocido mundialmente por su papel en Lo que el viento se llevó, se convirtió en un inesperado protagonista de la Segunda Guerra Mundial cuando decidió alistarse en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos tras la trágica muerte de su esposa, Carole Lombard, en un accidente aéreo en 1942. A pesar de superar la edad límite para el servicio, logró integrarse en las filas y fue enviado a Europa, donde participó en 24 misiones de combate a bordo de bombarderos B-17, desafiando el peligro en cada operación.
Lo que inicialmente parecía una participación simbólica pronto se transformó en una auténtica labor de combate, al punto de convertirse en un objetivo de la Alemania nazi. Lo que lo convirtió en un enemigo del Reich. El Führer, un reconocido amante del cine, tenía entre sus estrellas favoritas a Greta Garbo y Clark Gable. Según diversos testimonios, Hitler veía con frecuencia las películas del actor y, al enterarse de su presencia en Europa en plena guerra, ordenó un plan para capturarlo con fines propagandísticos. La idea era utilizar su imagen como símbolo para minar la moral de las tropas aliadas y, además, satisfacer su admiración personal por el “Rey de Hollywood”.
La recompensa por su captura
Clark Gable III, nieto del actor, reveló en una entrevista con The Times que su abuelo era consciente del interés que Hitler tenía en él. "Mi abuelo tenía ascendencia alemana y Hitler era un fanático: veía todas sus películas", comentó. Según Gable III, el dictador nazi ofreció una recompensa para capturarlo, creyendo que utilizar su imagen en una película de propaganda ayudaría a aplastar la moral de Estados Unidos y sus aliados. “Ofreció dinero para atraparlo vivo y llevarlo a Alemania, pero afortunadamente nunca sucedió”, explicó el nieto, quien conserva una carta escrita por Hitler como prueba de esta insólita obsesión.
Una misión casi fatal
En una de las misiones sobre Alemania, el avión en el que viajaba Gable fue alcanzado por fuego antiaéreo. Los proyectiles atravesaron el fuselaje y mataron a dos de sus compañeros de tripulación, rozándole la cabeza por escasos centímetros. Este episodio incrementó la preocupación de la Metro-Goldwyn-Mayer, que inició gestiones para trasladarlo a una zona más segura. Gable, consciente del peligro, bromeaba con sus compañeros: “Ese hijo de puta me pondrá en una jaula como a un gorila y me paseará por toda Alemania.”
Un regreso como héroe de guerra
Finalmente, en 1944, Gable regresó a Estados Unidos con varias condecoraciones, entre ellas la Air Medal y la Distinguished Flying Cross. A su regreso, completó la película propagandística Combat America, un documental que mostraba la valentía de los artilleros aéreos y servía para incentivar el alistamiento. Pese a su salida del servicio activo, su legado como actor-soldado se mantuvo intacto, y su valentía en combate le granjeó el respeto de sus compañeros de armas.
El nieto del actor, Clark Gable III, también afirmó que su abuelo siempre fue consciente del peligro que corría en la guerra, pero nunca dejó que eso lo amedrentara. “Sabía que Hitler quería atraparlo, pero eso no le impidió hacer su trabajo. Era un hombre valiente que quería honrar la memoria de Carole y servir a su país.” Su historia sigue siendo un ejemplo del compromiso que las estrellas de Hollywood tuvieron durante la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de los intentos del dictador nazi por convertirlo en un trofeo de guerra, Clark Gable logró completar su servicio militar y regresar a Hollywood sano y salvo. Su historia es un fascinante cruce entre el glamour del cine y la crudeza de la guerra, demostrando que incluso las estrellas más brillantes de la pantalla grande pueden dejar una huella indeleble en la historia mundial.